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En imágenes: un fotógrafo se cuela en el Costa Concordia cuatro años después del accidente

Cuatro años después del naufragio del Costa Concordia en el que murieron 32 personas, el fotógrafo Jonathan Danko Kielkowski ha conseguido colarse a los restos de la embarcación, anclada en el puerto de Génova y cuyo acceso está prohibido.
Imagen por Jonathan Danko Kielkowski.
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Este artículo se publicó originalmente en VICE.

Todas las imágenes por Jonathan Danko Kielkowski.

Hace unas semanas se cumplió el cuarto aniversario de la tragedia del Costa Concordia. Aquel 13 de enero de 2012 la nave transportaba más de 4.200 personas a bordo cuando impactó contra un arrecife frente a la isla italiana de Giglio. La colisión causó una gigantesca abertura de 70 metros en el casco de la embarcación provocando un naufragio en el que murieron 32 personas. El 11 de febrero de 2015 el capitán del barco, Francesco Schettino, fue condenado a 16 años y un mes de prisión.

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El hundimiento del Costa Concordia y la confusión legal que envolvió al caso acapararon la atención de los medios de comunicación del mundo. A fines de julio de 2014, más de dos años después del incidente, los restos del crucero fueron finalmente trasladados. Desde entonces, lo que queda del Costa Concordia se encuentra atracado en el puerto de Génova, donde cientos de trabajadores trabajan para recuperar el esqueleto de acero.

El fotógrafo Jonathan Danko Kielkowski decidió ir a ver los restos por sí mismo, evadiendo los controles que impiden el acceso. Le entrevistamos para preguntarle cómo surgió la idea y cómo se siente el estar dentro de la sombra de un crucero.

En Imágenes: dentro del 'ghetto del amianto' en Nápoles. Ver aquí.

VICE News: ¿Cómo se te ocurrió la idea de fotografiar el Costa Concordia?
Jonathan Danko Kielkowski: La idea de que algo tan grande pueda ser hundido por un estúpido error humano y algunas rocas siempre me ha fascinado. Vi todo el proceso de recuperación, el esfuerzo técnico para eliminar los restos de las rocas y ponerlo de nuevo en posición vertical, la mano de obra y el dinero invertido. Costó más de 500 millones de euros. Cuando el barco llegó a Génova para ser desmantelado decidí ir a verlo.

¿Y fue sencillo?
No, la primera vez no tuve éxito. Fui sorprendido por la Guardia Costera y tuve que irme. Lo intenté de nuevo dos semanas más tarde y lo conseguí.

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¿Cómo lo hiciste?
El barco fue anclado en un muelle a 200 metros de tierra firme, así que tuve que nadar. Puse la cámara y ropa de repuesto en un flotador para niños y lo arrastré.

¿Y esta vez no fuiste descubierto?
Era domingo por la noche. No había nadie. Esperé que comenzara el amanecer, y salí. Pensé que em atraparían, pero nadie apareció. Estuve dentro de la nave hasta la tarde.

¿Cuál fue tu primera impresión cuando llegaste?
Fue bastante surrealista. Me concentré en sacar las fotografías, ya que pensaba que tendría a lo sumo media hora. Tenía un plano y había identificado un par de puntos que quería retratar. Entré en modo automático. Sólo después de una hora caí en la cuenta de que estaba dentro del Costa Concordia.

¿Qué ambiente se respiraba? ¿Daba miedo? 
No era aterrador, todo estaba muy tranquilo, pero al mismo tiempo había dolor, se percibía una sensación de pánico. Los pasillos son muy estrechos y los techos bajos. Caminé hasta el vestíbulo y me encontré con maletas, carritos de bebé y sillas de ruedas tirados por todas partes. La gente recogió sus pertenencias y comenzó a correr hacia los botes salvavidas. Pero en algún momento abandonaron todo y solo intentaron escapar. Imagínate, todos los botes salvavidas en la cubierta del barco y 4.000 personas alrededor tratando de salvarse.

Teniendo en cuenta a las víctimas… ¿Alguna vez has dudado en hacer este proyecto? 
Para mí fue importante documentar las huellas visibles del desastre en este momento que todavía son visibles, antes de que desaparezcan. Traté de obtener una autorización oficial, pero me dijeron que no querían, que querían olvidar. Pero pensé que valía la pena. Todavía hay muchas preguntas sin respuesta.

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Las fotografías no son solo una forma de documentación, sino que también son estéticamente bellas. ¿Crees que la decadencia contiene una cierta belleza?
Para mí era importante contrarrestar el silencio de la construcción naval. Siempre hay un montón de lujo y de ilusiones en este tipo de cruceros. Al mostrar este otro lado quería demostrar su falsedad, enseñando su opulencia completamente destruida.

Las fotografías de Jonathan fueron publicadas por White Press. Para comprar el libro CONCORDIA, haga clic aquí.

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