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reviviendo una técnica legendaria

Patadas voladoras: las raíces del Taekwondo... ¿y el futuro de las artes marciales?

Las patadas son un recurso devastador en los combates de artes marciales mixtas de la actualidad... y los luchadores deben gran parte de su herencia al Taekwondo, la gran aportación coreana al mundo de la lucha.

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Los exiliados del templo Shaolin que huyeron de China tras la caída de la Dinastía Ming iniciaron una auténtica revolución en las artes marciales. A través de los maestros ambulantes y de la difusión del Bubishi, estos artistas marciales fueron responsables directos del nacimiento del Kárate en el Japón vecino… y también tuvieron una influencia muy fuerte sobre la gran contribución de Corea al mundo de las artes marciales: el Taekwondo.

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Más lucha: La historia del Bubishi, el libro sagrado del Kárate

Funakoshi Gichin, fundador del Kárate Shokotan, enseñó sus técnicas a los artistas marciales coreanos a principios de los años 20 y los 30. Sus estudiantes, especialmente Won Kuk Lee, regresaron a Corea y formaron el núcleo de lo que eventualmente se convertiría en el Taekwondo.

Funakoshi es una figura legendaria en las artes marciales. Este maestro japonés inició su periplo bajo la enseñanza de un hombre llamado Matsumara Sokon, un artista marcial de Okinawa entrenado en el estilo del Kung-fu Shaolin por los exiliados chinos de Fujian; Sokon, además, conocía los estilos de lucha samurái Jigen-ryu, procedentes de Japón, y la forma original de Kárate indígena que se había desarrollado en Okinawa durante siglos de interacción con guerreros venidos de toda Asia.

El libro de Funakoshi, Karate-do Kyohan, se basa en el Bubishi y tiene una fuerte influencia china debido al Kung-fu que aprendió del 'sensei' Sokon. Cuando desarrolló su arte marcial en Japón, sin embargo, Funakoshi decidió ponerle un nombre adecuado a su nueva realidad nipona. Según el mismo Funakoshi, el nuevo nombre pretendía remarcar su propia filosofía hacia las artes marciales y la idea de que "puño y zen son uno mismo", no con una necesidad nacionalista de deshacerse de cualquier referencia a la influencia china. El Kárate Shokotan, pues, se convirtió en una arte marcial de pleno derecho, separada del Kung-fu chino y distinta del mismo en muchos aspectos.

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Una batalla similar ocurriría en Corea, donde Won Kuk Lee estaba divulgando una primera versión coreana del Kárate. Uno de los estudiantes de Lee era un notable artista marcial llamado Nam Tae Hi, que se uniría al general coreano Choi Hong Hi y se convertiría en uno de los fundadores del Taekwondo.

Choi es una figura muy controvertida en el mundo del Taekwondo; el autor Alex Gillis recoge su polémica historia en su libro A Killing Art: The Untold Story of Taekwondo. El libro de Gillis no solo revive a Choi, sino que además ofrece un acercamiento fascinante al uso que los gobiernos han hecho de las artes marciales como arma de opresión, al uso que los servicios de inteligencia coreanos hicieron de esta disciplina y a la rivalidad interna entre el estilo olímpico del Taekwondo y el "arte asesino" original desarrollado por Choi en la primera mitad del siglo XX.

Gillis también describe la manera en que Choi tomó el Kárate Shokotan y lo mezcló con sus propias ideas: para ello, el maestro coreano utilizó lo que había aprendido tanto en el ejército como mediante de sus entrenamientos con los mayores artistas marciales de Corea durante los años 40, 50 y 60.

La fusión del Kung-fu Shaolin con el Kárate Shotokan y la influencia que ambos tuvieron en el Kárate coreano, el Tang Soo Do, fueron las fuerzas motrices de las que nació el Taekwondo moderno.

Exhibición de Kárate a mediados del siglo XX. Imagen vía el usuario de Flickr Allan Ajifo.

El arte de patear

Uno de los aspectos más interesantes del desarrollo del Taekwondo es la incorporación del Taekkyeon, un viejo arte marcial coreano, en la historia, primero como una aprobación al sentimiento anti-japonés y luego como una verdadera innovación sobre el Kárate Shokotan de Funakoshi.

El Taekkyeon casi se extinguió durante la ocupación japonesa de Corea (aproximadamente de 1876 a 1945) debido a la prohibición de la práctica de artes marciales coreanas. La disciplina revivió gracias a los recuerdos de una primera ola de artistas marciales coreanos tras de la Segunda Guerra Mundial; con el paso del tiempo, se convirtió en parte del nuevo sistema de artes marciales del Taekwondo desarrollado por Choi Hong Hi a lo largo de dos décadas de investigación, entrenamiento y teoría.

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El trabajo de Choi fue bastante más allá de la repetición de técnicas. El maestro empleó la ciencia, notablemente la física, para comprobar el alcance real de los ataques: así, calculó de qué forma se podían ejecutar de forma óptima las técnicas de aplicaba… con especial énfasis en las patadas.

Joel González esquiva una patada del surcoreano Lee Dae-Hoonen las Olimpiadas de Londres 2012. El luchador catalán terminó llevándose el oro. Imagen vía WikiMedia Commons.

El estilo de pateo coreano separó el Taekwondo del Kárate de forma clara y ayudó a esparcir la popularidad de este arte marcial alrededor del mundo. Choi llevó un grupo de sus mejores artistas marciales por el mundo en los años 60: la gira atrajo a grandes multitudes en Italia, Alemania Occidental y Egipto.

Gracias a los extraordinarios logros de los surcoreanos que lucharon en la guerra de Vietnam junto a los estadounidenses, el Taekwondo dio un salto a través del océano y empezó a ganar popularidad también en Estados Unidos. En ese entonces, el arte podía ser poderoso y letal en manos de los maestros entrenados, a la par que inspirador cuando hombres como Nam Tae Hi saltaban sobre hombres y partían tablas con patadas voladoras.

"La gente está acostumbradas al impresionante poder y velocidad del Kárate y otras artes marciales, pero Choi declaraba que la altura, la destreza y la potencia de las patadas voladoras del Taekwondo eran únicas", escribió Gillis al respecto. "Ciertos detractores dicen que las técnicas voladoras son tan imprácticas como peligrosas: muchos instructores de Taekwondo con años de experiencia pueden testificar que una patada voladora bien ejecutada, realizada con velocidad, no sólo es extremadamente devastadora, sino que tiene la ventaja agregada de la sorpresa".

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"Se supone que los artistas marciales saltan y giran desde cualquier ángulo, pateando y golpeando en el proceso, para después aterrizar en una postura perfecta: es probable que esta noción proceda del Taekkyon", continúa Gillis. "Los practicantes de Taekwondo se inspiraron en los movimientos de piernas del Taekkyon y las desarrollaron mediante técnicas científicas. El Taekwondo rápidamente se convirtió en un arte increíblemente atlético".

¿El futuro de las MMA?

"Increíblemente atlético": este adjetivo no solo aplica al Taekwondo, sino que define la condición de muchos de los competidores con más éxito de las MMA actuales. En la década de 1960, cuando los coreanos sorprendían al mundo con patadas voladoras, patadas giratorias y patadas laterales que rompían tablas, los artistas marciales lo disfrutaban; hoy, luchadores como José Aldo, Jon Jones y Conor McGregor mezclan el boxeo con técnicas de lucha en el suelo… y le agregan un juego de pateo que lleva los combates a un nivel superior de destreza marcial donde el Taekwondo puede tener mucho que decir.

Los mejores luchadores de MMAm como el irlandés Conor McGregor trabajan para incorporar el arte de pateo del Taekwondo en sus rutinas de lucha. Imagen vía Monster.

Para alcanzar la situación actual ha sido necesario recorrer un camino serpenteante integrado principalmente por maestros visionarios que generaron un montón de disciplinas… y que a su vez permitieron el nacimiento de muchísimas artes más. Cada avance trajo consigo cambios sustanciales y nuevos horizontes por explorar: aún hoy, cada día hay alguien en algún gimnasio del mundo que hace algo que nunca se había hecho antes.

Para los artistas marciales de hoy, conocer las raíces y la historia de las artes marciales es vital para poder explorar sus fronteras e innovar. Como más profundo es el conocimiento de las raíces de cada una de las técnicas utilizadas, mayor es el margen de mejora que ofrecen. El camino del descubrimiento es siempre apasionante.

Sigue al autor en Twitter: @SaschaMatuszak