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Cultură

El reino mágico de Siria

Sólo porque su gobierno los ha oprimido durante generaciones, su país esté en medio de una guerra civil, y sus casas estén en llamas, no quiere decir que no quieran tomarse fotos estúpidas con Mickey y el Pato Donald, ¿cierto?

He aquí una idea divertida para Siria: Disneylandia. Sólo porque su gobierno los ha oprimido durante generaciones, su país esté en medio de una guerra civil, y sus casas estén en llamas, no quiere decir que no quieran tomarse fotos estúpidas con Mickey y el Pato Donald, ¿cierto?

Igual que yo, el empresario Tarif al-Akhras pensó que construir el castillo de Cenicienta en su país era justo y necesario, razón por lo que, en 2010, su compañía firmó un contrato con la empresa francesa Loftus para construir Disney Siria dentro del TransMall, un centro comercial gigantesco en la ciudad de Homs. Este proyecto parecía tener potencial, pero ya nunca lo sabremos, pues ocho meses después estallaron las protestas en Dara, y ese lugar que debía convertirse en el sitio más alegre sobre la Tierra, es ahora un terrible campo de batalla.

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En internet existen muy pocos detalles sobre el proyecto, pero descubrí que el costo estimado para construir Disney Siria sería de tan sólo 22 millones de dólares, una cantidad insignificante cuando se le compara con los 400 millones que costó el Disney World de Orlando, en 1971. Para mí, esto quiere decir que Disney Siria, en teoría, habría sido un lugar muy gracioso, como una versión en vivo de Adbusters; en especial con todos los enfrentamientos que se habrían desatado a la redonda, y probablemente dentro del mismo parque.

Desde mayo de 2011, las fuerzas rebeldes han librado una batalla contra el ejército sirio en Homs, y se reportan más de 6,700 muertos hasta el momento. En poco tiempo, la ciudad pasó ser de un soleado destino turístico lleno de vida, a un desierto de escombros. Pero no veo por qué los patrocinadores de Disney Siria habrían de retirar su apoyo. Al contrario, en este momento el país realmente necesita toda la ayuda y mensajes positivos posibles, como “¡Los sueños se hacen realidad!”, y cosas así.

Estaba tan emocionada por la posibilidad de subirme a It’s a Small World en medio de una zona de guerra, que contacté a las oficinas corporativas de Disney para preguntarles cuando llegarían las hadas y princesas a Homs. La señorita con la que hablé me dijo que no estaba segura sobre el calendario del proyecto, pero que si estaba interesada en un puesto en el inexistente Disney Siria, buscara la bolsa de trabajo en su página web. ¡Perfecto! (Ups, no existe).

Quizá cuando esta lucha termine, Disney debería destruir todos sus parques de diversiones en el mundo y dejarnos sólo con Disney Siria para honrar a los miles de niños que ya han muerto de las maneras más atroces a manos del régimen de Asad.

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