Reno es un secarral muy bien iluminado, una ciudad en la que las luces de neón brillan durante las 24 horas del día. Situada en medio del desierto montañoso más grande de Nevada, la que una vez fue capital del juego de Estados Unidos, un oasis de diseño y glamour que aseguraba su prosperidad, en los últimos años vio como la industria que la hizo grande cayó en picado.Muchos de los históricos casinos del centro de la ciudad cerraron. Algunos fueron demolidos y otros se convirtieron en pisos que todavía hoy están medio vacíos. A pesar de su decadencia y de los dramáticos efectos de la crisis económica, la antigua ciudad del pecado no ha perdido su gusto por tomar margaritas ni por las costillas a 1,99 dólares. Ahora las sesiones de karaoke de los habitantes de Reno duran hasta las 3 de la madrugada y los cócteles siguen rulando durante toda la noche.
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Espero que mis fotografías reflejen el auge y la caída que la ciudad ha experimentado durante los últimos cien años y que os den una visión honesta y directa de aquella cultura absurda que dio a Reno una personalidad única.Puedes ver algo más del trabajo de Kelci aquí.¿Es tu ciudad también un paraíso? Si es así, envía tus fotos a alejandra.nunez@vice.com. Va, no te cortes.
