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Cómo la venta de diamantes en el Congo transformó el VIH en pandemia

Al parecer el comercio de diamantes y oro en África establecido por los colonos belgas a través de líneas férreas fue uno de los principales factores para que el VIH se propagara por el mundo.

Foto por Carl Gierstorfer

Por primera vez los científicos han utilizado datos genéticos para rastrear el comienzo de la propagación del VIH y cómo se convirtió en una pandemia. Los descubrimientos sugieren que las líneas de tren utilizadas para el comercio de oro y diamantes, construidas por los colonos Belgas, transformaron una enfermedad local en un problema a escala global.

Un artículo de Nuno Faria de la Universidad de Oxford, publicado el 3 de octubre en la revista Science, sugiere que el VIH moderno puede ser rastreado hasta la ciudad congolesa llamada Kinshasa, donde sus habitantes comenzaron a ser infectados con el virus durante los años 20.

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Usando algunas de las primeras muestra del virus y combinándolas con nuevas cepas, el equipo de Faria fue capaz de estudiar las mutaciones del virus y su diversidad hasta rastrearlo de vuelta en Kinshasa.

Las muestras médicas de gente infectada en Kinshasa demuestran que el virus es más genéticamente diverso ahí, lo que sugiere que ha tenido más tiempo para evolucionar mutaciones. El descubrimiento "aclara por qué las secuencias de VIH-1 más antiguas provienen de esta ciudad y por qué los primeros casos que indicaban SIDA están vinculados con Kinshasa" de acuerdo al paper.

Imagen: Science.

Entonces comenzó en Kinshasa. Como dice el estudio, la enfermedad es muy probable que haya sido traspasada de un mono a un humano, lo que se ha visto al menos 13 veces en la historia. Pero solo esta vez se transformó en epidemia global. El documento de Faria sugiere que el colonialismo belga, su infraestructura y comercio, son probablemente los culpables.

El Congo estuvo bajo el gobierno de Bélgica durante 1908 y 1960. Durante ese tiempo los belgas construyeron un sistema ferroviario que se expandió gracias a la explotación de diamantes y oro. Kinshasa era el centro de este comercio y Faria sugiere que aquellos infectados con VIH viajaron en tren hacia ciudades mineras y centros urbanos donde pudieron haber traspasado la enfermedad.

"Datos de los archivos coloniales nos dicen que para el final de la década del 40, más de un millón de personas al año viajaba en tren, pasando por Kinshasa", se lee en un comunicado. "Nuestros datos genéticos nos dicen que el VIH se esparció rápidamente a través del país, viajando con las personas en trenes y ríos hasta llegar a Mbuji-Mayi y Lubumbashi en el extremo sur, y Kisangani en el extremo norte. Esto ocurrió desde el fin de los años 30 hasta comienzos de la década del 50".

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De hecho este es el único tiempo en que podría haber ocurrido: luego que el Congo aseguró su independencia, las vías de tren fueron utilizadas mucho menos. Oliver Pybus, un investigador del estudio, sugiere que solo hubo una "pequeña ventana" por la que el VIH  salió de la ciudad en números suficientes como para causar una pandemia.

Hacia fines de 1950 los cambios en los hábitos sexuales y las iniciativas de salud pública (implementadas por los belgas) eran enfáticas en la vacunación y tratamiento de enfermedades, campañas que casi siempre utilizaban agujas de segunda mano. Esto ayudó a transformar el brote en una pandemia.

La enfermedad explotó en "grupos pequeños de alto riesgo, por ejemplo trabajadores sexuales con alta tasa en el intercambio de parejas y/o exposición a jeringas contaminadas".

A partir de este momento se expandió a la población general. El equipo escribió que esta explicación "concuerda con datos de salud publica e hipótesis que las tasas de VIH se incrementaron como resultado del uso de inyecciones no esterilizadas en clínicas donde se trataban enfermedades sexuales durante la década del 50 y/o los cambios en la naturaleza del comercio sexual en Kinshasa desde comienzo de los 60, lo que incrementó el número de clientes".

El equipo dice que es primordial rastrear el VIH hasta sus orígines porque "es crítico para nuestro entendimiento del establecimiento y evolución de los patógenos en humanos".