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Rascarse cuando pica es malo

El rol de la serotonina cuando hay picazón ha sido descrito por primera vez.

"Rascarse es una de las más grandes satisfacciones de la naturaleza" escribió el filósofo francés del Siglo 16, Michel de Montaigne, "pero el arrepentimiento está muy cerca". Nunca hubo una frase filosófica más conveniente: rascarse hace que la piquiña sea peor y ahora los científicos finalmente creen saber el por qué.

Como un trueno y un rayo, la piquiña y el rascarse siempre estarán unidos. Pero los científicos no saben mucho sobre rascarse ni por qué lo hacemos, a qué proceso de la evolución sirve, etc. En un artículo del New Yorker escrito por el cirujano Atul Gawande el 2008 (de donde saqué la cita de Montaigne, no está de más decirlo) el autor escribió que rascarse es una "peculiar y diabólica sensación".

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"Los científicos creen que la piquiña y el reflejo de rascarse han evolucionado para protegernos de insectos y de las pegajosas toxinas de algunas plantas; de peligros como la malaria, la fiebre amarilla y el dengue, que son trasmitidos por mosquitos; la tularemia, la ceguera de los ríos y la enfermedad del sueño, transmitidas por moscas; o de piojos que transmiten tifus, pulgas que llevan plagas o de las arañas venenosas", escribió. "Pero cómo exactamente funciona la piquiña es un rompacabezas sin resolver".

La piquiña es prima del dolor, pero no es dolor en sí mismo. Esto fue probado en los años 80, cuando investigadores alemanes lograron que personas sufrieran comezones artificialmente al estimular la producción de histamina (una sustancia que produce comezón) en los cuerpos de sus sujetos de prueba. Incluso cuando reportaron comezón extrema, no dijeron sentir dolor, lo que llevó al líder de la investigación, H.O. Handwerker, a fijarse que la comezón y el dolor son sensaciones diferentes con distintos caminos neurológicos.

Esta investigación no lleva a nuevos desarrollos hoy en día. Si bien la comezón no es dolor, rascarse indudablemente nos lleva al dolor y eso es clave.

En un nuevo paper publicado en Neuron, el investigador Zhou-Feng Chen del Centro de Estudios de la Piquiña de St. Louis (sí, existe) de la Universidad de Washington, mostró que el camino que causa el rascarse también causa más piquiña.

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"El rascarse es un nocivo estímulo mecánico que puede inhibir la sensación de piquiña y su proyección neuronal en la espina dorsal. De todas formas, también intensifica la inflamación de la piel, lo que provoca una sensación intensa de piquiña, así como un incontrolable deseo de rascar", escribió.

Lo que sucede específicamente es que el cerebro recibe señales de dolor provenientes del rascarse, lo que aumenta la producción de serotonina (que, entre otras cosas, controla el dolor). Pero ésta también tiene influencia en la sensibilidad de la piquiña, según se descubrió en el estudio.

Para probar esto, alteró genéticamente a ratones para que no produjeran serotononina. Estos ratones sintieron menor piquiña que ratones normales, incluso cuando fueron inyectados con una sustancia que normalmente los hace sentir mucha piquiña. Luego estos ratones fueron inyectados con serotonina y comenzaron a sentir una piquiña normal.

Es un gran descubrimiento. Pero no son buenas noticias para los que esperan que descubran cómo hacer que las picadas de los mosquitos sean menos molestas o algo por el estilo: la serotonina es un neurotransmisor muy importante que está asociado a numerosas cosas como el estado de ánimo, el apetito, el sueño, el dolor, etc. Jugar con los niveles de serotonina solo vale la pena si, digamos, se está muy deprimido, no vale la pena si solo piensan que los mosquitos son molestos.

Por ahora, el aplicar loción de manzanilla seguirá siendo el mejor tratamiento para piquiñas que no son demasiado fuertes.