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Cultură

Las capitales europeas de la droga que nadie conoce

Más allá de Ámsterdam, existen lugares en Europa en los que el tráfico y consumo de droga marcan la pauta en la economía local.

Las vacaciones soñadas de uno que otro baretero incluyen viajar algún día a Ámsterdam y fumar hasta acabar con sus pulmones. Por su parte, Trainspotting puso a Edinburgo en el mapa mental de los consumidores alrededor del mundo. Pero, ¿has oído algo de Lazarat o Rasquera?

En 2013 el Centro de Monitoreo Europeo de Drogas y Adicciones (EMCDDA) comenzó un estudio que puso bajo la lupa a 42 ciudades europeas. A partir de un análisis de aguas residuales se examinó el consumo de drogas en determinadas regiones. En los resultados aparecen ciudades que yo jamás hubiera asociado con una cultura de drogas excesiva. Para ser honesto, tampoco se me había pasado por la cabeza que, más allá de Ámsterdam, existieran lugares en Europa en los que el tráfico de droga marcara la pauta en la economía local.

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Aquí les presento entonces algunas de las capitales secretas de la droga en Europa:

Amberes, Bélgica

Amberes, Bélgica, es la capital de la cocaína. Es una ciudad donde hasta las palomas vuelan embaladas. Los belgas pueden conseguir de la cocaína más barata de Europa: el gramo cuesta casi 50 euros. Más o menos el 25 por ciento de la cocaína que viene de Suramérica pasa por Bélgica, y gran parte de esa porción circula por el puerto de Amberes. Sólo un 2 por ciento de los contenedores que anualmente pasan por el puerto son revisados con rayos x, lo cual ha permitido que la ciudad se convierta en un punto clave en el comercio del polvo blanco en Europa.

Lazarat, Albania

Lazarat es un pueblo muy verde y todo lo que allá es verde es cannabis. La hierba cuesta una décima parte de lo que cuesta en un coffee shop de Ámsterdam. Se cultiva como negocio familiar y, al parecer, para los habitantes del pueblo cuando se trata de la familia las cosas van muy en serio. El año pasado la policía hizo una redada para destruir una plantación. Los campesinos salieron a la defensa y todo terminó en un tiroteo estilo Hollywood. Desde entonces las autoridades no han vuelto a intentar controlar el cultivo de cannabis en el lugar.

Dresden, Alemania

Lo que más le gusta a la gente de Dresden es el Chrystal Meth. Los jueves aumenta el consumo de drogas y aunque no se sabe con certeza por qué, debe tenerse en cuenta que ese es el día de la semana en que llega nueva mercancía. Cerca a la frontera checa hay un comercio dinámico. Cada año se encuentran entre 200 y 300 laboratorios de droga alrededor de la ciudad. La demanda de metanfetaminas es tan alta que incluso algunos dealers ofrecen tarjetas de descuento por la fidelidad de los clientes.

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Rasquera, España

Rasquera es un pueblo español que tiene alrededor de 900 habitantes. La crisis económica que atravesaba el lugar en 2012 llevó a que se aprobara el alquiler de 7 hectáreas de tierra a una asociación de burros para que cultivaran cannabis con fines "terapéuticos y lúdicos". Aquí la palabra "lúdicos" no significa otra cosa que "para diversión personal". Se esperaba que el alquiler generara ingresos por 1.3 millones de euros. Un Joint-Venture ejemplar.

Fráncfort, Alemania

Fráncfort es y será siempre la capital alemana de la droga. Gracias al aeropuerto internacional, la ciudad se ha convertido en el lugar preferido de contrabandistas y traficantes de droga. Al interior de Alemania también conserva el título de la capital del crack. Según la Oficina Federal de Investigación Criminal de Alemania (BKA), esta droga es difícil de conseguir fuera de Fráncfort y Hamburgo.

Novi Sad, Serbia

Noticia dirigida a los amantes de la mariguana: Ámsterdam no es, como muchos piensan, la ciudad que lidera el ranking de consumo de cannabis en Europa. En el puesto número 1 está Novi Sad, la segunda ciudad más grande de Serbia. A ella le siguen Ámsterdam y Paris (segunda y tercera posición respectivamente). Algunos registros de principios del siglo 15 prueban que en la época había una producción industrial de cáñamo en la región de Vojvodina, alrededor de Novi Sad. En algún momento a alguien se le tuvo que haber ocurrido aplicar esta experiencia a otras formas de explotación. Así nació la ciudad más grande de mariguanos en Europa.

Glasgow, Escocia

Tráfico de personas, prostitución y lavado de dinero: todas las cosas que trae consigo un cártel de droga las puedes encontrar en Escocia. Disfrazados como jardineros, inmigrantes ilegales chinos o vietnamitas cultivan plantas en granjas de cannabis. Los 'jardineros' controlan alrededor del 75 por ciento del mercado. Se cultiva en todas partes: desde en construcciones de fábricas abandonadas hasta en en apartamentos de barrios residenciales. Los bajos precios inmobiliarios de Glasgow, en comparación con Londres, fueron definitivos para la expansión de los cárteles en el área. La participación de Escocia en la exportación de cannabis sigue aumentando y lo ha convertido en uno de los negocios de exportación de mariguana y hachís más grandes en el negocio.