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Lo que he aprendido de mis años como swinger

Esta decisión de vida me ha permitido descubrir varias cosas acerca de otros y de mí mismo, pero también me ha traído varios momentos de pena, vergüenza y dolor. He aquí lo que he aprendido hasta ahora.

Foto vía Flickr del usuario Topher i.

Toda mi vida había fantaseado con las orgías. Me enteré de esta fantasía hasta después de conocer a una chica que pensaba que la monogamia era algo imposible. Al igual que yo, esa chica —que es ahora la madre de mi hijo— creía que suprimir el deseo sexual podría causar tumores. No sé si es coincidencia, pero hasta el día de hoy no he tenido cáncer.

La necesidad de volverme un libertino se manifestó temprano en mi vida: probablemente se remonta a cuando leía las caricaturas hípersexualizadas de Robert Crumb y de Gilbert Shelton a pesar de ser demasiado joven para estar viendo ese tipo de cosas. Aún así, mi primera aventura ocurrió bastante tarde, a la edad de 30.

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Ocurrió durante una orgía en mi casa organizada por un amigo mío (en ese momento yo ya llevaba 7 años en una relación). Ese mismo amigo me presentó a un círculo de "libertinos" autoproclamados, que resultó estar formado por personas a las que había visto esporádicamente a lo largo de varios años.

Esta decisión de vida me ha permitido descubrir varias cosas acerca de otros y de mí mismo, pero también me ha traído varios momentos de pena, vergüenza y dolor. Durante mucho tiempo he meditado acerca de las consecuencias negativas de las decisiones que mi pareja y yo hemos tomado, algo que tú también deberías hacer si algún día decides embarcarte en esta gran aventura que va mucho más allá de la vanidad y del deseo animal. He aquí lo que he aprendido hasta ahora:

LOS IDIOTAS

La primera —y más obvia— complicación de ser swinger es la alta probabilidad de conocer idiotas. La mayoría de los coscolinos que conocí eran idiotas descerebrados. Sin importar de qué clase social vengan, los libertinos —particularmente, los swingers— son personas aburridas con poca conversación. Así que no creas que al entrar a ese tipo de vida sexual vas a tener acceso a nuevas y encantadoras esferas intelectuales.

DIVERSIÓN OGRANIZADA

Antes de que me diera cuenta de que las orgías no eran lo que yo buscaba —a menos que aparecieran de manera natural y como capricho al final de una fiesta—, tuve que lidiar con un montón de planes siniestros. Imagina la peor noche de tu vida, añádele una dosis de sexo, y te harás una vaga idea de la noche tuve que alguna vez.

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Un conocido mío de la escena orgiástica me llevó a un lugar que le pertenecía a un amigo suyo a quien le vendía MDMA. Eran las cuatro de la mañana cuando llegamos al lugar y nos encontramos con un montón de gente que estaba drogada y medio desnuda. La atmósfera era sórdida. Todos se sentaron en un círculo, muy drogados y muy desnudos, y me fastidiaron hablándome de sus mundanas y horribles vidas. Aparentemente, ellos se juntaban una vez a la semana para drogarse y coger, pero lo habían hecho durante tanto tiempo que ya no lo gozaban. Todos los que conocí en la fiesta se quejaron de la carga que era esta cita semanal. "Pero aún así lo hacemos", se la pasaron diciéndome uno tras otro.

Después de esto decidí experimentar mis vicios fuera de una red. Es una tarea mucho más complicada —por ejemplo, es difícil convencer a una mujer que está bien cogerse a un güey casado—, pero al final fue mucho más provechosa.

LOS PURITANOS

Ya que soy un hombre honesto, siempre me rehúso a coquetear con una chica sin antes especificarle que estoy en una relación. Aprendí esa lección desnudo, en el baño, con una chica con quien había coqueteado en una fiesta una semana antes. Fue durante una fiesta en mi casa en la que propuse que todos mis invitados disfrutaran un "momento al desnudo" en el jacuzzi.

Decidí poner el ejemplo y ella me siguió. Ella era tímida y encantadora; era un placer estar desnudo con ella. Me preguntó si yo vivía en ese departamento y le dije: "Sí, con mi novia". Silencio incómodo. Pensé que ella sabía que yo salía con alguien, pero más bien ella comenzó a llorar, salió rápidamente del jacuzzi, se vistió, y se fue del departamento. Me sentí como un idiota y un cretino al mismo tiempo, pero poco a poco me dejó de importar, pues tuve sexo con mi novia esa noche.

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ENAMORARSE

Esto es lo peor que te puede pasar si, como yo, eres un buen chico y te importa la persona con la que estás. Enamorarme de una chica que no era mi novia me terminó destruyendo. Finalmente le confesé todo a mi novia después de una noche que pasé en el techo preguntándome si debía saltar o no.

Yo era una reina del drama; en el mejor de los casos me rompería sólo una pierna, ya que estaba en la terraza del primer piso de una casa en los suburbios de París, pero aún así me sentía bastante deprimido. Después de oír mi historia, mi novia se rió y me dijo que era tierno que estuviera llorando a sus pies.

CUANDO TU NOVIA PIENSA QUE TE ENAMORASTE DE ALGUIEN MÁS

Después del dramático episodio sucedió algo inesperado. Yo estaba filmando una película en ese momento y comencé a salir con una de las actrices. Fue un romance bastante sencillo y motivado por un impulso bohemio que tiende a asentarse en personas que trabajan juntas en un contexto creativo de, digamos, filmar una película de terror de muy bajo presupuesto.

Mientras estaba en una deprimente fiesta de Año Nuevo, yo esperaba que esta chica llegara para poner un poco de diversión al asunto. Sin embargo, ella nunca llegó y yo, un poco triste, le envié un "beso" por mensaje. Sucedió que esa fue la noche que mi novia decidió empezar a leer mis mensajes —por primera vez en toda nuestra relación—, y se enojó bastante. Me despertó corriéndome de la cama y pidiéndome que no nos viéramos durante una semana. Respeté su deseo, pero pensé que era un error; yo ya había estado enamorado de otra chica (de la que mi novia sí había sabido) y no me sentía para nada como aquella vez.

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Mantuve la boca cerrada, pero sí fue un momento difícil para mí, por lo que decidí nunca dejar que una duda de este tipo surgiera de nuevo en mi relación.

CUANDO TU NOVIA SE COGE A OTROS EN UNA FIESTA DE DISFRACES

Una noche, mi novia se fue a casa con un chico a media fiesta. No fue problema para mí y me dije a mí mismo que me encontraría con ella al día siguiente y seguiríamos con nuestra vida en pareja. Ella me dijo que lo llevaría a casa de su hermana, quien se encontraba fuera de la ciudad esa semana, por lo que la mañana siguiente llegué a la puerta con una bolsa llena de cuernitos esperando encontrarla en la cama con ese chico. Pensé que ambos estarían agradecidos por el desayuno y que todos lo comeríamos desnudos, tal vez incluso terminaríamos teniendo un trío. Digo, después de todo somos libertinos franceses. Pero nada salió como lo había planeado.

Así que los desperté. Ambos estaban desnudos —tuve razón en eso—, pero mi novia empezó a gritarme que me largara. Tuve que caminar a casa descalzo en un disfraz de Jesús mientras otro tipo se cogía a mi novia en la cama de su hermana. La fiesta en la que estuve noche anterior tenía la temática de "íconos religiosos", y yo no tenía dinero suficiente para tomar un taxi.

Al menos aún tenía los cuernitos.