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Videojuegos

Uno de los grandes problemas de intentar hacer un videojuego con implicaciones políticas es que, generalmente, casi todo el mensaje se diluye en toneladas de casquillos de balas, genocidio indiscriminado y vídeos mal planificados que suelen cortar...

VIDEOJUEGOS

POR VÍCTOR MANUEL MARTÍNEZ GARCÍA

RED FACTION: ARMAGEDDON

Compañía:

Volition, THQ

Plataforma: PS3, Xbox 360, PC

Uno de los grandes problemas de intentar hacer un videojuego con implicaciones políticas es que, generalmente, casi todo el mensaje se diluye en toneladas de casquillos de balas, genocidio indiscriminado y vídeos mal planificados que suelen cortar bastante el rollo; no sé si por falta de talento o por limitaciones del medio, generalmente vale más la pena centrarse en el juego y no calentarse mucho la cabeza. Eso es lo que ha decidido Volition en

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Red Faction: Armageddon

, que deja de lado cualquier tipo de mensaje político para centrarse en la acción al turrón; aquí no hay personajes tan potentes como el independentista marciano de

Red Faction: Guerrilla

, pero a cambio la parte jugable se ha refinado muchísimo.

Armageddon

va más o menos de esto: somos el nieto del protagonista en

Guerrilla

y, resumiendo, la liamos pardísima cuando liberamos una raza de alienígenas cuyo único motor vital es el placer de masacrar a los humanos colonos de Marte que, dado que el aire en la superficie del planeta rojo se ha vuelto irrespirable, viven ahora en el subsuelo. Para poner solución a tan espinoso asunto tenemos un montón de armas brillantemente diseñadas con las que debemos abrirnos paso por los túneles de Marte, destruyendo cuanto podamos por el camino. Así como otros juegos consiguen la excelencia por la vía del buen diseño de niveles,

Red Faction: Armageddon

lo logra gracias a un arsenal realmente sensacional, creado con una única cosa en mente: que dispongamos de la mayor potencia de fuego para demoler estructuras, auténtico marchamo de la franquicia que alcanza en su cénit en esta cuarta parte. Puede que no recibamos lecciones de política, pero nuestras buenas horas de entretenimiento y descerebre no nos las quita nadie.

L.A. NOIRE

Compañía: Team Bondi, Rockstar

Plataforma: PS 3, Xbox 360

Hay varios puntos de

L.A. Noire

que lo hacen desmarcarse, para bien o para mal, de su competencia. La primera quizá es el predominio absoluto de la historia sobre la jugabilidad: Team Bondi parece confiar tanto en la trama policíaca que ha ideado, que el apartado jugable pasa a un segundo plano, primando la accesibilidad para que el usuario no pierda detalle de lo que ocurre en la compleja historia del juego. Digo compleja sabiendo todo lo que ello conlleva, y teniendo en mente a autores como Chandler y sus aceleradas tramas atiborradas de personajes que entran, salen, hacen y deshacen. Aquí, lo que empieza como la historia personal de Cole Phelps, un veterano condecorado de la Segunda Guerra Mundial que al volver de Okinawa consigue un puesto en la policía de Los Ángeles, acaba siendo una reflexión sobre el brutal choque entre los soldados que volvieron de ella y una ciudad en pleno crecimiento de la mano de las personas equivocadas. En ese sentido, todo bien. Peeero hay un problema: las partes jugables –donde interrogamos a sospechosos o investigamos escenas del crimen, por ejemplo– tienen demasiado poco peso y no están todo lo bien solucionadas que deberían. Al final, lo positivo o negativo de la experiencia depende muchísimo de lo que te guste o no la historia, su atmósfera y de cuán sacrificable sea para ti la parte estrictamente jugable. En mi caso, pude sacrificar mucho, y llegué a la conclusión de que

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L.A. Noire

es un gran juego pero debería ser el último de su especie: a partir de hoy se debe buscar la forma de compensar juego y trama, porque esto ya ha llegado al tope recomendable.

DUKE NUKEM FOREVER

Compañía: Gearbox, Take Two

Plataformas: PS 3, Xbox 360, PC

Duke Nukem no es sólo el protagonista de uno de los juegos más recordados y queridos del PC de mediados de los 90, es también icono de un cierto tipo de héroe imposible hoy día, aquel que mete dinero en los bikinis de las chicas en los strip clubs y para el que el término “mejor” significa más grande, más macarra y más mortífero. Después de más de una década esperando este

Duke Nukem Forever

(la historia de sus retrasos, su desarrollo tormentoso y el nivel de tensión en que pudo mantener a una legión de jugadores de todo el mundo durante años es algo que ya forma parte de la Historia del Videojuego), saber que ya está disponible resulta extraño. De hecho, también resulta extraño jugarlo: en muchos sentidos, este nuevo

Duke Nukem

no es tan distinto del que jugamos en PC años ha, y desde entonces los juegos han evolucionado bastante; supongo que Gearbox, los que al final han acabado haciendo el juego, mantuvieron unas 15.000 reuniones maratonianas para decidir en qué punto dejaban de “adaptarlo a los nuevos tiempos”. En todo caso, y aunque no es el juego de disparos más sofisticado del mundo,

Duke Nukem Forever

no compite en la misma liga que el resto de shooters del mercado: si a

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Call of Duty

se lo puntúa en función del número de armas, a

Duke Nukem

es por el número de tetas; ni niveles multijugador, ni gráficos a la última, ni leches. Puede que como shooter, en pleno siglo XXI,

Duke Nukem

saque un aprobado raspado, pero sería absurdo pedirle demasiado más. Habrá que quererle.