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Cultură

Los niños pijos de Teherán nos muestran la otra cara de la juventud de Irán

¿Simplemente presumen de su estatus o están desafiando a la élite conservadora de Irán?

Rich Kids of Instagram es una cuenta en la que chicos y chicas que hacen ostentación de su estilo de vida ante los pobres. Un círculo hecho con Rolex y gente vaciando botellas de San Pellegrino por el inodoro. Hace poco han empezado a surgir imitaciones en Instagram creadas por otros chavales adinerados del mundo, y la que probablemente más revuelo esté causando sea Rich Kids of Tehran, que nos ofrece una visión de la juventud dorada de Irán.

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Mismo formato, mismas imágenes… RKOT sigue al pie de la letra los códigos genéricos de su predecesor: los cochazos de alta gama, las mansiones gigantescas y las tías buenas en bikini siguen siendo los ingredientes principales de esta cuenta. Su paraíso de lujo, papeles verdes, carne y champán resulta sorprendente en un primer momento, teniendo en cuenta que estos chicos proceden de un país musulmán muy conservador, en su mayoría, una cultura en la que la iconografía y el alcohol está prohibidos y en el que la falta de decoro al vestir es delito.

Desde la revolución iraní de 1979 –con la que se impuso la nueva visión de la República Islámica de Irán del Ayatolá Ruhollah Jomeini-, la vida social del país sigue estando marcada por estrictos decretos religiosos, y el uso del hiyab sigue siendo obligatorio para las mujeres. En septiembre del año pasado, siete personas que publicaron un vídeo en el que aparecían bailando al ritmo del tema «Happy», de Pharrell Williams, fueron arrestadas y se les aplicaron condenas de hasta un año en prisión y 91 latigazos.

A pesar de ello, la juventud iraní ha sabido encontrar cierto margen de maniobra en la red de redes. En la página de Instagram de Rich Kids of Tehran, las rígidas políticas del Gobierno chocan frontalmente contra las aspiraciones de los jóvenes. Hasta ahora, a estos niños ricos no les ha salido mal la jugada, ya que no parece que se hayan tomado represalias judiciales contra ninguno de ellos, pese a la abundancia de champán y escotes que muestran las fotos.

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Cuando preguntamos a uno de los fundadores de RKOT si el Gobierno había tomado medidas judiciales contra ellos, este respondió que habían aplicado un filtro en la cuenta que impedía su acceso si no era a través de una RPV. Al parecer, este tipo de filtros se aplican a muchas otras aplicaciones y a sitios web de Irán, en un intento del gobierno por implantar una censura «inteligente» en internet.

Después de que cinco personas murieran al estrellarse dos coches de lujo el mes pasado –uno de los niños ricos de Teherán iba al volante-, el Ayatolá Jomeini decidió dejar de ignorar el asunto e hizo una declaración en los medios de comunicación, en la que condenaba públicamente a una «generación ebria de dinero» que estaba causando «inseguridad psicológica» en Teherán. Sin embargo, no parece que se haya tomado ninguna medida contra la página, que sigue activa.

¿Cómo consiguen salirse con la suya los pijos de Teherán? Charlamos con Hamid, de 24 años y seguidor de la cuenta, quien nos explica que «el 80 por ciento de los chicos que la mantienen activa son hijos de la clase dirigente». RKOT no solo representa a una minoría adinerada, continuó, sino también el escaparate de la progenie de la clase política, la misma que promulga una conducta modesta y la contención.

Imagen de la página de Facebook de Rich Kids of Tehran

Pregunté a otros seguidores iranís de RKOT sobre la contradicción de que exista una elite conservadora que denuncie un fenómeno de «intoxicación de Occidente» y, por otro lado, una muestra tan descarada de riqueza y ostentación. Una de ellos, una artista de 27 años llamada Saba, me recordó que, aunque esos chicos estuvieran cercanos a los hombres poderosos del país, era un fenómeno de nuevos ricos, más que de la aristocracia tradicional, quienes siguen manteniendo una actitud más discreta respecto a su riqueza.

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«Según la cultura tradicional de Irán, no deberíamos hacer ostentación de nuestras posesiones, para no herir los sentimientos de los menos privilegiados», me explicó Saba.

Los responsables de la cuenta no dudaron en salir en defensa de su mensaje. Para ellos, es una forma de mostrar al mundo un Irán más moderno y liberal que el que se suele retratar. A juzgar por los tuits que provoca la cuenta, se hace patente ese deseo de enseñar otra cara de Irán. Subrayando las imágenes hay eslóganes como «No vamos en camello» o «Cosas que ellos no quieren que veas de Irán», una especie de denuncia ante la idea errónea que se tiene del país rayana en la declaración de intenciones políticas. Pero, ¿quiénes son «ellos»? ¿El gobierno iraní (lo cual no tenía sentido, porque lo que estaba viendo eran los selfies de sus hijos) u Occidente?

En una conversación por email, los chicos de la cuenta me aclararon las dudas: «En términos generales, "ellos" se refiere a los medios de comunicación, que han construido una imagen irreal e intimidante de Irán que contribuye a sus intereses políticos», y añadió: «Durante los pasados ocho años, el 98 por ciento de las noticias han tratado de la política de Irán, de sanciones y de asuntos nucleares. Los medios de Occidente han aprovechado esos temas para fomentar una imagen de nuestro país que beneficie sus objetivos políticos».

Este deseo de mostrar otra faceta de Irán era recurrente entre las personas con las que hablé. Saba, a quien no parecen gustarle demasiado los RKOT, me dijo: «No me opongo a ellos porque, como iraní, me gustaría que la comunidad internacional entendiera que este país no es como creen que es. No llevamos el velo de forma sistemática ni todos los hombres llevan barbas largas hasta el pecho. En Irán, la gente sale de fiesta, baila, canta, bebe alcohol, fuma y tiene citas».

Las reacciones que ha provocado la cuenta no solo proceden de los que están en el poder, sino de los propios usuarios de internet. Hace poco, se creó una página de Instagram llamada Poor Kids of Tehran en la que se mostraban fotos de los más desfavorecidos. Cuando pregunté a los responsables de RKOT al respecto, uno de ellos replicó que la pobreza del país nada tenía que ver con su riqueza. «Irán lleva más de una década sometida a duras sanciones por parte de Occidente que casi han paralizado la economía del país. Hay más pobres en Europa y Norteamérica que en Irán, y esos países no tienen sanciones impuestas», explicó.

Pese a todo, me cuesta creer que la cuenta se creó como desafío contra la imagen general que se tiene de Irán; lo más probable es que se creara, simplemente, para que esos niños ricos presumieran de riqueza. Lo cierto es que su mera existencia sirve para desmontar ciertos prejuicios, incluso aunque las imágenes representen solo a una diminuta minoría de jóvenes iranís.

Traducción por Mario Abad.