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Cultură

El cerebro de Boyle: Nuevas maneras de tener sexo

Y todas son extrañas.

Burrito

Compra un paquete de tortillas de harina o maíz. Un error muy común es creer que entre más grande la tortilla, mejor el sexo; lo más importante es qué tanto te atraen la marca y el sabor de las tortillas. Extiende las tortillas sobre una cobija en tu cama. Guarda dos tortillas, una para cada mano. Quítate la ropa. Si estás demasiado excitada para buscar el aceite, frota tu sección media con saliva. Siéntate sobre el borde de la masa. Frota tu cara con las tortillas en tu mano hasta que estén suaves y pegajosas (o hasta que deje de sentirse bien). Tápate la boca con las tortillas en tus manos. Cuando te sienas lista, acuéstate y sujeta el borde de tu manta mientras giras hacia el otro extremo de la masa, para cubrirte por completo. Entre más apretada, mejor. No importa qué tan apretada estés, nunca será suficiente, pero esa es la idea. Gira de un lado a otro mientras visualizas cómo las tortillas se fusionan con tu piel. Siente el dolor en tu cuerpo por toda esa presión. Gemir o gritar “más fuerte” te recordará la presencia de esas tortillas en tu boca, lo que contribuirá a tu sensación general de satisfacción. El sexo burrito termina cuando olvidas tu deseo por estar más apretada, lo cual puede tomar horas o unos segundos, según cuánto tiempo haya pasado y qué tan caliente estés.

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Millas aéreas

Cuando el piloto te informe que han alcanzado una altura estable y es seguro moverse por la cabina del avión, ve al baño tú sola. Coloca tu mano dominante sobre el dispensador de jabón. Cierra tus ojos. Siente la suavidad del botón. Siéntelo con todos tus dedos. La suavidad del botón es casi irreal. Haz un puño con tu pulgar, anular y meñique. Tensa los músculos de tus dedos índice y cordial. Alinea tu dedos para ese botón. Presiónalo suavemente. Para justo antes de que salga el jabón. Siente la tensión. Siente cómo el botón empuja de regreso contra tus dedos. La suavidad del botón es increíble. Y esa forma de empujar de regreso. Es irreal. Es completamente irreal. Todavía no dejes que el jabón salga. Aplica la presión suficiente para que puedas mover tu botón hacia delante y hacia atrás hasta que no sepas si eres tú quién presiona al botón o tú lo empujas a él. Hazlo rápido. Hazlo hasta que ya no puedas más y tengas que apretarlo lo más fuerte posible.

Estilo mantecoso

Deja que media barra de mantequilla se derrita en tu boca. Esto puede tomar mucho tiempo. Intenta no moverte. Se sentirá menos gratificante si te mueves. Cuando sientes que la mantequilla ya se derritió casi por completo, empuja tu lengua contra las partes duras. Haz que se derritan contra tu mejilla. Piensa en cómo estás dominando la mantequilla con tu lengua. La mantequilla te hizo esperar ahí sentada mientras se tomaba su tiempo para derretirse, pero ahora las cosas han cambiado. La mantequilla se portó muy mal. Muy, muy mal. Es hora de educarla. Enseñarle lo buena que eres. Así es. Haz que se derrita de inmediato. Enséñale lo mal que se ha portado. Tú sabes lo mala que ha sido. Escúpela sobre un plato. Mételo al microondas hasta que hierva. Bien. Ahora mete la mantequilla al congelador. Enséñale quién manda. Mírala ahí sentada en el anaquel. Mira lo grande que se siente. Mientras esperas a que se solidifique de nuevo, escribe una carta dura pero ambigua para el fabricante de la mantequilla. Usa palabras como “espesa”, “hambre” y “papi”.

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Arcos dorados

Puedes tener este tipo de sexo cada que pases frente a un McDonald’s. Empieza por trazar lentamente las letras blancas de “McDonald’s” con tus ojos. Te sentirás tentada a trazar esa gigantesca M con los arcos dorados, pero no lo hagas demasiado rápido. Haz una pausa en el punto más bajo de la M blanca. Siente el placer que le haces sentir a esa M con tu pausa, pero no tanto que descuides a las otras letras igual de importantes en “McDonald’s.” Aumenta la velocidad de tus ojos. Concéntrate en la base de la M con menos frecuencia, pero con mayor intensidad, y haz círculo casi enardecidos cuando llegues a las líneas que se intersectan. Poco a poco incorpora los arcos dorados a tu mirada. Cuando ya no puedas más, observa deliberadamente el punto más bajo de la M en los arcos dorados. Debes sentir cómo tu cabeza se hunde sobre tu cuello, casi con un sonido gutural. Cuando te hayas recuperado, lo normal es acariciar todo el letrero con una mirada desenfocada, como si vieras una imagen tridimensional, como si las letras blancas en “McDonald’s” y los arcos dorados fueran una sola cosa.

Si estás sola y no quieres ir a un McDonald’s de verdad, puedes tener la misma experiencia buscando “Letrero de McDonald’s” en Google imágenes.

Anteriormente - The Spookiest Things to Do in a Dog Park

@meganboyle