Magnum Photos, una de las agencias de fotografía más prestigiosas del mundo, está a punto de cumplir 70 años. Son casi siete décadas representando a algunos de los mejores fotógrafos de la actualidad, desde veteranos como Bruce Gilden y Stuart Franklin —el autor de la fotografía que bien podría ser la más famosa del siglo XX— hasta iconos de la fotografía como Jonas Bendiksen y Peter van Agtmael.

Para celebrar su 70 aniversario, Magnum pidió a algunos de sus fotógrafos y artistas que escogieran una obra que, según ellos, haya capturado el "momento decisivo" —una idea que se asocia con Henri Cartier-Bresson, uno de los fundadores de Magnum, que lo resumió como: "Hay una fracción de segundo creativa cuando tomas una fotografía […] y sabes por intuición cuándo presionar el botón de la cámara […] Si fallas, pierdes ese momento para siempre".

Como ahora ya son viejos y sabios, Magnum decidió vender copias de esta selección a tan solo 100 dólares cada una, en la colección "Los momentos (más o menos) decisivos". Abajo puedes ver algunas de las imágenes con una explicación breve de los fotógrafos que las tomaron.

"El muro de las lamentaciones es el único remanente del Templo de Jerusalén, que fue construido por Herodes y destruido por los romanos hace más de dos mil años. Los judíos creyentes lo consideran un santuario y la tradición ortodoxa obliga a las mujeres a rezar en una sección apartada. Cuando un grupo de mujeres ortodoxas reclamaron su derecho a rezar y lucir chales igual que los hombres, fueron agredidas por un grupo de fanáticos. La policía lanzó bombas de humo para detener el alboroto. Algunos de los atacantes tomaron las latas de gas y las lanzaron a la multitud. La situación se volvió surrealista y el hombre que salta parecía estar levitando y me recordó la famosa foto de Henri Cartier-Bresson".

El Paso, Texas. 2011. Dos hombres que trataron de entrar en EUA de forma ilegal cruzan el Río Bravo de regreso a Ciudad Juárez, México, después de ser descubiertos por la Patrulla Fronteriza Estadounidense. © Paolo Pellegrin / Magnum Photos

"Pocas de mis fotografías entran en la interpretación del momento decisivo de Cartier-Bresson. Creo que es porque mi trabajo, en su mayoría, se desarrolla de forma progresiva y la narrativa aparece poco a poco a través de una serie de imágenes. Aun así, creo que cada vez que un fotógrafo presiona el obturador es un momento clave en el que toman una serie de decisiones misteriosas que tienen como resultado esa fotografía".

"Esta imagen concreta es un momento decisivo porque captura un instante muy fugaz. Estaba tomando fotos desde uno de los puentes que conecta El Paso con Ciudad Juárez cuando vi de reojo que algo se movía. En ese momento, dos jóvenes mexicanos que habían intentado saltar la verja para entrar en EUA corrieron a toda velocidad de vuelta a territorio mexicano tras ser descubiertos por la patrulla fronteriza estadounidense".

Paris, distrito 19. Yves St Laurent 1985 Haute-Couture. Colección fotografiada junto a La Géode en el parque de La Villette. © Abbas / Magnum Photos

"Dejo el 'momento decisivo' a Henri. 'Decisivo' da la impresión de un momento congelado en el tiempo. Durante 50 años, mi fotografía ha sido una sucesión de 'momentos suspendidos' —los personajes en mis fotos no quedaron congelados en el tiempo, sino que siguieron con lo que estaban haciendo antes de que tomara la foto—".

"La asistente lleva 30 años arreglando ese abrigo mientras una de las modelos se prepara para saltar y otra está a punto de bajar al suelo; dos guapas modelos descansan sobre el bloque como odaliscas al viento. Durante más de 30 años, mi cámara ha estado en primera plano, esperando a que suceda la acción. Esta fue mi primera sesión de fotos de moda con las modelos más famosas de esa época".

"El momento decisivo puede tardar mucho. Por ejemplo, este momento decisivo en concreto me llevó dos semanas. La fiesta de espuma en el club Amnesia, en Ibiza, solo se celebra una vez a la semana. Tuve que verla una vez para saber qué hacer. Al principio, creí que lo mejor sería meterme entre el gentío y así lo hice. Hice fotos muy buenas ahí dentro, pero creí que hacerlo desde arriba sería mejor para transmitir todo aquel hedonismo masivo. O para que pareceria el infierno de Dante".

"Pedí permiso para subirme a la plataforma de iluminación, en el techo del club. Al final gasté un carrete completo en fotos muy similares a esta. Las luces del club cambiaban de color cada segundo y ésta es la única con el tono que yo quería. Dos semanas que se resumen en dos segundos de oportunidad. Pero claro, valió la pena".

"Tomé esta foto en 1988, cuando estaba haciendo mi segundo libro en Delhi. Pasé con el coche, vi la entrada principal de un centro de lucha, Akhara, pintada con colores llamativos. y dos sujetos en una pose de lucha muy dramática. Me detuve, abrí la puerta y esto era lo que había dentro. Me quedé ahí e hice algunas tomas en las que las presonas dentro y fuera entraban en cierta armonía, les di las gracias, cerré la puerta y me fui".

"Hay ciertas situaciones que son físicamente muy dramáticas y tienen mucho potencial; lo que hay que hacer es esperar el momento en que los elementos —en este caso las formas humanas y la acción física— adquieran cierto ritmo o relación para complementar la experiencia y mejorar la fuerza y la estructura de la composición, lo cual le brinda cierto dinamismo. Claro, los colores eran dramáticos y las formas hicieron el resto. Así es como el momento decisivo aparece y desaparece".

El té es una parte tan importante de la cultura pakistaní que en su bandera nacional hay representada una planta de té. La infusión se sirve con todas las comidas, en descansos durante días laborales y en cualquier evento social. El momento fugaz capturado en esta imagen demuestra el papel que desempeña esta bebida en la vida cotidiana, hasta para los viajeros del tren".

Trípoli, Líbano. Noviembre de 2013. Interior de un piso de la Calle Siria, donde las luchas entre suníes y chiíes son más violentas. © Lorenzo Meloni

"Estuve más de un año trabajando en el distrito Bab al-Tabbaneh de Trípoli, documentando un conflicto sectario por cuestiones políticas. Visité muchos hogares ubicados en el frente de batalla, pero la gente nunca dejaba que los retratara porque tenían miedo. Por eso, en varias ocasiones volví a casa sin siquiera haber encendido la cámara.

El día que tomé esta foto, subí las escaleras hasta llegar al último piso de un edificio con las paredes llenas de agujeros de bala. Cuando salí de uno de los pisos, me di vuelta y vi a unos niños sentados en unos sillones frente al muro destruido; eran la imagen perfecta de cómo vivían las familias en medio del conflicto. Con un pie afuera, levanté mi cámara y disparé".