Still from Jiro Dreams of Sushi. Photo via Magnolia Pictures
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Toma tenía un asistente que era igual a él, sólo que más pequeño. Juntos nos prepararon el mejor sushi que me había comido hasta el momento y, quizá, el mejor que me comeré en mi vida. Después de cada plato, Toma dibujaba con un lápiz una figura pequeña en un cuaderno. Luego se daba la vuelta con una sonrisa y sugería otro bocado espectacular.
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Pero ni siquiera quedé lleno. Me sentía como uno se debe sentir después de una comida de calidad: con energía, alerta, equilibrado. Pero soy italiano, así que no puedo aceptar que comí bien a menos de que me esté agarrando los intestinos y negociando con Dios. Camino al teatro, Matt continuó diciendo: "…voy a pelear, eso es todo… voy a pelear la compra…". Caminamos a un cajero después de la obra y saqué de mi cuenta de ahorros una suma de dinero astronómica. Le pagué mi parte en efectivo.**( Resulta que uno no puede comprar cosas caras y después simplemente "pelear la compra". Matt pagó la cuenta a cuotas. Con sólo los intereses de la comida hubiera podido comprar almuerzo para toda una semana.)Decidimos que la próxima vez pediríamos pizza y veríamos X-Men, porque hasta el día de hoy no me acuerdo de nada de esa maldita obra de teatro.