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FIGHTLAND

Hablando de mujeres y el trío dinámico de UFC: Holm, Tate y Rousey

Es imposible no hablar de Ronda Rousey cuando se habla del MMA femenil, incluso cuando analizamos los escenarios que vienen para la pelea por título entre Holly Holm y Miesha Tate.
Foto: Djatmiko Waluyo

No había vuelto a escribir sobre Ronda Rousey desde su devastadora derrota ante Holly Holm en Melbourne. Y aunque esta nota no trate estrictamente sobre ella, es imposible analizar la división de peso gallo femenina de UFC (por no decir todo el MMA femenil) sin mencionarla.

Ronda era virtualmente imbatible hasta la llegada de Holly. Y muchos siguen creyendo que el factor que determinó ese inesperado desenlace fue más una "mala noche" de la ex monarca que la real virtud de la nueva campeona. Se ha dicho de todo sobre Ronda: que equivocó su estrategia, que su profesor de boxeo la estafó, que hizo mal el corte de peso, que la extenuaron las agotadoras ruedas de prensa, el cine, el peso del éxito. Nada de eso importa ya, asumidas cuentas: la campeona es Holm. Y la pregunta que se desprende inmediatamente: ¿quién merece ser la primera en desafiarla?

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Se dice que un campeón no es verdadero hasta que defiende su corona, y toda la fanaticada de Ronda estaba esperando que la primera defensa fuera una revancha, ya que si el cinturón volvía inmediatamente a sus manos, todo el asunto podría recordarse como un "pequeño traspié" en su carrera. Obviamente esa revancha tendría una audiencia monumental, y de hecho, inmediatamente después de que el cinturón cambiase de manos, Dana White prometió que se haría y hasta bromeó: "Lorenzo Fertitta y yo seríamos los peores promotores de la historia si no la hiciéramos". Pero la cosa no es tan sencilla: la lesión en la mandíbula de Ronda le grajeó una suspensión médica de seis meses, y ella misma confesó a la revista People que "serán de tres a seis semanas antes de que pueda comer una manzana, mucho menos recibir un impacto". Para colmo, trascendió que habría pedido un tiempo extra para terminar el rodaje de una película; por todo esto, su regreso se demoró, en teoría, hasta el UFC 200 en julio. Teniendo en cuenta las consecuencias psicológicas de la derrota y la necesidad de rearmarse como figura y deportista, considero que esa pausa es lo que más le conviene.

Pero ¿Qué pasa con Holly? Le conviene a ella dejar pasar más de medio año sin pelear? Holm tiene 34 años, una edad crítica para la mujer. Descansar ahora sería desperdiciar sus últimos momentos de mayor plenitud física, y no sería justo. Por esto, apoyo la decisión de Dana White de pactar una pelea antes de la revancha, y creo que casi todos coincidimos en que nadie merece más la chance por el campeonato que la eterna "sombra" de Ronda, la hermosa y ruda Miesha Tate.

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Recapitulemos. Originalmente, la siguiente rival de Ronda después de Bethe Correia iba a ser Miesha. Según ella, Dana le había asegurado que si vencía a Jessica Eye tendría la chance y—tras haberlo hecho—ya había empezado a prepararse para "Rowdy" Ronda Rousey. Cuando se supo que la reemplazaban por Holm, se enojó mucho y llegó a comentar que semejante injusticia la hizo plantearse el retiro. En esa oportunidad, White no se dejó intimidar, sino que fue categórico "si un peleador está pensando en retirarse es que es su hora de hacerlo". Pero la cosa no paso de ahí. Si lo vemos desde el punto de vista de Dana, o el del marketing, se entiende que las trilogías tienen más sentido cuando se componen de un triunfo, una revancha y un desempate, que cuando las dos primeras las gana el mismo. Y si bien Miesha dio mucha guerra en su revancha, el tiempo demostró que la decisión de cambiarla por Holm no fue tan desacertada.

Ahora, si nos paramos en los zapatos de "Cupcake" Tate, perder esa chance debe haber sido una frustración insoportable, y más al ver el resultado. Me la imagino pensando: "Si realmente era la hora de caer de Ronda, ¿Cómo me quitaron el placer de destronarla?" La rivalidad entre Miesha y Ronda venia muy inflada; recordemos que fueron entrenadoras de los equipos rivales en la primera temporada femenina de The Ultimate Fighter, y allí se enemistaron aún con más fervor. Ronda la acusó de haber insultado a su familia y se negó a darle la mano luego de vencerla por segunda vez en el octágono, en uno de los episodios que más daño hicieron a su imagen pública. La foto de Miesha, derrotada pero conciliatoria, tendiéndole la mano, y Ronda, triunfadora pero arrogante, dándole vuelta la cara, se grabó en mi retina y creo que en la de todos los fans. Seguramente la noticia de enfrentar a Holm haya hecho feliz a Tate, pero no debe ser lo mismo para ella medirse con su odiada/deseada Ronda, que con una Holly con quien mostró respeto y hasta una naciente amistad (compartieron rodaje en la película Fight Valley, junto con Cris "Cyborg", y no escatimaron en selfies y halagos mutuos).

Ahora volvamos a pararnos en el lugar de White. Lo que el capo máximo del MMA debe estar temiendo, es que si Miesha vence a Holm, la esperada revancha entre Ronda y Holly por el título será virtualmente imposible, y entonces él se convertirá—según sus propias palabras—en el peor promotor de la historia. En ese caso Ronda podría ir nuevamente por Miesha, pero no es así como sus fanáticos quieren verla recuperar el título, sino de manos de quien se lo quitó. Podría ir Holly a desafiarla nuevamente, sí, pero no sería lo mismo, y no sé cuán justo sería para el resto de la división que el título se dispute siempre entre las mismas tres atletas.

En casa de Holm, todos parecen tranquilos, ella es famosa por su mesura y buenos modales al hablar con la prensa, y hasta se dedicó a defender a Ronda cuando la ola de bullying cayó sobre ella. Mike Winkeljohn, su entrenador, comentó respecto de la pelea con Tate: "Vamos a demostrarle al mundo que no fue cuestión de un día sino que Holm puede destruir a la siguiente rival. Y luego, si Ronda Rousey tiene las agallas para volver a enfrentarse a ello, lo haremos por una buena suma de dinero". Sin embargo, muchos analistas están opinando que Holm es quien más tiene que perder en este trío. La pelea entre Holm y Tate le conviene más a Ronda y a "Cupcake" que a la campeona.

Casi todos los expertos coinciden conmigo en que Tate es una de las peleadoras más completas (si no la mas completa) de toda la división. Recordemos que se formó en lucha olímpica (Su apodo solía ser "Takedown"), que su boxeo es eficaz (al menos más eficaz que el de Ronda en su última pelea), y su juego de piso podría considerarse su fuerte (fue la primera mujer en someter a Marloes Coenen e hizo otro tanto con Julie Kedzie y Zoila Gurgel, en los mejores momentos de sus respectivas carreras). Tate no ha parado de crecer y al día de hoy se encuentra en su pico de rendimiento, tras vencer a Liz Carmouche, Rin Nikai, Sara McMann y Jessica Eye una detrás de otra. Holm tuvo meses para prepararse específicamente para el juego de Ronda (que si bien era el más efectivo hasta el momento, era bastante lineal y predecible) y pudo acertar la estrategia indicada. Pero ahora tiene sólo hasta el 5 de marzo para planear una estrategia que neutralice a Miesha, y el juego de Tate es mucho más variado, ¿Le alcanzará el tiempo para automatizar una respuesta a cada uno de sus movimientos?

Todas las cartas están sobre la mesa, y sin embargo hay un nombre que no deja de sonar y del que no nos hemos ocupado. Sí, "Cyborg". ¿Qué pasa con ella? Simplemente sigue fuera de peso. Hace poco Holm declaró que no tendría problema en enfrentarla, y muchos periodistas tomaron esta declaración como una vergüenza para Rousey, de quien se decía que le tenía miedo. Pero la única realidad tangible es que UFC no tiene categoría pluma, y "Cyborg" recién estaba intentando un peso pactado en las 140 libras para Invicta FC, pero a raíz de la caída de Ronda, la brasileña optó por mantenerse nuevamente en las 145 para defender su título, por lo que, por ahora, su presencia en UFC sigue siendo pura especulación.