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Cultură

Acabas de hacer la selectividad, bien ¿y ahora qué?

Crees que ahora viene una época de sueños y esperanza, lo siento, precisamente ahora es cuando empieza el horror de vivir en occidente.

Imagen vía Flickr de la Universidad de Navarra

A menos que seas una de esas personas que con 50 años deciden rendirle cuentas a un pasado lleno de baches y errores —¿es que a los 16 años nadie te dijo que conducir borracho y en pelotas un coche robado te puede traer problemas?—, la finalización de la selectividad te ha pillado de bien joven y totalmente rellenito de sueños y esperanzas. Crees que ahora empieza una nueva etapa de tu vida, esa en la que abrazarás la libertad, te forjarás como persona y aprenderás a comprender y a convivir con los entresijos del sexo. Noticia de última hora: te estás equivocando. Coge todos estos sueños y esperanzas, mételos dentro de una caja de cartón barato, entrégasela a ese tipo que tienes indexado en la agenda como "Dani Chabolas" y dile que camine hasta el fondo del océano y se hunda para siempre.

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Disfruta este último verano de libertad porque a partir de ahora hasta que te mueras tendrás que dedicarte a contentarte. A contentarte con ciertas cosas:

Imagen vía Flickr de la Universidad de Navarra

LA CARRERA QUE ESTUDIASTE

Al final esa borrachera que te pillaste el día antes de empezar los exámenes de la selectividad sí que afectó un poco a tu rendimiento. Esos cubatas de licor dulce que beben los postadolescentes te reventaron las neuronas y lo único que supiste comentar sobre un Pantocrátor del siglo XII fue que se trataba de un "señor leyendo un libro en su casa". Por culpa de este y muchos otros errores —la revolución industrial no tiene nada que ver con una guerra entre robots— ahora tienes que estudiar esa carrera que te la suda. Pero bueno, esto no importa. A ti lo que te interesa es conocer a gente y empezar a vivir como un universitario de verdad; beber, follar y apuntarte a la comisión de fiestas de la facultad. No te preocupes, pasarán unos cuantos años antes de que te des cuenta de que has tirado tu vida a la basura.

EL SITIO AL QUE TE TIENES QUE IR A VIVIR

¡Uops! No es solo que los estudios universitarios con los que ahora te toca lidiar no te apasionan lo más mínimo sino que resulta que, por culpa de tu mierda de nota, te ha tocado una facultad que está en un pueblo —bueno, una "pequeña ciudad" como dicen los aborígenes— donde los niños siguen haciendo eso de lanzar crías de gatos contra un muro para divertirse. Pero no pasa nada, de hecho ya salías de un pueblo de mierda —al que hasta entonces llamabas hogar— del que querías huir a toda costa para evitar volverte completamente loco, así que vivir en un sitio parecido no será un problema; te manejas perfectamente entre los emplazamientos tristes, sin vida y degradados.

LA GENTE QUE TE RODEA

Ahora estás lejos de tus amigos del pasado, los de verdad; esos con los que te hiciste tus primeras "pajas de sofá" y descubriste el maravilloso mundo de Warhammer 40.000 —sí, no se que es lo que hacen los grupos de chicas para forjar eternas amistades.

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Ahora estás rodeado de gente nueva que no sabes qué coño tienen en la cabeza ni cómo funciona esta. Podrían ser unos dementes, unos criminales. Pero tranquilo, son gente que, como tú, ha terminado en la peor universidad de España y en la peor carrera del mundo, el sitio donde van a parar los que se emborrachan el día antes de hacer la selectividad. La cosa, lo sabes bien, no pinta muy esperanzadora. De entre toda esta maleza de gente sacarás tus mejores amigos para el resto de tu vida, incluso puede que entre ellos estén tus futuros compañeros de trabajo e incluso tu ESPOSA/MARIDO. Lo siento. Construirás una torre (tu vida) a base de piezas magulladas y en mal estado (la gente) es lo que algunos se atreven a llamar "un problema".

DEBERÍAS "QUERER" A ALGUNA DE ESAS PERSONAS QUE HABITAN A TU ALREDEDOR

Sí, tendrás que hacer el enorme esfuerzo de intentar querer a alguna de estas personas. Recuerdas perfectamente cómo durante el primer día de clase miraste a tú alrededor y checkeaste la gente (lo que se llamaría pasar el radar) y pensaste "madre mía, no hay NADIE mínimamente atractivo". No pasa nada, con el tiempo te contentarás con cualquier cosa y terminarás con el primer ser que te demuestre un mínimo de empatía porque, al fin y al cabo, lo único que quieres es tener relaciones sexuales de forma mínimamente constante. Vigila, porque si te enganchas puede que termines toda la vida con esa persona que, realmente, te la suda.

PROBABLEMENTE TE HAS EQUIVOCADO DE CARRERA PERO QUE NO PUEDES VOLVER ATRÁS

En el fondo ya lo sabías, pero llegará un punto durante los años de tu formación universitaria, en el que la cosa será tan evidente que tendrás que preguntarte en voz alta "¿qué coño estoy haciendo?". En fin, ¿por qué estás perdiendo tanto tiempo en meter en tu cabeza un cúmulo de información que incluso odias? Ah, sí, claro: el trabajo. Llegará un punto en el que tendrás que trabajar de algo mínimamente decente que te permita comprar comida, cobijo y vino. Mucho, mucho, mucho vino.

EL FUTURO MÁS ALLÁ DE LA UNIVERSIDAD

Toda esta falta de pasión y esfuerzo culminará en una vida irritante y tediosa. Cuando el despertador suena a las siete de la mañana recordarás esa fiesta de putísima madre que te pegaste justo el día antes de empezar la selectividad. Joder, pedías los cubatas cargados hasta arriba, esa noche fuiste el alma de la fiesta. Esa noche. Solamente esa noche. "Eres el puto jefe, Dani; el puto jefe", te dijo esa noche ese amigo que, paradójicamente, ahora resulta ser tu jefe.

En fin, los exámenes ya han acabado, no tengas prisa por empezar "la uni". Rellena tu cuerpo juvenil de aire puro y recuerda que aunque siempre te hayan dicho lo contrario, a partir de ahora lo bueno empezará a ir quedando atrás.