Los problemas nunca se acaban para la firma californiana: después de protagonizar varios escándalos relacionados con abusos sexuales y explotación de trabajadores ilegales, la compañía no se ha recuperado del todo de las pérdidas millonarias que sufre desde 2010. Todos los esfuerzos por deshacerse de su fundador, Dov Charney —una mezcla entre Rockefeller y Terry Richardson—, sumados a los contratiempos que ha ocasionado él mismo, no han hecho más que afectar negativamente a una de las marcas más populares entre los jóvenes de medio mundo.
Según un comunicado de la propia firma, American Apparel quiere reducir sus gastos en más de 30 millones de dólares en los próximos 18 meses y, para conseguirlo, cerrará sus tiendas con "menor productividad" y reducirá puestos de trabajo. "Queremos darle un nuevo rumbo a la empresa. Los nuevos métodos que hemos anunciado son medidas necesarias para poder hacer frente a la situación en la que se encuentra la industria textil en general, preservar el empleo de la gran mayoría de nuestros 10.000 empleados y ser de nuevo rentables", asegura Paula Schneider, la nueva directora general.Los más pesimistas ya apuntan a la quiebra total de la empresa y otros critican su estrategia de invertir más en publicidad que en el producto. En cualquier caso, la marca de básicos más erótica de los últimos años se encuentra en una situación crítica, pero ahora no podemos asegurar cómo va a acabar esta historia. ¿Será este el fin de una era?
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