Ser joven en Málaga, la ciudad española del sol y los museos
Imagen por Miguel Heredia modificada por VICE

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Ser joven en Málaga, la ciudad española del sol y los museos

Es la ciudad española más valorada por sus habitantes.

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Desde hace un tiempo, Málaga parece estar de moda. La ciudad ha generado una marca a partir del sol y los museos y ha dejado atrás la imagen de edificios feos a pie de playa. Basta un paseo a media mañana por la céntrica Calle Larios para comprobar que los turistas que antes pasaban de largo con destino a cualquier lugar donde tostarse y beber cerveza barata, ahora recorren con gusto tabernas, monumentos y museos del centro de la ciudad.

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Los malagueños también parecen satisfechos. Hace un par de años una encuesta europea concluyó que Málaga era la ciudad española más valorada por sus propios habitantes, la única española entre las diez primeras, en el noveno puesto. Algunos aseguraron que era la mejor ciudad española para vivir, pero el estudio no dice eso. Basándose en percepciones subjetivas, lo que dice es que no hay nadie en España más feliz y satisfecho de vivir en su ciudad que los malagueños. Que no es poco.

Sin embargo, toda estampa tiene un reverso. Por ejemplo, donde muchos ven al turista y su dinero, otros alertan de la subida del alquiler, la jarana insufrible y la masificación por efecto de las viviendas turísticas. Hay 11.426 plazas hoteleras y unas 13.000 en apartamentos turísticos, según informó recientemente el ayuntamiento, pero existe además mucha oferta ilegal. La turistificación del Centro es un hecho.

Más paradojas: Málaga tiene 37 museos, desde franquicias del Centro Pompidou y la Colección del Museo Ruso, a un Museo Carmen Thyssen, un Centro de Arte Contemporáneo y un Museo Picasso (el más visitado de Andalucía, 635.891 visitas en 2017), pero a su imagen de marca como Ciudad de Museos se le critica que sea tan sólo fachada para atraer turistas.

Frente a quienes alaban la brillantez del Centro Histórico, se denuncia el abandono de muchos barrios y sus problemas, entre ellos la suciedad rampante. Casi un tercio de los mayores de 75 años viven solos, según datos del Observatorio del Medio Ambiente Urbano. Y a quien destaca la riqueza que generan los cruceros se oponen quienes muestran que la desigualdad es grande y el empleo es poco, dependiente del turismo y precario. La tasa media de desempleo en 2017 fue del 25,14%, y aunque no hay datos municipales de desempleo juvenil, en la provincia ronda el 40%.

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Málaga es la ciudad española más valorada por sus habitantes, ¿pero están los jóvenes tan satisfechos de vivir en Málaga? Es una ciudad estupenda para vivir… si tienes trabajo.

Cristian quiere ser desarrollador de videojuegos

Aunque tiene su skate para moverse por la ciudad, a Cristian Sánchez lo encontramos en la Alameda Principal, esperando el autobús que le lleve al instituto. Tiene 19 años y ha repetido porque memorizar se le da muy mal. "Lengua e Historia tienen la culpa". Cristian estudia 2º de Bachillerato por la rama de Artes, y quiere ser diseñador y desarrollador de videojuegos. Además, Cristian trabaja. "Echo una mano en el taller de mi padre, así que un par de días a la semana me levanto a las 7 de la mañana para cambiar neumáticos".

"Me gustaría quedarme en Málaga, pero… sabiendo cómo es este mundillo [del diseño de videojuegos], no creo que pueda, porque no hay empresas de lo mío" – Cristian

El dinero que saca se le va en fiestas, aunque dice que prefiere los bares a las discotecas. "Hay un bar en el Centro donde compras la botella y los refrescos y te la bebes allí. Busco cosas baratillas. Como mucho me gasto 20 euros", dice.

Lo que más le gusta de Málaga es el clima

Cristian ha salido una vez de España, para ir a Londres. Recuerda que "allí hace un frío que no veas", así que no es extraño que lo que más le guste de vivir en Málaga sea el clima. "En las playas veces hay pechá de plásticos o espumilla, y da un poco de asco bañarte".

Más allá de las playas, Cristian tiene otra preocupación: "A mí me gustaría quedarme en Málaga, pero… sabiendo cómo es este mundillo [del diseño de videojuegos], no creo que pueda, porque no hay empresas de lo mío. Lo que me gustaría es crear mi empresa y traerla".

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Alba en la Playa de la Malagueta

Como tantas otras tardes, Alba Abad pasea por el paseo de la Playa de la Malagueta con su BMX. Tiene 26 y trabaja en una residencia cuidando a sus "niños". Les ayuda en el aseo, a comer, o en tareas educativas. Aunque ella los llama "mis niños", se trata de mayores de edad con un alto grado de autismo.

"Me encanta mi trabajo… Me flipa. Es una de las mejores profesiones que he podido elegir. Sin comerlo ni beberlo, porque no tenía ni puñetera idea de lo que iba a estudiar" – Alba

"Me encanta mi trabajo… Me encanta… Me flipa mi trabajo. Es una de las mejores profesiones que he podido elegir. Sin comerlo ni beberlo, porque no tenía ni puñetera idea de lo que iba a estudiar", nos cuenta.

Alba vive en La Palma-Palmilla, el distrito más empobrecido de la ciudad

Alba siempre ha vivido en La Palma-Palmilla, el distrito más empobrecido de la ciudad, que arrastra una asentada fama de conflictividad, tanto que Alba asegura que hay quienes "dan la vuelta y se van" al saber de dónde viene. Vive con sus padres, porque su sueldo no le da para emanciparse. "Los alquileres están caros en todos sitios… menos en mi barrio".

"Los alquileres están caros en todos sitios… menos en mi barrio" – Alba

A Alba le encanta la ropa. "Soy una obsesa", se ríe. En eso se le va el dinero, además de en hacer regalos a sus tres sobrinos. Lleva una cadena sobre su cuello en la que se lee "María del Mar y Alba", por su hermana. "Soy una enamorada de la ciudad, de su clima y de la playa. No le añadiría nada. Tiene su encanto y la dejaría tal cual. Está bien así. Málaga es bella y ya está". Y aunque cree que viajar enriquece, ella, que tiene aquí a su familia y sus amigos, sólo se iría por trabajo. "Con todo el dolor de mi corazón, pero me iría".

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Gonzalo estudia Medicina

Cuando lo encontramos, Gonzalo García pasea con su novia por el Muelle 1, un terreno ganado al puerto y hoy atestado de turistas. Con 21 años recién cumplidos, hace poco que ha terminado los exámenes de Tercero de Medicina. Es uno de los 35.920 estudiantes de la Universidad de Málaga, que está en un barrio periférico. Gonzalo lamenta que esto le quita ambiente universitario a la vida de la ciudad.

Sus padres le financian y no se plantea trabajar. Tampoco quiere pasar un año de Erasmus. Acaba de visitar a un amigo en Varsovia (Polonia), y aquello no le va: "Tengo un buen expediente y hay que revalidarlo en el MIR. Lo que he visto es que no estudia ni Dios. Por una parte me gustaría, pero tirarte un año soberanamente de fiesta y bebiendo como un condenado no es algo que me vaya a aportar mucho".

"De Málaga lo que más me gusta es mi novia y el tiempo"

Gonzalo se echa la siesta "una hora y pico, para compensar el PH", y disfruta tomando sus copitas los viernes. Cree que en Málaga se vive bien, aunque le gustaría probar en una ciudad más grande cuando sea médico, "para aspirar a algo más a nivel profesional".

"De Málaga lo que más me gusta es ella [señala a Marta, su novia]. Después, ya muy lejos, el tiempo" – Gonzalo

Le preguntamos qué es lo que más le gusta de la ciudad y lo tiene claro: "De Málaga lo que más me gusta es ella [señala a Marta, su novia]. Después, ya muy lejos, el tiempo". No es extraño: la Costa del Sol tiene una media de 2.905 horas de sol (unos 320 días), según la Guía resumida del clima en España 1981-2010, de la Agencia Estatal de Meteorología. La temperatura máxima media en 2017 fue de 23,8 grados y la mínima, 13,9.

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Felipe es uno de los más de 42.000 extranjeros censados en la ciudad

Felipe Ferreira es un malagueño de Brasil al que su madre sacó de una favela de Recife hace siete años, cuando él tenía 15. Es uno de los 42.133 extranjeros censados en la ciudad, de un total de 569.002 habitantes. Felipe explica así la diferencia entre su ciudad de origen y la de acogida: "En mi favela no podrías estar con ese móvil, ni con la cámara. Allí tienes que estar pendiente de si hay tiroteos o te van a robar". Lo peor que ha visto aquí son peleas a puñetazos, mientras que en Recife se matan "por cigarros" con cuchillos, pistolas o "espingardas". Vive en Portada Alta, un barrio donde "no hay violencia pero sí pandillas, y donde ves a la gente fumando porros o la policía entrando cada rato".

El gran problema de Felipe es la falta de trabajo. "¿Ahora mismo? No hago nada. Estoy buscando como loco pero solo hay trabajo en la hostelería" – Felipe

El gran problema de Felipe es la falta de trabajo. "¿Ahora mismo? No hago nada. Estoy buscando como loco. Sólo hay trabajo de hostelería. Si quieres otra cosa hay que salir. Lo dice todo el mundo y es lo que veo. La mayoría de personas que conozco trabajan de camareros o ayudante de cocina", cuenta.

"La mayoría de personas que conozco trabajan de camareros o ayudantes de cocina"

Además, sus experiencias con las prácticas no han sido buenas. "Dicen que son cursos de formación y hacen prácticas de un mes prometiéndote que te van a coger. Haces prácticas gratis y nada". Pese a todo, se levanta cada mañana para echar currículums: "Quiero encontrar algo de lo que sea, para contribuir y que mi madre no tenga que trabajar tanto. Y en el futuro encontrar algo mejor".

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Felipe queda con sus amigos en un parque del popular barrio de La Trinidad. Allí, brasileños, colombianos, chilenos, españoles y algún ucraniano pasan las tardes "de tranquileo", escuchando música y rapeando. De fiesta poca, porque apenas hay salas que programen rap. Últimamente también le gusta visitar algún museo, y nos cita el Pompidou y el CAC.

Si encontrara empleo no le importaría marcharse, pero si es por él, Felipe lo tiene claro: "Yo pienso vivir aquí toda la vida. No le veo nada malo, en comparación con donde vivía".

Júlia estudia Administración y Dirección de Empresas

Julia pasea con sus amigas junto al Teatro Romano, una de esas estampas de la Málaga turística. Es su rato de relax, porque a sus 19 años tiene una vida muy ajetreada: estudia Administración y Dirección de Empresas, entrena a un equipo, juega al baloncesto y da clases particulares.

"No me gusta depender de nadie. Mis padres han hecho mil cosas por mí, y ahora que puedo colaborar económicamente tengo que hacerlo". Se considera un "culillo inquieto" y opina que la ciudad da muchas alternativas.

Tiene una visión critica con la Málaga turística

Julia tiene una visión algo crítica de la conversión de Málaga en ciudad turística. Valora las mejoras, pero cree que está empezando a dificultar la vida de sus habitantes. "Por ejemplo, subiendo los precios del alquiler o masificando algunas zonas". Según la Encuesta de Ocupación Hotelera, en 2017 visitaron Málaga 507.143 españoles y 800.960 extranjeros que se quedaron en hoteles o pensiones. A esto hay que sumar la oferta de apartamentos turísticos, en auge. Ella vive en El Limonar, un barrio tranquilo al este de la ciudad.

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"A los Erasmus los veo solos. Yo soy muy echada p'alante, y les pregunto y muchos se sorprenden porque soy la primera persona que se acerca. Somos muy de 'mi grupo' y de poner etiquetas" – Júlia

De sus viajes, Julia concluye que la ciudad se ha dado conocer en el extranjero, aunque cree que muchos malagueños no tienen bien ganada la fama de abiertos. "A los Erasmus los veo solos. Yo soy muy echada p'alante, y les pregunto y muchos se sorprenden porque soy la primera persona que se acerca. Somos muy de 'mi grupo' y de poner etiquetas". Ella lo tiene claro: quiere salir de Málaga y hacer un Erasmus en Burdeos o en Bruselas. "Hay mucho mundo por descubrir. Soy ambiciosa, me gustaría visitar todos los sitios que pueda", explica.

Mari Carmen en la calle Larios, la calle comercial de Málaga

Mari Carmen charla con sus amigos al comienzo de calle Larios, la segunda calle comercial más cara de España fuera de Madrid y Barcelona, según los estudios de las consultoras inmobiliarias. "Tengo 23 años y soy emprendedora. He puesto en marcha un negocio, y ya voy por el segundo".

Su empresa es una asesoría para emprendedores llamada emecelege.com, y tiene tres vertientes: "Emprendimiento; diseño; y qué hago con mi vida, para esas personas que están perdidas ayudarles a hacer un plan de desarrollo individual".

"Soy emprendedora porque muchos empresarios abusan de su posición"

Estudió Marketing e Investigación de Mercados y las aspiraciones empresariales le surgieron a partir de un concurso universitario: "Me picó el tema del emprendimiento. Mientras acababa la carrera la mejor manera de poner en práctica lo que había aprendido era con mi propia empresa". Influyó también que saliera escaldada de sus experiencias laborales.

"He trabajado en tres sitios distintos por cuenta ajena, y no he llegado a 500 euros como contratada" – Mari Carmen

"Te tratan con la punta del zapato", se queja, "no valoran tu tiempo, ni tus ideas ni absolutamente nada, y se te quitan las ganas". Cuenta que muchos empresarios abusan de su posición. "Y económicamente, ni te cuento: he trabajado en tres sitios distintos por cuenta ajena, y no he llegado a 500 euros como contratada".

Se ha emancipado porque vive en el Soho sin pagar alquiler. El Soho es el rimbombante nombre que el ayuntamiento ha dado al Ensanche, un barrio pegado al Centro, antes poblado por prostitutas y sex shops y donde ahora los restaurantes trendy se mezclan con espectaculares murales de Obey y D'Face.

"Me gusta sobre todo volver de fiesta en cinco minutos, cuando a tus amigas les queda una hora de autobús", cuenta con sorna. A Mari Carmen le gusta Málaga, y ver a las viejecitas vestidas de gitana bailando en la Feria. "Eso me da la vida. Málaga es un buen sitio para quedarse".