Ron Galella odia a los paparazzi

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El número de la farándula

Ron Galella odia a los paparazzi

El paparazzo original habla de una vida dedicada a colarse en fiestas

Antes de que el concepto de paparazzi se convirtiese en lo que conocemos hoy —un enjambre de anónimos payasos con cámaras digitales, sin influencia ni clase— Ron Galella ya estaba colándose en las fiestas a través de los montaplatos, haciendo fotos a Madonna, Bowie y Liza mientras bailaban después de haberse metido unas rayas, y acosando sin cesar a Jackie O. a la salida de su apartamento en el Upper East Side.

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Oportunista y adicto al trabajo, Galella escaló hasta llegar a la cumbre de la retorcida escalinata y finalmente convertirse en el fotógrafo de lascelebrities,una distinción no autorizada pero definitivamente reconocida. Marlon Brando le dio una paliza (después de la cual acostumbró a llevar un casco de fútbol cuando Brando andaba cerca), Jackie O. le denunció y se le negó la entrada a docenas de discotecas exclusivas, pero al mismo tiempo era increíblemente valioso para la industria puesto que, desde los años sesenta hasta los ochenta, literalmente nadie podía hacer lo que él hacía. Durante este tiempo sus fotografías aparecieron regularmente en las revistasTime(la cual le consideraba el “padrino de la cultura paparazzi de los EEUU”), enHarper’s Bazar,Vanity Fair,VogueyPeople.Nadie más tenía huevos para capturar los momentos íntimos; de hecho, los otros ni siquiera se atrevían a considerar fotografiarlos.

Hoy, a los 81, Galella ya ha visto todo lo que el mundo de las estrellas del cine tiene por ofrecer, y ya lo tiene todo documentado y catalogado. El sótano de su mansión de Nueva Jersey está lleno de fotos de todo el mundo, desde Andy Warhol, Elizabeth Taylor y Goldie Hawn hasta Elvis Presley, todas meticulosamente organizadas. Actualmente está trabajando en un libro sobre Jackie O., su gran obsesión, pero se ha tomado un descanso de tantos años de plantar sus cámaras delante de las caras de los famosos para ofrecer, gentilmente, una selección de fotos inéditas de sus archivos.

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Una cándida imagen de Ron rodeado de décadas de imágenes cándidas.

VICE: ¿Crees que tu trabajo es invasivo?

Ron Galella:Bueno…

Tengo que preguntártelo, y más sabiendo que te han pegado y denunciado alguna que otra vez.

[risas] Soy controvertido, ya lo ves. Algunos famosos piensan que tienen vida privada, como Jackie Onassis. Ella lo creía. Pero la verdad es que en sitios públicos es un juego justo. En cierto modo era una hipócrita, porque a ella también le gustaba. Mi mejor foto de ella es una en la que sale “azotada por el viento”. No llevaba maquillaje ni iba peinada, su pose era natural. Estaba fotografiando a la modelo Joyce Smith en Central Park, cerca de la casa de Jackie, y la vi justo cuando nos marchábamos. Ella no me vio, pero la seguí hasta la esquina de la 85 con Madison y me metí en un taxi. Si la hubiese seguido a pie tarde o temprano me hubiese descubierto y se hubiese puesto las gafas de sol, y ese tipo de fotos no me va nada. El conductor pitó, creo que él también quería ver a Jackie. Cuando sonó el claxon, Jackie se giró y miró hacia el taxi. Conseguí mi foto. Luego salí del taxi y le di a Joyce Smith otra cámara para que ella me hiciese fotos a mí persiguiendo a Jackie.

¿Por qué te obsesionaba tanto Jackie O.?

Había muchas razones. Físicamente era preciosa, tenía los ojos grandes. Siempre hablaba bajito y su voz era dulce como la de una niña pequeña, igual que Marilyn. Pero el factor más importante que da glamour a cualquier mujer era que era mística, misteriosa y tranquila. Solo concedió tres entrevistas en toda su vida. El misticismo es lo que le falta a la mayoría de famosos de hoy en día. Todo el mundo tiene prisa por exponer sus intimidades. Es vulgar. Cuando hay misterio, se crea interés y deseo.

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¿Cuándo empezaste a trabajar como paparazzi?

Acababa de salir de la escuela de arte y no tenía dinero para pagarme un estudio, así que hacía las fotos en exteriores. El mundo era mi estudio. Era pura necesidad. Le hacía fotos a los famosos en su ambiente: en eventos, en el aeropuerto… Por supuesto, con Jackie solo tenía que esperar en la puerta de su casa y ella me llevaba a donde fuese. Cuando hacía fotos, mi estilo era muy espontáneo, sin preparativos o ensayos. Incluso mi membrete lo decía: “Fotografía al estilo paparazzi”. Yo quería emociones reales, mientras que hoy en día todo es pose. En unapremiere, el paparazzo simplemente grita los nombres de los famosos; quieren que los famosos miren directamente a sus cámaras. Yo quería gente que hiciese cosas reales. Eso es lo que hace que las fotos sean buenas: emociones genuinas. Queremos ver a los famosos en situaciones humanas, así podemos decir, “¡Mira, son como nosotros!” Las fotos cuentan una historia mientras las personas que aparecen en ellas están haciendo otras cosas, mientras que una foto en la que se está posando no cuenta nada.
Puede que tu “estudio” más famoso sea el Studio 54.

Era un sitio genial porque era como un plató de cine. Tenía focos increíbles, la música estaba alta y la gente bailaba. Las grandes estrellas estaban ahí para conocer a otras estrellas. El dueño, Steve Rubell, invitaba al Studio a cualquier famoso que estuviese en la ciudad para tomar algo gratis o para tomar drogas. Era muy listo.

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Ese es el tipo de marketing que ya no existe hoy en día.

A Steve le encantaba la publicidad, así que invitaba a la prensa. Me prohibió la entrada un par de veces. La primera vez fue por una foto que le hice a Ali MacGraw mientras bailaba muy íntimamente con Larry Spangler. No llevaba sujetador y se le marcaban los pezones. Le hice una foto que acabó enPlayboyy Steve dijo que Ali estaba cabreada. Mintió. Conozco a Ali y le hablé de la foto. A ella le gustaba, no le importó. Steve siempre se estaba metiendo conmigo porque yo era más famoso que otros fotógrafos.

¿Y la segunda vez?

La segunda vez fue para el resto de mi vida. El Grupo W, un equipo informativo, estaba en la ciudad haciendo un reportaje sobre mí. Les sugerí que viniesen y me viesen en acción. Fuimos a un estreno de Robin Williams en el Copacabana. Todo el mundo estaba ahí, también Steve, y naturalmente él había invitado a todo el mundo a ir después al Studio 54. Steve me dijo que solo podía hacer instantáneas, Robin Williams no quería que la televisión lo cubriese. Así que mientras Robin bailaba con su mujer, yo les hacía fotos y la televisión me grababa a mí. Steve enseguida llegó corriendo y gritando, “¡Ahora que ya lo has hecho, quiero la cinta!” Pidió la cinta tanto al equipo de rodaje como a mí. Sabía que traería problemas, así que hice una foto rápida a un Steve cabreadísimo y me largué de allí. Mientras salía, me gritaba “¡Te prohíbo que vengas más!” [risas]La policía llegó y se llevó a Steve y al equipo de rodaje. Soltaron a todos menos a Steve, que tuvo que quedarse 33 horas por tener infracciones anteriores. Me lo estuvo echando en cara toda la vida.

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¿No era un coñazo que constantemente te echasen de todas partes?

No. Soy un oportunista. No me rindo. Me colaría donde fuese. A menudo solía colarme en eventos en salones de baile a través de la cocina, aunque tarde o temprano los de seguridad siempre me acababa pillando. Yo cooperaba, pulsaba el botón del ascensor, haciendo como que me iba. Ellos se iban y yo volvía a colarme por la cocina. A veces iba a la cola de la comida y me ponía morado, dejaba que pasase un rato y vuelta a empezar.

¿Qué opinas de los paparazzi de hoy en día?

Son terribles. Cuando yo lo hacía en los 60 y 70 al menos era cara a cara. No había enjambres de paparazzi como hoy en día. Están descontrolados. Me alegro de no hacerlo. Hoy en día cualquiera puede ser paparazzo. De hecho, la CNN acaba de despedir a un montón de fotógrafos porque ellos mismos pueden tomar fotos desde un móvil, gratis o por muy poca pasta.

¿Crees que los famosos ya no son tan interesantes? Todo el mundo se ha hecho retoques, es casi como si ya no hubieran imperfecciones ni distinciones entre las estrellas.

Justamente ayer por la noche vi a Lindsay Lohan por la tele. ¡Sus mejillas eran protuberantes! Creo que la cirugía está bien cuando es necesaria. Si tienes una barbilla fea, rellénatela con plástico, pero no me gustan las mujeres con tetas enormes. Yo soy más de culos. La parte más sexy de un tío o una tía es el culo. Gene Kelly tenía un culazo, y esa tal Jennifer Lopez también.

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Naomi Campbell a mitad de una conversación en el Tanqueray Sterling Ball Benefit for AIDS Coalition el 9 de noviembre de 1989 en la Sand Factory en Nueva York.

Jackie y Ari Onassis detrás de una ventana lluviosa el 14 de noviembre de 1970, en La Côte Basque en Nueva York.

Jimi Hendrix en medio del gentío en el concierto benéfico para Martin Luther King Jr. en el Madison Square Garden el 28 de junio de 1968.

Cyndi Lauper, muy en la onda (y también muy borracha) después de la after-party de los Grammy en el restaurante Rex II en Los Ángeles.

Elizabeth Taylor en un momento de privacidad antes de acudir a la actuación de Private Lives en el Lunt-Fontanne Theatre en Nueva York en 1983.

Joey Heatherton levantando sus tacones en el Artists & Models Ball el 19 de noviembre de 1996, en el Hotel Baltimore de Nueva York.

Brigitte Bardot, el 1 de septiembre de 1968, en el Zoom Zoom Club en Saint-Tropez, Francia.