FYI.

This story is over 5 years old.

spleen! journal

La abuelita que conoce el oro y las sombras del PRI

El día que fui a conocer a Alicia Sánchez Jara, la señorita que en 1953 luchó por el voto femenil, estaba pegada a un radio portátil y escuchaba a Jacobo Zabludowski diciendo los nombres del equipo de campaña del candidato presidencial Enrique Peña...

Spleen Journal! es una revista bimestral que publica crónicas latinoamericanas, un proyecto sin fin de lucro que admiramos y respetamos. Cada lunes, VICE México comparte un artículo publicado originalmente en spleenjournal.com.

El día que fui a conocer a Alicia Sánchez Jara, la señorita que en 1953 luchó por el voto femenil, estaba pegada a un radio portátil y escuchaba al periodista Jacobo Zabludowski diciendo los nombres del equipo de campaña del candidato presidencial Enrique Peña Nieto. El retorno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia de la República empezaba a escribirse y el político de 45 años hacía creer que la nueva generación de priistas había amputado las trampas que le permitieron al instituto político permanecer poco más de 70 años en el poder.

Publicidad

La televisión pintaba una realidad y entorno diferentes al que el candidato acababa de dejar en el Estado de México, donde todavía no existen organismos independientes de combate a la corrupción ni defensa a la transparencia, donde se registraron los gastos más elevados en comunicación y propaganda en su sexenio, y los índices de feminicidios se dispararon de forma alarmante. Pero la nieta del general Heriberto Jara que ayudó a Francisco I Madero a gestar la Revolución, es una mujer de buenas intenciones y se le veía feliz porque Peña Nieto no parecía tener competidor.

El logro de la ancianita de 93 años quedará marcado por siempre en la historia nacional. Hoy, más de 45 millones de mujeres pueden votar (son el 51.55 por ciento del padrón electoral) y aunque en el tema de la equidad falta mucho para echar las campanas al vuelo, las mujeres también pueden ocupar cargos públicos. Esa fría mañana de enero de 2012, como todos los días, bajó de su automóvil antes de las nueve y por la tarde, después de la transmisión radiofónica, hablaba con una sonrisa permanente en sus labios carmín. Ningún candidato de su partido había estado en los primeros lugares de popularidad desde que Luis Donaldo Colosio fue abatido supuestamente por un sicario que debió ser más audaz que El Llanero Solitario si es que, como concluyó la policía, en fracción de segundo pudo meterle un tiro detrás de la oreja y otro cerca del ombligo tan sólo días después de enemistarse con el Presidente Carlos Salinas de Gortari.

“Mucho gusto mijito; más de una vida trabajando aquí”, dijo la viejecita al tiempo que pestañeaba como señal de amabilidad. Se había parado de su asiento en una oficina de la sede nacional del PRI y luego como si estuviera en un templo abrió los brazos y levantó la barbilla de modo que sus ojos se fijaron en el techo. “Doce años de suplicios y oraciones para que haya un milagro”, comentó en franca referencia a la posibilidad de que el PRI ganara las elecciones presidenciales.

Es una abuelita jovial. Tiene un cutis asombroso: tostado y de ligeros pliegues. Esa vez llevaba puestas unas botas de tacón mediano, falda negra y un elegante abrigo de piel que casi cubría sus rodillas. Lucía un gorrito gris ladeado intencionalmente hacia su hombro derecho que le imprimía cierta gallardía. Por un momento la vi con ese aire de soldadera y dudé de su edad, pero cuando la historia ofrece pruebas y ella cuenta anécdotas y aporta fechas y datos no hay lugar para las mentiras.

Su abuelo vivió alejado de la política algún tiempo. Tras la ejecución de Madero, asesinato que dio origen a la Decena Trágica de 1913, Plutarco Elías Calles, fundador del Partido Nacional Revolucionario (PNR) -que dio origen al PRI- , marginó al general Jara. Ella se afilió al PNR después de que Lázaro Cárdenas del Río rescató del destierro a su abuelo designándolo Inspector General del Ejército para impedir la sublevación de Calles. Casos de resurgimiento como el del general Jara dejaron de ser exclusivos de personajes políticos el 2 de julio de 2012: El PRI resurgió de entre las cenizas a pesar de que analistas políticos serios vaticinaron el final del partido tras la derrota del 2000. Bien escribió alguna vez el gran Elías Canetti: “En política hay muchas maneras de morir y otras tantas de resucitar”.

Ve más en Spleen! Journal y visita su columna en VICE.com.