Guilherme y Luiz tenían 17 y 25 años, respectivamente, cuando organizaron la masacre. Eran amigos de la infancia, criados en familias de clase media baja. Parte del plan, según lo revelado por la policía, era humillar y violar a las alumnas bonitas frente a todos y hacer que su ataque se volviera más famoso y sangriento que el de Columbine.Hubo diez muertes en total, contando a los tiradores. El país entró en shock, la prensa hizo especiales sobre masacres en las escuelas, el vicepresidente culpó a los videojuegos violentos y fue redescubierta la existencia de espacios virtuales nocivos en el Internet de Brasil. En algunas de estas comunidades, las acciones de los tiradores fueron celebradas como si Brasil hubiera ganado una Copa Mundial. Una publicación del día previo a la masacre generó sospechas de que el par de jóvenes frecuentaba esos foros donde la misoginia, el racismo, la homofobia y el odio reinan protegidos por el anonimato. Estos son espacios donde jóvenes, como los tiradores de Suzano encuentran consuelo, aceptación y estímulo.
Revolución Incel
Después de la viralización del video y del manifiesto, Rodger se convirtió en una celebridad de los foros virtuales, en una especie de mártir patrono para todos los jóvenes solitarios cuyo acceso a la sociedad y el amor les había sido negado por no encajar en los supuestos estándares ideales de belleza, raza o condición económica.Los actos extremos de pistoleros solitarios aumentaron durante la segunda mitad de la década de 2010, especialmente en los EE. UU., y fueron cometidos por personas de extrema derecha, tal como ocurrió recientemente en el caso del tiroteo en el El Paso y, 24 horas después, el tiroteo en Ohio. Para Gabriel Ferreira Zacarias, historiador de la Universidad Federal de Campinas (UNICAMP) y autor del libro No Espelho do Terror: Jihad e espetáculo [En el espejo del terror: Jihad y el espectáculo], los ataques ocurridos en Francia en nombre del Estado Islámico y las masacres escolares desde la de Columbine tienen más conexiones entre sí de las que podríamos imaginar. No se trata de un choque de culturas simplificado en discursos xenófobos, como si fuera una guerra cultural entre Occidente y Oriente, esto más bien se relaciona con una etapa del capitalismo tardío descrita como ‘la sociedad del espectáculo’ por el filósofo Guy Debord.
"Hablamos de una crisis de valores en la sociedad, que se manifiesta dentro de la misma a través de una crisis del individuo", explica el historiador. “Es un sujeto patriarcal en una crisis subjetiva, una sensación completa de vacío. En estos casos, la motivación principal de los responsables por las masacres era la producción de una imagen que circularía a través de las redes sociales, esa motivación era más importante que la acción misma”.En el caso de la masacre de Suzano, como ha pasado con muchos otros asesinatos masivos, además de la sospecha de que los tiradores publicaron mensajes en un foro web conocido por producir contenido de odio, Guilherme publicó unas fotos suyas apuntando con un arma a la cámara horas antes de dirigirse a su antigua escuela. Fue su despedida y su mensaje para el país.La filósofa Natalie Wynn, le donó al canal ContraPoints una compilación de algunos videos que explican el modo de pensar de los Incels.Si bien las masacres y tiroteos planeados por jóvenes que se han radicalizado a través de Internet son nuevos, no hay nada innovador en el pensamiento incel, especialmente en países misóginos como Brasil. La novedad radica en la forma en que esa misoginia se manifiesta. Los incels tienen un vocabulario propio, con el que racionalizan el funcionamiento de la sociedad y el supuesto papel de las mujeres en la exclusión de personas como ellos. Se trata de un pensamiento determinista y rígido, sin cabida para la complejidad o los matices: las mujeres controlan el mundo, maltratarán y rechazarán a hombres como nosotros por siempre, nunca saldremos de esta condición porque la apariencia física y el dinero son lo único que importa en la sociedad, y moriremos solos.En algunas de estas comunidades, las acciones de los tiradores fueron celebradas como si Brasil hubiera ganado una Copa Mundial.
“Soy solo un extra dentro de mi propia vida”
Uno de los incels con los que Silas está en contacto es Chimpa, un carioca de 30 años que vive en una de las 13 comunidades que conforman el barrio Lins de Vasconcelos, en la zona norte de Río de Janeiro. Chimpa creó el podcast A Vida de um Incel [La vida de un incel], donde discute y trata de desmitificar algunos supuestos "prejuicios" sobre el grupo.Chimpa estudió e incluso trabajó en el área de TI, pero ahora está desempleado y hace trabajos pequeños aquí y allá para sobrevivir. “Por mucho que estuviera calificado en el área, mi salario siempre fue malo. Incluso, cuando voy a las entrevistas de trabajo siempre surgen los prejuicios. No me contratan debido a mi apariencia, porque el personal de Recursos humanos no me considera atractivo. Sucedió una vez que no me contrataron porque no tenía el perfil que querían para la vacante”, dice.Siendo de piel negra, se define a sí mismo como fuera del canon, y menciona episodios de racismo y situaciones en las que las mujeres gozan de más ventajas que él. “En la última compañía en la que trabajé bajo contrato, había una chica que recibía más y además obtenía beneficios. Y nosotros, los técnicos, ganamos solo el salario y sin ningún beneficio. Ese mito inventado de que las mujeres tienen menos acceso a empleo es una mierda. No tengo idea de por qué ella ganaba más dinero”, dice.Silas también dice que nunca ha dado o recibido un beso, que nunca ha tenido el afecto de una mujer y que solo tuvo sexo al pagar por él, a pesar de decir que condena la prostitución.
Aunque la cosmovisión de los incels separa a hombres y mujeres en dos categorías —las mujeres se dividen en Stacys (mujeres bonitas que viven de su apariencia y son tontas) y Beckys (mujeres no tan bonitas que se interesan en los videojuegos y la cultura nerd para atraer la atención de los hombres), y los hombres en alfas (guapos y/o ricos) y betas (hombres comunes, sin dinero y belleza)—, Silas y Chimpa argumentan que los incels no son misóginos como la mayoría de la gente suele decir."Los alfas son los que son misóginos, son hombres que tienen sexo con una mujer tras otra, que las tratan como basura y van dejando madres solteras a su paso", explica Silas."Los hombres beta no tenemos nada que ofrecer ya que vivimos en un mundo de apariencias y dinero", dice Chimpa. "La mujer, que está al margen de los estándares sociales, por más fea que sea siempre podrá conseguir un hombre".Para Chimpa, es injusto relacionar a los incels con ataques y actos de violencia. Condena a cualquiera en el grupo que pretenda hacer una apología a los ataques como el de Suzano o que se interese en los discursos de supremacía racial. “No porque el tipo [que cometió el ataque] tenía el mismo comportamiento de un incel significa que todos los incel harán lo mismo que él. Los partidarios del crimen no se unen al grupo incel, ya que como es muy perseguido si alguien ve a un tipo nazi en el grupo, seguro habrá problemas"."Los alfas son los que son misóginos, son hombres que tienen sexo con una mujer tras otra, que las tratan como basura y van dejando madres solteras a su paso", explica Silas.
Silas, a su vez, argumenta que los incels realizan actos extremos al mezclar la ideología incel con otras, como la de la supremacía blanca. Para él, la misión de los incels es jamás rechazar a nadie, pues la sociedad se encarga de rechazarlos siempre que es posible. En el grupo, con otros incels, revela que incluso es amigo de un incel que se considera nazi. Él mismo se ríe de tal afirmación, ya que sabe lo contradictoria que es la situación."Cuando un joven se suicida, se debe a un fracaso de nuestra capacidad como sociedad para proporcionar un tratamiento adecuado a esas personas".
Para los brasileños que dependen del sistema de salud pública, las posibilidades de recibir tratamiento y ayuda se reducen considerablemente. “A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos 30 años, la disponibilidad de instalaciones públicas y servicios de salud mental es muy escaza. En Brasil hay mucho menos equipo para atender los problemas de salud mental del que se necesita. La mayoría de las personas que dependen del Sistema Único de Salud público (SUS) no reciben ayuda”, explica el psiquiatra.Con el país entrando en un período de incertidumbre social y económica, Chimpa dice que los más afectados por tal situación son los incels. Ni siquiera tiene más energía para discutir, solo quiere que lo dejen en paz, al igual que los otros incels.“Soy un tipo que se queda en su habitación, juega videojuegos y bebe cerveza barata porque no tengo dinero para comprar una mejor. Soy solo un extra dentro de mi propia vida”, dice."Los alfas son los que son misóginos, son hombres que tienen sexo con una mujer tras otra, que las tratan como basura y van dejando madres solteras a su paso".
Schadenfreude brasileño
El foro se vació gradualmente y surgieron otras comunidades, las cuales heredaron el mismo idioma, así como también el mismo aprecio por el anonimato y por el contenido sin censura. Luego surgirían los foros chan brasileños, cuyos usuarios tenían el mismo perfil que varios de los usuarios de VT: hombres, interesados en la tecnología y los videojuegos, y con una inclinación considerable por los chistes de mal gusto. Según un usuario y exmoderador de uno de esos foros, 55chan, lo único que importa es permanecer en el anonimato (los asistentes se llaman a sí mismos "anões", una palabra derivada de la palabra anon, que significa anónimo en inglés ) y hacer bromas que se burlen de la desgracia ajena. Son usuarios que buscan un refugio en el cual expresar, con impunidad, ideas que tendrían serias consecuencias si se expresaran en la vida real y en persona.Según un usuario y exmoderador de uno de esos foros, 55chan, lo único que importa es permanecer en el anonimato (los asistentes se llaman a sí mismos "anões", una palabra derivada de la palabra anon, que significa anónimo en inglés ) y hacer bromas que se burlen de la desgracia ajena
La construcción de un mito
Según Isabela Oliveira Kalil, investigadora y coordinadora del Centro de Etnografía Urbana y Audiovisual de la Fundación de la Escuela de Sociología y Política de São Paulo, los hombres jóvenes de entre 16 y 34 años que frecuentan estos foros virtuales conforman uno de los grupos responsables de crear la imagen "mítica" de Bolsonaro. “Esas personas ayudaron de diferentes maneras a construir esa imagen. No tenía tiempo de televisión, pero tenía una gran cantidad de personas creando memes y ayudando a construir su personaje”, dice la investigadora.Durante la campaña electoral, Bolsonaro trató de personificar un espíritu de rebeldía juvenil, que paradójicamente era al mismo tiempo conservador y revolucionario, el cual se contraponía al gobierno de centro-izquierda que manejó Brasil por 12 años, y al cual sus partidarios consideraban como el sistema establecido. Los jóvenes votantes partidarios de Bolsonaro encarnan un elemento de transgresión que involucra ser extremadamente antifeministas y hostiles hacia cualquiera que represente a "la izquierda" y, por lo tanto, lo "políticamente correcto".La actual crisis de la masculinidad es uno de los factores que explican la radicalización de los jóvenes de derecha, y también es el telón de fondo de ataques como el de Suzano. Para Rosana Pinheiro-Machado, antropóloga y profesora del Programa de Posgrado en Ciencias Sociales de la Universidad Federal de Santa María, la frustración de muchos hombres que simpatizan con el bolsonarismo proviene de una crisis relacionada con el papel del hombre como proveedor, la cual se ha gestado durante varios años en Brasil, afectando especialmente a las personas más pobres.“El hombre desde muy joven tiene que ser un proveedor, y por ello hoy en día su identidad está totalmente en crisis. No puede conseguir un empleo y ve que en los últimos tiempos se ha abierto un mundo de oportunidades para las mujeres”.
Sin embargo, no todos los incels brasileños son bolsonaristas. Silas y Chimpa, por ejemplo, no se identifican con la política de Bolsonaro y no lo apoyaron durante las elecciones, un hecho que creó tensión en el grupo que frecuentan. La suposición de que Bolsonaro rescataría la masculinidad "perdida" por los hombres es el factor más importante entre los incels que simpatizan con el presidente actual."Por lo general, son los incel más pobres quienes no apoyan a Bolsonaro, a diferencia de los incel blancos y con mejores condiciones económicas", explica Chimpa. “No apoyé a Bolsonaro y expliqué mis razones, pero también entiendo las razones de ellos. Bolsonaro es un tipo que actúa contra la criminalización del hombre común. Dentro de poco aceptarían que un hombre recibiera un disparo que le toca a una mujer. Pero Bolsonaro no está gobernando bien, porque el pobre hombre de derecha no es bueno en absoluto”.Para Silas, el discurso de Bolsonaro contra la legalización de las drogas y, especialmente, contra la figura del "narcomenudista" es una de las razones por las que los "betas" le brindan su apoyo político al presidente.“Bolsonaro se ha vuelto particularmente carismático porque nos defiende en un asunto de gran relevancia que le ha causado muchos problemas a los betas. A nuestros chicos los destruye a diario la música funk, son oprimidos por los drogadictos y es por eso que hay una gran revuelta contra ellos. ¿Y quién vino a enfrentar a los drogadictos? Bolsonaro”.Dice Silas que no se identifica con ninguna de la polarizaciones, ni la de derecha ni la de izquierda, que empeoraron después del comienzo del segundo mandato de Dilma. “Esos universitarios, los de izquierda. Fui de izquierda toda mi vida, la izquierda en la universidad intimidaba a esos muchachos. Donde fueron a buscar apoyo, encontraron odio. Porque si no concuerdas al 100% con la izquierda, no eres uno de ellos. Te conviertes en un hazmerreír”.Sin embargo, tampoco encontró nada que le gustara de la derecha. “También fui al mitin en la Avenida Paulista a favor de Bolsonaro y fue horrible, me sentí como un pez fuera del agua. Yo era el único pobre en ese lugar. Había una gran presencia de miembros de las élites, de alfas, de hombres dominantes. Esas son las mismas personas que te dicen que necesitas perder peso, cambiar de ropa y cambiar tu color".“La sensación que tienen es que ni siquiera hay un lugar para ellos. No hay posibilidad para ser, para poder construir su vida”.
Kalil identificó en su investigación, con el avance del proyecto neoliberal, una profunda crisis de identidad entre los jóvenes. “Especialmente en los grupos más jóvenes, me llamó la atención esta sensación que relatan de que no hay lugar para ellos en el mundo. Ni siquiera es un sentimiento de insuficiencia, porque eso supone que pertenezcas a algún lugar o espacio. La sensación que tienen es que ni siquiera hay un lugar para ellos. No hay posibilidad para ser, para poder construir su vida”, dijo la investigadora.La victoria de Bolsonaro ha validado un discurso repetido una y otra vez en las comunidades virtuales donde los enemigos son claros: las mujeres interesadas y feministas que solo quieren destruir a los hombres y la izquierda que buscan desmantelar el valor de la familia. Perdidos en una sociedad ultrasexualizada, prejuiciosa y desigual, los incels como Chimpa y Silas luchan por sobrevivir y construir un espacio, a pesar de que se base en conceptos de género preocupantes. El ascenso al poder de la figura de Bolsonaro tiene innumerables significados para estos jóvenes pegados a la computadora, incels o no, incluido un sentimiento de incredulidad peligroso, casi nihilista, ante el mundo que tienen delante.Este texto fue publicado originalmente en Vice Brasil"La sensación que tienen es que ni siquiera hay un lugar para ellos. No hay posibilidad para ser, para poder construir su vida".