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32 años después de ser asesinado en una masacre, Manuel tuvo su funeral en Guatemala

El ejército de Guatemala comenzó lo que, a finales de 1982, se convertiría en una serie de cinco masacres diferentes que causó la muerte de mas de la mitad de la población de Río Negro.

El 14 de mayo de 1982, Carmen Sánchez Chen dejó a su hijo de tres años, Manuel, con un vecino para irse a bañar al río Chixoy de Guatemala. Habían pasado dos meses desde que soldados guatemaltecos y guardias civiles del vecindario de Xococ masacraron a 177 mujeres y niños en el pueblo Río Negro donde vive Carmen.

La guerra civil de Guatemala, que seguía desde 1960, llegó a su punto máximo en 1982, cuando el general entrenado en EU Efraín Ríos Montt llegó al poder mediante un golpe de estado. Ríos Montt prometió acallar a las guerrillas izquierdistas con tácticas de tierra quemada. La teoría era simple: sin una base de apoyo, las guerrillas no podrían funcionar. Todas las comunidades que se identificaran como simpatizantes o en colaboración con una guerrilla se considerarían como enemigo interno.

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Los militares de Guatemala tacharon de subversiva la comunidad de Carmen en Río Negro después de que los líderes locales se negaran a reubicarse conforme a la obra de la planta hidroeléctrica de Pueblo Viejo-Quixal, que proponía inundar casi 50 kilómetros de la cuenca del río Chixoy y gran parte de su valle. Por lo tanto se borrarían 23 pueblos, 45 sitios arqueológicos y numerosas áreas de cosecha. Río Negro era uno de los 23 pueblos que se iban a inundar y su población de 800 personas sería desalojada.

El ejército de Guatemala comenzó lo que, a finales de 1982, se convertiría en una serie de cinco masacres en las que murieron más de la mitad de la población de Río Negro y una amenaza a las comunidades cercanas.

Carmen Sánchez Chen y su esposo Bernardo (ambos mayas achi) se fueron de Río Negro en febrero de 1982 y ahora viven con otros sobrevivientes y refugiados de su pueblo en la comunidad río abajo llamada Los Encuentros.

Pero cuando Carmen se estaba bañando en el río Chixoy, de pronto escuchó explosiones, disparos y gritos ensordecedores. Cruzó nadando el río y se escondió detrás de un árbol. Antes de desmayarse, presenció cómo un helicóptero militar se llevaba a muchas personas, entre ellas a su vecina Margarita y al propio hijo de Carmen, Manuel. Después de que todo se calmó, el saldo final de la última masacre contra el pueblo de Río Negro fue de 79 muertos y decenas de desaparecidos. No encontraron a Manuel por ninguna parte.

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Desde enero de 2012 hasta abril de 2013 la Fundación Antropológica Forense de Guatemala exhumó 533 restos humanos de 84 fosas comunes dentro de la base militar Zona 21 de la antigua ciudad de Cobán. La fosa común no.15 contenía los restos de un gran número de mujeres y niños que portaban ropa y joyería que indica que provenían de Río Negro. No así la fosa común 16 (en la foto), que contenía decenas de restos humanos amarrados, con las manos atadas y los ojos vendados.

Después de que se realizaron las pruebas de ADN, se identificó a Manuel como uno de los niños de la fosa común número 15.

El 14 de mayo de 2014, Carmen y Bernardo velaron a Manuel en su hogar. Han vivido en el pueblo de reasentamiento llamado Pacux por más de veinte años, fuera de la región de Rabinal, donde los sobrevivientes de Río Negro fueron al fin reubicados después de la destrucción de su pueblo y la inundación de la cuenca del río Chixoy.

Carlos Chen, quien perdió a su esposa y dos hijos en una de las masacres de Río Negro dijo: “Ayer, el congreso aprobó un decreto que decía que no hubo ningún genocidio en Guatemala. Nosotros nos preguntamos: ¿Entonces, quién mató a Manuel?” El señor Chen es el mediador principal de la Coordinadora de Comunidades Afectadas por la Construcción de la Hidroeléctrica Chixoy (COCAICH), una coalición de comunidades inundadas que aún esperan que se les compense por la desaparición de sus territorios a principios de la década de 1980.

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Carmen y Bernardo velan a Manuel la misma noche en que los miembros de la comunidad de Pacux llevaron a cabo una conmemoración sincrética por el trigésimo segundo (32) aniversario de la masacre en Los Encuentros.

Juan Chen, de 80 años, sobreviviente de Río Negro sostiene una vela mientras se prepara para realizar una ceremonia maya junto a las fotografías de las víctimas.

Durante la mañana de mayo de 2014, Bernardo Chen (derecha), de 55 años de edad, mira al ataúd de Manuel Chen Sánchez antes de dirigirse al cementerio.

Daniel Martin Sánchez, de 18 años de edad, carga el ataúd de su hermano Manuel a quien nunca conoció.

Raúl Piox, de 29 años de edad, toca el violín a la cabeza del cortejo fúnebre mientras las personas de la localidad de Pacux caminan hacia el cementerio de Rabinal.

Carmen Sánchez camina en el cortejo fúnebre de su hijo Manuel mientras una de sus hijas más jóvenes toma su brazo.

Simón Tecú Cortez (de azul) dirige una oración antes de que los restos de Manuel sean sepultados.

Exactamende 32 años después de perder a su hijo mayor durante el caos y la masacre, Carmen y Bernardo por fin podrán llorar la partida de Manuel y enterrarlo; un niño que tendrá eternamente tres años. “A menudo me preguntaba si algún día llegaría como adulto” dijo Carmen, “De todas maneras creo que no lo habría reconocido. Pero siempre me lo pregunté. Al menos ahora tengo un lugar a dónde visitarlo y poder llevarle flores”.

James Rodríguez es un fotógrafo para documentales independientes que reside en Guatemala. Publica en MiMundo.org.