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Addio, Zio Gualtiero

El pasado jueves Gualtiero Jacopetti fallecía en su casa de Roma a los 91 años. De él tratarán estas líneas. Va por ti, Gualtiero.

“Todas las escenas que van a ver en esta película son reales y están sacadas de la vida misma. Si encuentra que hay escenas chocantes, es porque hay muchas cosas chocantes en este mundo. Además, el deber del cronista no es endulzar la realidad, sino más bien mostrarla objetivamente”.

Así nos avisa la introducción al documental del que partiremos, para una vez advertidos, poder mostrarnos un sinfín de “curiosidades” a lo largo y ancho del planeta, con el comodín de la introducción exculpando a los realizadores si estas hieren la sensibilidad del espectador. El documental es Mondo Cane, de 1963, y sus artífices fueron Franco Prosperi, graduado en ciencias naturales y biología, y Gualtiero Jacopetti, periodista. De él tratarán estas líneas. Va por ti, Gualtiero.

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El pasado jueves Gualtiero Jacopetti fallecía en su casa de Roma a los 91 años. Jacopetti nació en la Toscana y de joven fue voluntario en la II Guerra Mundial. Posteriormente, junto con el escritor, periodista e historiador Indro Montanelli, ingresa en el Corriere Della Sera, el periódico de mayor difusión en la Italia del momento. Personaje peculiar, fue obligado a casarse con una joven de 16 años tras ser acusado de violación, y también condenado a unos meses de prisión por la publicación de unas fotos que no gustaron ni un pelo a Sophia Loren.

Con este particular bagaje, el director Alessandro Blasetti le pide su colaboración para un documental que va a rodar con el título Europa di notte, en el que se documenta exactamente eso: la noche en diferentes partes del mundo, aprovechando así para mostrar cabarets, bailarinas de burlesque y todo lo que reflejara jolgorio y desenfreno. Tras esta proceden a realizar una segunda parte, Il mondo di Notte.

Tras esta colaboración, Jacopetti decide unir fuerzas con Franco Prosperi y emprender una carrera como documentalista y mostrar cuanto más, mejor. ¡Y vaya si lo hizo! El hombre logró escandalizar a medio mundo con Mondo Cane, película que mostraba desde peleas de gallos en México hasta un restaurante en Estados Unidos donde la especialidad eran los insectos, servidos en un sinfín de variedades como plato de gourmands. De hecho, la idea principal era la de hacer un “anti-documental”, uno que mostrara no la cara bonita del mundo sino la real, aquella donde la gente se zampa cocodrilos, serpientes y lagartos y los despellejan enfrente del espectador.

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El film tuvo una buena acogida en el Festival de Cannes de 1962, e incluso tuvo una nominación al Oscar a la mejor banda sonora por el tema More, que sería interpretado por artistas como Nat King Cole, Katyna Ranieri, Count Basie, Duke Ellington, Judy Garland y el mismísimo Frank Sinatra.

Animados por la buena respuesta, los productores reclamaron más: había metraje sobrante y con él armaron una secuela de la que el propio Jacopetti reniega, ya que su única razón de ser era hacer pasta. Peor aún, se llegan a intercalar imágenes interpretadas, no reales, para aumentar la crudeza y llenar vacíos; aquí está la quema a lo bonzo en Bangkok de un monje budista, reflejada en una famosa foto de la misma época. Gualtiero reconoce públicamente que es un “fake”, e incluso uno de sus productores declararía que se trataba de un maniquí.

Llegados a este punto, Rizolli, encargado de la producción, les ofrece la posibilidad de colaborar con la escritora feminista Oriana Fallaci, quien propone hacer otro documental, esta vez reflejando el peso de la mujer en el mundo: de aquí surge La donna nel mondo. Aquí se muestran desde ejércitos de mujeres en guerrillas sudamericanas hasta prostitutas en las calles de Hamburgo, a las que tuvieron que filmar a través de agujeros practicados en furgonetas aparcadas en la calle para evitar represalias de sus chulos.

Una secuencia destacable es la de un escocés en la isla de Iwa habitada sólo por mujeres. El tío contrajo matrimonio con ellas, llegando a tener un total de 84 mujeres a su servicio, y con sus consiguientes hijos; todos suyos, cómo no (el pobre pavo está en los huesos). También vale la pena echarle un ojo a cómo tratan el tema del lesbianismo, y no digo más.

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Años más tarde, en 1966, empezaron a mezclar lo que ya fue tanto periodismo como política. Jacopetti, tras recibir una carta de una amiga de Africa en la que describía la difícil situación que vivían con el tema de la descolonización y cómo se les estaba yendo de las manos la situación tras la marcha de británicos y franceses, decide irse allí y documentarlo en su siguiente trabajo, Africa addio, una crítica a la situación desesperada en la que se encuentra un África desestructurada, con guerrillas en las calles y dictadores descontrolados cometiendo genocidio; un lugar donde la muerte se palpa en muchas escenas.

Aunque es cine de denuncia, no tardan nada los afamados sensacionalistas en apropiarse de ello; por ejemplo, en Estados Unidos hacen una versión en inglés que titulan Africa, Blood and Guts (Africa, sangre y entrañas), con doblaje cambiado y sensacionalista y documental fusilado: le dan la vuelta a la tortilla y lo dejan como si se tratara de una critica a a la barbarie tercermundista. Jacopetti y Prosperi se encontraron además con un problema añadido: fueron acusados de crear las escenas en las que se ejecutaron a personas ante las cámaras. Ellos desmintieron esto hasta la saciedad: lo que estaban era constantemente metidos en el ajo del asunto.

Tras tantas acusaciones y malas interpretaciones, ambos decidieron en 1971 hacer no un documental sino una película; eso sí, con ritmo de documental, y con la intención expresa de hacer un film claramente antirracista para no dejar ningún tipo de sospecha en el tintero. Goodbye Uncle Tom, por si quedaban dudas al respecto, no es otra cosa que una recreación de la América del colonialismo del 1800 desde un punto de vista documental, como si en esa época hubieran ido unos documentalistas a rodar sobre el tema de la esclavitud. Como podéis imaginar, en el film no se deja un sólo títere con cabeza.

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Finalmente, en 1975, ya como última colaboración y por contrato, hicieron un último metraje titulado Mondo Candido que no es más que una alocada adaptación de la obra de Voltaire que transcurre cual collage de imágenes.

Posteriormente ya no hicieron más colaboraciones, y sus documentales dieron pie a muchas interpretaciones; aunque no faltaron quienes les acusaban de sensacionalistas, muchos otros saludaron a la pareja padres de un género daría pie a un retahíla de documentales posteriores como Mondo Bizarro, Mondo Freudo (aludiendo a Freud), Mondo Teeno o Mondo Hollywood. Otros directores hicieron sus aportaciones al mundo de las glándulas mamarias, como Russ Meyer en Mondo Topless o John Waters con su cult camp Mondo Trasho.

Es más: Tony Thorne, en el Bloomsbury Dictionary of Modern Slang utiliza el termino mondo como denominativo de este tipo de documentales.

Addio Ultimo Uomo (1978). Este tardío continuador de Africa Addio gira en torno a las tribus africanas y sus costumbres, pero desde una óptica sensacionalista al mostrar la realidad de las cacerías y las costumbres de las tribus.

Mondo Mod (1967). Este es de los más divertidos. Supuestamente trata sobre los mods, pero está enteramente rodado en California, de donde no creo que provenga ni uno de ellos. Eso sí, es la hostia de divertido: las famosas revueltas en el Sunset Strip, el Pandora´s Box, bikers y toda la pesca.

Mondo Teeno aka Teenage Rebelion (1967). Otro sobre juventudes. Aquí si hay mods de Londres, y rockers en Japón, y demás tribus a lo largo del planeta. Y todo amenizado con una gran banda sonora de Mike Curb y Dave Allan.