Photo credit: Radio New Zealand/Youtube.
Si existiera un Salón de la Fama para los personajes más dopados en la historia del deporte, Lance Armstrong sería el primer miembro sin temor a equivocarnos.Quien en alguna época fuese el ciclista más querido del mundo, vio cómo su farsa se vino a bajo en 2013 cuando se dio a conocer su dopaje por EPO y fue despojado de sus siete títulos del Tour de Francia.A pesar que Armstrong ha recibido una infinidad de críticas después de su confesión, el nacido en Texas de 45 años estuvo en Nueva Zelanda esta semana para grabar un comercial de la compañía neozelandesa de cerveza Lion Breweries, de acuerdo con varias fuentes.Según el New Zealand Herald, el comercial de Lion Breweries del que Armstrong será protagonista se llamará "The Consequence" (La consecuencia)."Queríamos a Lance para contar una historia preventiva sobre los riesgos de perseguir el éxito a toda costa", explicó en un comunicado la compañía cervecera."Queremos resaltar que las acciones tienen consecuencias y quién mejor que Lance para hacerlo".El día de ayer, Lance dio una vuelta en su bicicleta por la ciudad de Auckland. Más de 200 personas se le unieron en las calles, y nos dio la impresión que muchos olvidaron su historia con el dopaje."Todo mundo se emocionó al verlo y los niños lo adoraban", comentó el ciclista Ian Margan para Australian Associated Press. "Fue un increíble ciclista en su época, y lo sigue siendo, creo".El ciclista radicado en Italia, Bruce Biddle dijo para el Herald que Armstrong no debería convertirse en el chivo expiatorio por su dopaje en el Tour de France."Representó una era específica del cliclismo", comenta Biddle."Pero si todos hubiesen concursado con sólo pan y agua, como decimos, probablemente Lance habría sido el más fuerte de todos. Aquellos años representan la era oscura del ciclismo, cuando todo mundo consumía EPO. No fue el único".La visita de Armstrong a Nueva Zelanda fue gravemente criticada por Dave Gerrard, Presidente del Comité de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA)."Lance Armstrong es la epítome de todo lo malo acerca del consumo de drogas en el deporte", dijo Gerrard para Radio Sport. "Es muy claro que no se trata del modelo a seguir que nuestros hijos querrán emular y admirar".
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