Miguel Berchelt necesita pensar en Piriyapinyo antes de Lomachenko

En "La casa de Asterión", Jorge Luis Borges reinterpreta el mito del laberinto de Creta y el minotauro, donde la víctima no son los cientos de atenienses que fueron sacrificados para saciar la sed de sangre del personaje mítico, sino el protagonista mismo de la barbarie humana. "—¿Lo creerás, Ariadna? —dijo Teseo—. El minotauro apenas se defendió", concluye el relato del héroe griego que dio muerte a la creatura.

Si el mito lo aplicamos a nuestros tiempos, específicamente al deporte, podríamos decir que este próximo sábado, la batalla entre Teseo y el minotauro reencarnará en Miguel "Alcrán" Berchelt y Chonlatarn Piriyapinyo, respectivamente; con la única diferencia de que el boxeador tailandés será todo, menos una presa fácil de cazar.

Cuando Berchelt se encuentre parado junto a su esquina esperando el campanazo inaugural de la contienda, vivirá en carne propia lo que Teseo en algún momento sintió al entrar al laberinto y se encontró cara a cara con la creatura que cobró la vida de tantos inocentes. El "Alacrán" sostendrá una batalla a muerte ante su gente para poder colocarse como contendiente al título mundial superpluma OMB que ostenta el portento del boxeo, Vasyl Lomachenko, pero sería un grave error para el mexicano pensar primero en la gloria antes de la guerra.

¿De verdad Piriyapinyo es tan temible como para hacer una comparación mitológica? Creemos que basta mencionar las dos derrotas que "manchan" su récord a nivel profesional ante Chris John en el 2012 y Lomachenko en el 2014.

En el primer caso, la leyenda del boxeo tailandés, Chris John —sí, el mismo que derrotó a Juan Manuel Márquez en el lejano 2006— dominó a Piriyapinyo para llevarse la victoria vía decisión unánime y defender por decimoséptima ocasión su campeonato; la pelea fue promocionada como la "Batalla de los invictos". A pesar de recibir su primera derrota en 44 peleas, Piriyapinyo sumaría ocho victorias al hilo para obtener una oportunidad al cinturón pluma de la OMB en poder del Lomachenko.

Aunque dicha contienda estuvo inclinada en todo momento de lado del ucraniano, Piriyapinyo pudo aguantar de pie hasta el doceavo asalto. Se dice fácil pero no cualquiera habría soportado el tipo de combinaciones que Lomachenko conectó durante toda la contienda. Sí, fue una cátedra de boxeo. No obstante, Berchelt está algo lejos de ser un peleador similar al boxeador olímpico y ahora campeón superpluma del OMB.

Berchelt sólo ha sufrido un descalabro en su corta pero exitosa carrera profesional de 30 peleas con una media impresionante de nocauts. Sus mayores atributos son su juventud y su pegada, pero sobre todo su hambre de triunfo. Él más que nadie sabe del desafío que representa enfrentarse a un peleador mucho más experimentado, muy rápido de manos y con tremendo aguante.

Se ha dicho que Lomachenko no posee tanto poder en los puños como Berchelt, que es más el vendaval de golpes lo que termina por aturdir a sus rivales, tal vez sea cierto, tal vez no, pero lo que es seguro es que para noquear a alguien primero se tiene que encontrar al rival, calcular la distancia, descifrar su siguiente movimiento y contragolpear, o si se es más rápido, ganarle en el ataque.

El problema es que Berchelt suele descuidar algunos aspectos fundamentales como el dominio de la distancia y el descuido de la guardia al atacar, específicamente su mano derecha, la cual suele bajar al soltar todo tipo de golpes con su izquierda. En ocasiones le cuesta ser más inteligente al momento de acabar con su rival, pues se entrega a la emoción del instante y podría exponerse a un contraataque o a una "patada de ahogado" del tailandés.

El posible trato hostil de parte de Piriyapinyo al cuerpo también es una cuestión de la cual su esquina está bien consciente —el tailandés posee 41 nocauts en 61 peleas—. Por ello, el equipo del "Alacrán" llamó al segundo clasificado del CMB y campeón internacional plata de peso ligero Dante "Crazy" Jardón para ayudar en las sesiones de sparring, y acostumbrar a su compatriota a los golpes al cuerpo (Jardón es un especialista) que muy probablemente recibirá la noche del sábado.

Berchelt tiene una valiosa oportunidad que no puede dejar pasar. Aunque el rival sea más experimentado y ostente un historial con mejores nombres, el mexicano contará con el cobijo de su gente que sueña con verlo ante Lomachenko en un futuro no muy lejano. Esperamos ver a un "Alacrán" dispuesto a picar con todo el veneno que tiene y demostrar que está listo para enfrentar a los mejores superpluma y, porqué no verlo conquistar otras divisiones. Pero primero tendrá que embestir al minotauro que lo espera ansiosamente en aquel indescifrable cuadrilátero que por momentos adquiere la forma de laberinto.