Abuelas guardianas de Aguablanca

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Abuelas guardianas de Aguablanca

En el distrito de Aguablanca, en Cali, las mujeres mayores se están convirtiendo en símbolo de paz. Pegados en las calles, retratos de doce abuelas en gran formato están recordándole a los jóvenes la importancia de la no violencia.

Si camina por las calles del distrito de Aguablanca, en Cali, se encontrará con la imagen de doce abuelas que custodian las paredes de casas y locales desde hace dos meses. Son retratos en gran formato realizados por el colectivo Vértigo Graffiti que buscan hacer que las bendiciones y reprimendas de las mayores sean otra manera de transformar la percepción de violencia que llevan a cuestas los jóvenes de este rincón de la Sultana del Valle.​

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La fundación Corpovisionarios y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) también hicieron parte de este proyecto donde se repartieron más de 200 afiches dentro de la comunidad con las fotografías de las abuelas para que ellos mismos identificaran espacios de violencia o riesgo y los pegaran creando sus propios espacios de reflexión y seguridad.

Las abuelas aparecen con sus propios mensajes, en los cuales se puede leer "Por una causa", "Por un mundo nuevo" o "Dios lo bendiga". La idea es buscar que los jóvenes se vean como iguales y no como enemigos miembros de diferentes pandillas a través de la idea de que la abuela educa y reprende con su afecto.

Estas fotografías fueron tomadas por Nicolás Fernández quien retrató a las mujeres en una escuelita del sector. "Tuvimos el caso de una abuela que tenía 104 años y la hija 72", dice el fotógrafo. La intervención además fue muy amigable con el medio ambiente ya que el papel utilizado fue fabricado 100% con fibra de caña de azúcar sin blanqueadores y no compite con la producción de alimentos ni la utilización de suelos. Además, se utilizaron tintas látex que no producen emisiones perjudiciales para la capa de ozono ni durante la impresión ni durante el tiempo de exposición, dado que no contienen contaminantes atmosféricos.

Pero el trabajo comunitario no depende solamente de intenciones aparentemente ingenuas sino de un trabajo en colectivo, no solo con fundaciones sino también con líderes de la comunidad que permitan crear puentes para transformar la realidad de muchos con solo un rostro familiar que invoque al hogar.

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Fue precisamente Andrés Bonilla, líder del barrio Las Orquídeas y miembro de la organización Nuestra Herencia quien permitió que esto pudiera ser una realidad. "Entre las diferentes actividades que nosotros hacíamos con los muchachos, como partidos de fútbol, se presentaban conflictos e incluso había armas. Para poder interceder y calmar el problema llamamos a las abuelas y ellas se paran en la mitad de la calle y los jóvenes dejan de pelear, las abuelas son un referente de paz", afirma Bonilla.

Contra la estigmatización

Los titulares de muchos medios de comunicación han sido incisivos con los hechos violentos de este distrito que, aunque no son ficticios, son definitivos en la consolidación de identidad y comunidad de esta población. "El verdadero afectado es el joven de Aguablanca ya que va a pensar y va a construirse un imaginario de futuro de que es una persona que va a tener una adversidad imaginaria para desarrollarse como individuo", dice Camilo López, director creativo de Vértigo.

Cali ha sido escenario de factores de violencia ligados al conflicto armado interno como la presencia de milicias de la guerrilla en sus sectores aledaños, la influencia de estructuras armadas pos-desmovilización de las AUC y el incremento de grupos delictivos, situación que ha mantenido en un nivel alto los índices de violencia. El 4 de octubre pasado se registraron 1.137 muertes violentas según un informe de la personería local. "En contraste, los mensajes de las madres, abuelas y líderes comunitarios, confirmaron que en este sector y gran parte del distrito de Aguablanca, la gente ansía la paz", afirma López.

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Vértigo Graffiti lleva varios años interviniendo artísticamente ciudades del país como es el caso de la calle 26 en Bogotá o el barrio Getsemaní de Cartagena. "Yo con el grafiti he llegado a muchos espacios que no conocía de mi propia ciudad […]. Es que permite camuflaje, es un medio que le produce en la gente confianza, uno no llega a 'atarbanearlo' sino a involucrarse con una actividad o un espacio del barrio", dice Santiago Castro, grafitero más conocido como Katdos.

Lo invitamos a deleitarse con esta galería de las fotos de las abuelas de Aguablanca y a escuchar la entrevista especial que les hicimos a estos empresarios de realidades.