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La incompleta acusación hollywoodense de Lance Armstrong

La larga campaña de dopaje y decepciones de Lance Armstrong está en el centro del nuevo filme de Stephen Frear, "The Program". Es una buena historia, pero no llega a ser una gran película.

La biografía del Twitter de Lance Armstrong se refiere a éste como el ganador de siete Tours de France —un recordatorio de que todos podemos ser lo que queramos en internet—. El 11 de septiembre, Armstrong estaba molesto. Ben Foster recién había dicho a The Guardian que se había dopado para preparar su papel estelar en "The Program", la nueva cinta de Stephen Frears sobre el ascenso y caída de Armstrong. Como respuesta, Armstrong tuiteó, "Esas son mentiras muy graves", demostrando toda la compostura y sutileza que ha definido el personaje público del ciclista.

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"The Program" hace varias referencias a la vida real de Armstrong como si se tratara de una película, y la oposición de Armstrong también podría ser considerada como parte del acto final. En algún punto de la cinta, Armstrong comenta con sus compañeros sobre qué estrella hollywoodense debería interpretarlo en su historia de vida triunfante. Es más que solo un lindo momento de auto-reflexión —destaca qué tan buena era la saga de Armstrong como para ser verdad—.

Dicha historia, hoy en día totalmente desenmascarada, en realidad es como una película: un joven atleta con talento tiene cáncer, regresa de la nada para dominar el deporte, y continúa haciéndolo por casi todo una década, convirtiéndose en ícono del movimiento para la sensibilización del cáncer. Desde luego, Armstrong sería tachado tiempo después como un tramposo, básicamente desde el primer día. Esta parte sigue siendo excelente material de narrativa, pero hasta el momento no se ha plasmado en la cinta con la fuerza que debería. El prolífico documentalista Alex Gibney realizó un pequeño esfuerzo en 2013 con "The Armstrong Lie", que no relató mucho excepto la inocencia del creador de la cinta. El mercado, como se encuentra actualmente, está corrigiendo este tipo de descuidos. De las tres películas biográficas, "The Program", que debutó en el Festival de Cine Internacional de Toronto, es el más original. El guión, del escritor de "Trainspotting" John Hodge, es una adaptación del libro del periodista irlandés David Walsh, "Seven Deadly Sins: My Pursuit of Lance Armstrong".

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Ben Foster es impresionante con la imitación de los tics faciales de Lance, aunque logró dominar mejor las cualidades psicopáticas de Armstrong que su carisma intermitente. El resultado es una imitación técnica pero vacía que revela el talento y el trabajo duro, pero ofrece poco en cuanto al interior del personaje; en resumen, es carnada para un Oscar. Lee Pace, que interpreta al agente del ciclista, hace un buen trabajo en general. Jesse Plemons resulta ser uno de los elementos más atrayentes de la película. Dustin Hoffman también aparece, aunque en realidad es difícil encontrar el porqué.

Los comentarios de Phil Liggit se escuchan en las escenas de carreras, y el utilizar los anuncios de Voice of Cycling añade algo de autenticidad. Liggit fue uno de los impulsores de Armstrong hasta el final; en algún punto de la cinta lo escuchamos animar a Armstrong cuando está por rendirse a media carrera. Es un buen detalle, pero es un ejemplo más de cuán dominante e infecciosa la mitología de Armstrong era antes de que lo desmintieran. Historias así de buenas son difíciles de olvidar.

Lance, rodeado por franceses borrachos, en tiempos más gratos. —Foto por Herman Seid/GEPA vía USA TODAY Sports

Se cree que Armstrong comenzó a doparse en el año 96 o 96. Él sostiene que concursó limpio en su Tour final de 2009; los expertos dicen que los exámenes indican otra cosa. "The Program" traza estos eventos cronológicamente, donde doctores y atletas combinan esteroides, testosterona, y cortisona en un intento por engañar a los exámenes.

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Hay tantos episodios por plasmar en esta historia, que Frears termina haciendo realmente muy poco con el material. El guión hace un trabajo impresionante para al menos aludir a los diferentes factores en juego a lo largo de una década y media de historia deportiva. La culpa de las instituciones es ampliamente evadida; todo el énfasis está sobre el equipo del Servicio Postal de los EE.UU, y no en el dopaje como una costumbre entre la mayoría de los atletas de la época. Cuando todo el equipo de Festina fue encontrado culpable por usar EPO durante el Tour de France de 1998, la noticia sacudió al deporte, pero los ciclistas del Tour habían estado tomando alcohol, anfetaminas, esteroides, y demás, para poder pasar los Alpes y llegar a la meta desde que el evento fue inaugurado en 1903. Este contexto pudo haber enriquecido el filme y hacerlo menos soso.

"The Program" no incluye el drama psicológico de las rivalidades de Lance, particularmente la de su desacreditado compañero Alberto Contador. Con tanto qué cubrir, la cinta se conforma con solo mencionar nombres en lugar de mostrar cómo Armstrong obtuvo amistades poderosas y aliados políticos. No vemos a un Motoman o Greg LeMond; ni siquiera una aparición de Sheryl Crow.

La omisión más obvia y rara es el propio ciclismo. Casi todas las carreras en la cinta tienen lugar en las montañas —no hay sprints, casi nada de disputas, y no time trials—. "The Program" es también la historia de la desilusión de Walsh con el ciclismo, y esto se ve por lo poco que la película celebra dicha disciplina. Tampoco ayuda a la narración —los ciclistas de Frears no entrenan, solo se dopan y concursan—. Aún así, algunos de los momentos más infames de Lance son estos, desde la explosiva escalada de Sestriere en el Tour del 99, hasta la persecución e intimidación de Filippo Simeoni. (El asesor de ciclismo para estas escenas fue David Millar, un ciclista escocés quien fue vetado de 2004 a 2006 por utilizar sustancias prohibidas.)

Excepto por un par de breves intentos formales, el guión no logra convencer, lo cual hace que "The Program" sea algo mediocre. En lugar de enfocarse en un lapso de tiempo más reducido, la cinta trata de abarcar las muchas vidas y carreras que Armstrong logró influenciar, y que indudablemente terminó dañando.

"The Program" termina siendo una acusación de la farándula, del poder, y de la peligrosa facilidad del cuto a la personalidad. Antes de que los créditos aparezcan, los creadores del film reconocen que el veredicto final de USADA es una herramienta esencial. El fascinante documento es el thriller real y original; es difícil imaginar una recepción que se le pueda comparar. Una vez más, a Lance tampoco no le gusto mucho que digamos.