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Supervivientes 2018

Los cincos personajes por los que engancharse a 'Supervivientes 2018'

Está siendo una de las mejores ediciones y eso que solo lleva dos galas.
Todas las imágenes vía Supervivientes/Telecinco

Una semana después del arranque de Supervivientes 2018, empiezan a despuntar algunos personajes y empiezan a forjarse las primeras tramas del concurso. Aunque se trata de un formato cambiante que evoluciona de manera muy lenta e inesperada, yo ya tengo un primer listado de apuestas para esta edición. Cinco nombres que ya han dado que hablar o que lo harán en las próximas semanas.

Saray Montoya

Indiscutiblemente, la gran protagonista de la gala de ayer, y la revelación de esta edición. Saray Montoya se dio a conocer en Gipsy Kings, aunque se trataba de un personaje menor y poco recordado por los fans del programa, de ahí que pocos pudieran imaginar que acabaría protagonizando la primera gran pelea de Supervivientes 2018. Ayer se las tuvo a lo grande con Alberto Isla y la escena fue memorable: su discusión a grito pelado en medio de la jungla se podía oír en la otra parte de la isla, y es inevitable pensar en el careto de sorpresa y estupefacción de los nativos hondureños que hayan asistido a ese espectáculo.

Se negó a participar en la prueba que decidía quién se queda con la parte amable de la isla, condenando a sus compañeros a otra semana de penurias, depresión y mal rollo. Mantuvo fuego cruzado con Mayte Zaldívar (“¿Me vas a corregir tú, que eres el mayor fraude de España?”) y protagonizó el primer gran momento de drama queen de la edición con el llamamiento de su marido para que no abandone el concurso. Es probable que la semana que viene ya haya decidido pirarse sin dar explicaciones, pero pocas veces uno de los participantes “baratos” habrá dado tanto en tan poco tiempo.

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Francisco

En un reality es indispensable contar con un cuñao profesional. Y Francisco es el Messi de los cuñaos: eterno machito español, el cantante no necesitó llegar a la isla para liarla parda. En la semana previa de aclimatación, un lamentable intento de bromita con María Jesús Ruiz, ni más ni menos que darle un susto con una tortuga que le acabó pegando un bocado rabioso en el brazo, ya ha justificado su sueldo en el programa.

El típico gracioso incapaz de regular y controlar el tempo de sus ocurrencias, gallito de pelea más cerca de una retirada decadente que de seguir dignamente en la competición, el padre que está de vuelta de todo y se pasa el día aconsejando a los demás, Francisco está destinado a darnos momentos épicos en esta edición: la figura de Logan, el concursante perfecto e inmaculado de esta temporada, ha empezado a despertar su lado más competitivo, y aquí es donde queríamos tenerlo: un cuñado motivado, picado y herido en el orgullo es una garantía absoluta.

Maestro Joao

Maestro Joao, sin todo su atrezo de brujo y vidente, recuerda a la figura triste del payaso desmaquillado, a ese Joker desesperado y terrorífico sin su pintura blanca eternamente frustrado por Batman. Joao es una apuesta muy personal: el hecho de que le tocara elegir a su equipo el primer día de concurso y eligiera tan mal y de forma tan descompensada me ganó el corazón. Incapaz de pensar en clave de concurso, Joao seleccionó a sus compis y colegas olvidándose que aquí las pruebas físicas tienen una importancia capital. Y claro: le quedó una plantilla infame que parece el equipo de viejas glorias de cualquier club de fútbol. El vidente fue incapaz de ver lo que todos vimos desde casa.

Pero además de su nula capacidad para liderar, Joao está destinado a ser una pieza importante en el engranaje del programa. Cotilla, intrigante y con ese punto de malicia soterrada que nos gusta, el tarotista aparecerá en todo su esplendor cuando aviven las tensiones y cuando empiece a ser necesario tomar partido. De momento, su papel de entrevistador/periodista del corazón lo está ejerciendo a la perfección, y todas las declaraciones personales de Aberto Isla o Mayte Zaldívar se las debemos a su indudable pericia como portera número 1 de la edición.

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Sofía Suescun

Sofía es una participante con mucho pedigrí: ser la hija de Mayte Galdeano, autora del hit Che, che, documentación, che, che, la papela del camión, conlleva mucha responsabilidad. Para estar a la altura de la gran diva de los realities, la heroína que consiguió cargarse Gran Hermano 17 provocando la huida despavorida de Pablo alias “El gofrero”, hay que saber jugar a esto. Y Sofía conoce bien las reglas.

En apenas dos semanas, ya ha conseguido ganarse una trama con un posible flirteo con Logan, desgraciadamente ayer frenada con el cambio de equipo de este. Por suerte, no hay mal que por bien no venga, y ahora comparte equipo con Alberto Isla, novio de Chabelita Pantoja, a su vez ex de su actual novio, Alejandro Albalá, un pobre diablo que cada semana tiene que ver en directo cómo se especula con una más que posible cornamenta. La pieza Sofía es una decisión muy inteligente del reality, que al precio —barato— de una concursante tiene en plató la trama más potente que podían imaginar: la coincidencia semanal en plató de Albalá y Chabelita.

Raquel Mosquera

Raquel Mosquera es claramente una apuesta a largo plazo. No hay prisa. Es ese jugador que fichas a temprana edad confiado en que los resultados llegarán tras un proceso de adaptación. En el caso de la célebre peluquera, su estallido deberá llegar cuando se le haya rebajado el subidón emocional y físico con el que llegó a la isla.

Hasta que llegue ese momento, hasta que se produzca el clic mental y el personaje empiece a preocupar a la dirección con sus reacciones inconexas e incontrolables, son las pruebas de equipo y de liderato el terreno en que Mosquera está brillando con luz propia: trompazos de órdago, incapacidad total para enfrentarse a ellas y una torpeza absolutamente hilarante le están dando a la exnovia de Tony Anikpe un protagonismo merecido.