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Cultură

Cómo vivir sin basura

Bea y su familia generan menos de un litro de residuos al año, mientras que una persona puede producir un promedio de alrededor de 500 kilos de desechos en ese mismo tiempo.

Todas las fotos cortesía de Bea Johnson

Desde 2008, Bea Johnson y su familia se han dedicado a adoptar un estilo de vida de "cero residuos": han eliminado de su cotidianidad los productos no reutilizables, como servilletas y pañuelos de papel, vasos de plástico, papel de aluminio, bolsas de basura y periódicos, entre otros. De esta manera, la familia de cuatro integrantes genera menos de un litro de residuos al año, mientras que una persona media puede producir alrededor de 500 kilos de desechos en ese mismo tiempo.

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A través de su blog, y con su libro Zero Waste Home ––traducido a 12 idiomas–– Bea inspira a una comunidad internacional cada vez mayor para vivir de manera sencilla y adoptar medidas y estilos de vida contra el derroche innecesario. Ha hecho numerosas apariciones en la televisión y en publicaciones de todo el mundo. En 2011 fue galardonada con el premio de "The Green Awards".

La entrevisté.

VICE: Bea, ¿cómo empezaste a vivir así?
Bea: Fue cuestión de reducir el tamaño de nuestra vida. Eso nos inspiró. En 2006 elegimos mudarnos al centro de la ciudad, Mill Valley, California, para poder caminar e ir en bicicleta a todas partes. Antes de encontrar nuestra pequeña casa, que es donde vivimos ahora, alquilamos un apartamento durante un año y vivimos solo con unos pocos objetos. Tuvimos que almacenar el resto.

Inmediatamente nos dimos cuenta de los beneficios de vivir con menos. Teníamos más tiempo para hacer las cosas que son importantes para nosotros, tales como pasar tiempo con la familia y amigos y disfrutar del aire libre. Luego compramos una casa que era la mitad del tamaño de la casa anterior y nos deshicimos del 80 por ciento de nuestras pertenencias (incluyendo las que teníamos guardadas).

Esta búsqueda voluntaria de una vida sencilla fue el primer paso hacia una vida libre de residuos. Mientras pasaba el tiempo empezamos a leer sobre temas ambientales (algunos me sorprendieron, otros me hicieron llorar) y en ese momento decidimos cambiar nuestro estilo de vida en aras del futuro de nuestros hijos y aspirar a una vida de cero basura. En medio de la recesión, mi marido dejó su trabajo para iniciar una empresa de consultoría sobre sostenibilidad. Yo me dediqué a adaptar la casa y nuestro estilo de vida.

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Hemos vivido sin residuos desde entonces.

Tu estilo de vida puede implicar abandonar costumbres arraigadas, lo cual puede causar apatía o desinterés. Pero cuando se habla de dinero la cosa es distinta. ¿Cuánto dinero te ahorras con este estilo de vida y cómo un ciudadano corriente puede comenzar a reducir los desechos que genera?
Al principio, mi marido no estaba completamente convencido y pensó que la compra de materiales reutilizables y las compras a granel (sin paquetes) nos ahogarían económicamente. Pero cuando lo puse a comparar los balances bancarios de antes y después, descubrió que hemos ahorrado 40 por ciento de nuestros gastos por vivir así.

¡Eso es mucho! ¿Cómo se explican esos ahorros?
¿Sabes que el 15 por ciento del precio de venta es por el precio del envase? Eso significa que cuando compras a granel, automáticamente ahorras un 15 por ciento. Pero nuestros ahorros no solamente vienen de comprar a granel. También los ahorros se han dado porque nosotros consumimos mucho menos que antes (solo compramos lo que hay que sustituir) y cuando compramos algo, compramos cosas de segunda mano.

No compramos cosas de un solo uso, excepto el papel higiénico. Hay un montón de productos recurrentes en una casa normal y que ya no compramos, porque no los necesitamos o los hemos reemplazado con alternativas reutilizables: toallitas de papel, servilletas de papel, pañuelos de papel, aluminio, papel parafinado, envases de plástico, esponjas, bolsas de basura, bolsas de congelador, platos desechables, cubiertos y copas, hilo dental, cuchillos desechables, vendas, palillos, laca, laca de uñas y acetona, productos de higiene femenina, productos de limpieza, toallitas, papel de regalo, periódicos, champú, jabón, almidón, grapas, cinta, etc…

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¿Y cómo hace uno para vivir sin eso?
No echamos de menos estos productos. Es exactamente lo contrario. Nosotros preferimos el uso y la estética de las soluciones que hemos adoptado y apreciamos los ahorros de dinero y de tiempo.

Por ejemplo, nosotros llevamos a todos lados nuestras tazas de café, bolsas y servilletas de tela. En vez de bolsas y recipientes de plástico, para las compras tenemos jarros de vidrio y bolsas de tela. Es muy fácil evitar generar residuos porque normalmente ya tenemos con qué reemplazarlos en casa por objetos duraderos y reutilizables.

También es fácil encontrar en internet cómo con materiales sencillos puedes hacer tu propio jabón, papel, crema dental y velas. Así que nosotros empezamos a experimentar de esta manera y ahora hacemos los nuestros. Los ahorros que generamos con nuestra decisión de vida nos permitieron instalar una red de aguas grises y paneles solares en el techo, que ahorran aún más… Este estilo de vida es un regalo.

Bueno, digamos que alguien se anima a probar vivir así, ¿qué es lo que tiene que hacer?
El cero de "cero residuos" hace que suene aterrador y difícil de lograr, pero no es tan difícil como parece. La transición para nuestra familia ha sido fácil y natural, simplemente siguiendo estos cinco principios, las cinco erres, en este orden:

1.Rechazar lo que no necesitamos.

2.Reducir lo que necesitamos, como ropa o aparatos.

3.Reutilizar: comprar de segunda mano y usar reutilizables en vez de cosas desechables. Esto incluye hacer las compras con tarros, botellas y bolsas de tela.

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4.Reciclar lo que no podemos rechazar, reducir o reutilizar.

5.Recuperar: hacer un abono con los desechos orgánicos.

Pero lo más importante para reducir los residuos y parar el desorden de cosas que tenemos en las casas es decir no. Rechaza los panfletos, las tarjetas de negocios, los plásticos de un solo uso y el correo basura. Aceptar estas cosas genera una demanda y también crearlos es un desperdicio de los recursos naturales. Además, estos objetos agregan desorden en nuestras casas y más adelante requieren un esfuerzo para ser eliminados y dispuestos en los vertederos. La primera regla de una vida libre de residuos es rechazar. ¡Pruébalo! Te sorprenderás de la cantidad de cosas que serás capaz de eliminar de tu vida.

Eso funciona para una casa, pero ¿para una civilización entera funcionará?
Generar cero residuos parece inalcanzable para muchas personas porque nuestra civilización está tan basada en el consumismo que no puede imaginar vivir de otra manera. Hay muchas connotaciones negativas asociadas a la vida libre de residuos. Muchas personas tienen la tendencia a pensar que requiere más tiempo y dinero que de los que realmente requiere. Puedes desmitificar este estilo de vida dando voz a las personas que lo practican y compartiendo las historias de éxito: ¡probamos que es lo contrario a lo que muchas personas piensan!

No quiero decirle a la gente cómo debe vivir su vida, pero comparto cómo vivo la mía para demostrar lo que es posible en cuanto a reducción de residuos se refiere y posiblemente para inspirar a otros. Mi mensaje no se obsesiona con el problema, sino que se centra en la solución y las grandes ventajas que este estilo de vida puede ofrecer. Mi discurso no tiene como foco principal el medio ambiente, sino las mejoras que hemos descubierto para la calidad de vida, y ese mensaje positivo ha sido mi herramienta más poderosa para convertir mi estilo de vida en un movimiento mundial.

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Si esta filosofía ha mejorado en gran medida la vida de mi familia, imagino lo maravilloso que sería para una civilización adoptarlo. ¡Imagina cómo sería nuestra sociedad si pasara de centrarse en tener a centrarse en ser, como mi familia ha hecho!

A pesar de que tu discurso no se centra en el medio ambiente, lo cierto es que esta práctica beneficia al planeta…
Como dijo Jeffrey Hollender, presidente de Seventh Generation: "El estilo de vida de "cero residuos" es la madre de las obviedades ambientales" ––citado por The Story of Stuff––. Se ha hecho evidente que los recursos de la tierra no pueden sostener el consumo de nuestra sociedad. La reducción de los residuos es importante ya que no solo es bueno para el medio ambiente (los residuos son destinados a vertederos, que liberan compuestos tóxicos en el aire y el suelo, aumentando los gases de efecto invernadero en la atmósfera), sino que también mejorará en gran medida la calidad de vida de todos.

Alguien podría argumentar que unos cuantos hogares que pongan en práctica este estilo de vida no van a suponer un gran impacto a nivel mundial. ¿Qué tienes que decir a esto?
Algunas personas dicen que las acciones individuales no tienen importancia, pero yo, al contrario, creo que el cambio empieza desde los hogares. Comprar es desechar. Por eso, con cada compra que hagamos tenemos la capacidad de apoyar una práctica sostenible o una práctica insostenible. Son nuestras decisiones de compra las que manejan el mundo de la industria.

Mi libro y blog han iniciado un movimiento global que está creciendo rápidamente: miles de personas han adoptado el estilo de vida, varios centenares de blogs han surgido inspirados en el mío, cada semana recibo cartas de empresarios por todo el mundo que han comenzado a crear empresas de cero basura ––especialmente tiendas en Australia, Canadá, Suiza, Bélgica, Francia, Alemania, etc.––.

En octubre vas a estar participando en El Foro Mundial de Ciudades Bajas en Carbono en Medellín, ¿Qué expectativas tienes?
Mi vocación es inspirar a la gente, y al mismo tiempo destruir los imaginarios y conceptos erróneos que suelen ir vinculados a una vida libre de residuos. ¡Espero que mi participación en el Foro de Ciudades Bajas en Carbono logre estos dos objetivos!