Ahora Uruguay tiene un autoservicio para carne

Los uruguayos están algo locos por la carne: le ganan a los argentinos como los carnívoros número uno del mundo, con 56 kilos de consumo per cápita al año. (Hong Kong está en tercer lugar y los amantes de la carne en EEUU tienen un vergonzoso cuarto lugar, según información de la USDA.) Más que ser un hábito, comer carne es una tradición en el país más pacífico de Sudamérica, una tradición que está siendo revitalizada.

En la ciudad costera y vanguardista de Punta del Este, en la región sureste del país —donde los uruguayos, argentinos y muchos europeos gastan grandes cantidades de dinero en sus vacaciones veraniegas (la mayoría dueños de lujosos hoteles en la zona costera)— un steakhouse vende carne de res a través de una ventanilla de autoservicio, llevando el consumo de carne a otro nivel, permitiendo que los carnívoros consigan su pieza de chorizo o bife ancho sin tener que salir del auto. Los clientes demandantes exigen servicios muy especiales.

La idea fue concebida por los socios de Las Nenas Steakhouse, un restaurante que abrió recientemente en el barrio Playa Mansa. Querían llevar la carne de calidad hacia un concepto parecido al de cadena de comida rápida. "¿Por qué solo tenemos mala comida en las ventanillas para autos?", pregunta Juan Pablo Imbellone, uno de los socios de Las Nenas. "Queremos cambiar la mentalidad de las personas al respecto, ofreciendo excelente carne en este formato".

Desde mediados de enero, los conductores pueden comprar sus cortes desde una ventanilla para comer en el auto o llevarlo a casa. Los cortes se venden crudos (para ser preparados en la comodidad de tu casa) o asados a la parrilla dependiendo del gusto (¡o hambre!) del cliente. Todos los cortes se mantienen dentro de un congelador especial a plena vista de los clientes. Los cortes a la parrilla se preparan a la orden.

Un cliente puede escoger cualquiera de los cortes uruguayos, como asado de tira, colita de cuadril y bife ancho. El menú para autoservicio también ofrece papas a la francesa, papa asada, boniato (un camote local) y bebidas desde refresco hasta vino (producido en los viñedos nacionales, por supuesto). Los precios por cada corte varían de $10 a $25 dólares por kilo.

"Queremos que la gente reemplace el 'Mc' con 'Carne' cuando piensen en un tipo de comida para llevar", dice Imbellone. Para dejarlo claro, también sirven sándwiches hechos con los cortes de carne, como chorizo al pan —un platillo tradicional uruguayo, preparado con chorizo a la parrilla y pan crujiente— y sándwich de lomo, un sándwich con una laja de filete, tomate, lechuga y cebolla, un clásico local.

Las Nenas también opera como asador, con 150 asientos cómodos. Los clientes pasan para comprar carne, igual que en cualquier otra carnicería. Toda la carne vendida o preparada a la parrilla proviene de animales criados en libertad y alimentados con pasto en las granjas administradas por los socios del restaurante. El ganado se cría al aire libre durante todo el año en los campos uruguayos y está certificado como orgánico por la USDA, ya que gran cantidad de la carne se exporta a países como Estados Unidos. Uruguay es uno de los productores de carne más grandes del mundo, el sexto en exportar carne de res.

"Tenemos un código en cada pieza de carne que vendemos, éste proporciona información sobre su origen, los procesos de producción, historiales detallados y cómo fueron criados los animales", comenta Imbellone. Según él, el código permite saber todo lo que desees sobre el corte que adquieres. "Esto es algo inimaginable para muchas cadenas de comida rápida: cuando compras una hamburguesa en una bolsa de papel nunca puedes imaginar su procedencia". Actualmente, los clientes están más conscientes de la información de origen. "Principalmente, son este tipo de clientes a los que intentamos atraer", señala.

Los socios de Las Nenas también están creando una aplicación que permita a los usuarios ordenar sus cortes de res directamente desde la playa —o donde sea que estén— y programar una hora específica para recoger su orden cuando se cansen del sol. "Queremos que la gente no tenga que pensar en qué o a dónde irán a comer luego de un hermoso día en la playa", dice. "Sabemos que quieren una porción de carne, así que justo eso es lo que podemos servirles".

Incluso si es a través de una ventanilla para el autoservicio.