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Tenemos que hablar del final de temporada de "Game of Thrones"

Llegó el invierno ¡hijueputa!
All images courtesy of HBO

Advertencia: Spoilers por doquier.

No hubo nuevos castillos, pueblos, aldeas, puertos, dinastías, que se mostraran en el cabezote de apertura del capítulo del final de temporada de Game of Thrones, no los hubo por una razón importante: ya visitamos todos los lugares a los que podríamos haber ido. Después de haber experimentado tantas cosas en tan poco tiempo, es normal que nuestras expectativas estuvieran insatisfechas. Ya habíamos visto todo lo que merecía ser visto. Porque al estar ya próximos a concluir la serie, no es que nos falte mucho por conocer o esperar.

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Tal y como Jaime Lannister reflexiona al principio de "The Dragon and the Wolf", al final todo se reduce a vergas. ¿Pero quién hablará en representación de los castrados? Tyrion Lannister, por un lado, lideró el ejército de eunucos hasta las puertas de King's Landing para exigir una audiencia con la Reina. Cuando Jon Snow ve desde su barco en el horizonte la bulliciosa y sobre poblada ciudad y se pregunta por quiénes quieren vivir en esas condiciones, el enano replica que esta tiene burdeles muy superiores al los del Norte. Lástima que los muertos no tengan esos anhelos.

Mientras tanto, en la parte baja del barco que los transporta, hay un cautivo. No solo se trata del muerto que secuestraron en el norte para demostrarle a Cersei que el cambio climático existe. No: somos nosotros quienes rechinamos en nuestras jaulas por ver en una sola escena a todos nuestros personajes, y ahí están por fin, en el coliseo. Nuestros tres reyes —Jon, Cersei, Daenerys— se reúnen por fin bajo el sol de Westeros a conversar.

Nos dieron algunos momentos entre los personajes secundarios: Tyrion y el errante Podrick Payne, Bronn y Tyrion, Brienne y the Hound, y, nuestro segundo mejor rematch de verano, the Hound y su zombificado hermano, the Mountain (emociónense, está confirmado). Daenerys, obviamente tuvo una entrada dramática montada encima de uno de sus dragones sobrevivientes para encontrarse con su insolente enemiga. Euron entró en escena para joder el ambiente con sus chistes sobre enanos a expensas de Tyrion. Y el punto es que todos hiperventilamos con la reunión de este combo de "gente que no se cae bien", discutiendo a propósito del enemigo que comparten: el ejército de muertos.

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"Tenemos algo que mostrarte", dice Tyrion. Y con eso, the Hound libera al muerto cautivo. A partir de ahí somos bienvenidos a un show de magia de la Vegas, en Kings Landing, mientras the Hound taja por pedazos al adorado asistente justo frente a nuestros ojos. Todo es con ánimo de demostrar, como señala Snow, "que solo hay una guerra que importa. La gran guerra y ya está aquí".

Después de esto, Euron decide irse a la mierda mientras Cersei acepta incorporar a su ejército a la causa por la especia humana… hasta que Jon Snow revela que ya se ha arrodillado ante una reina y esa es Daenerys, causando la dispersión de varias facciones y una tormenta de incredulidad por su lealtad obtusa. Esto lleva a un agradable contratiempo entre los verdaderos héroes, Jamie y Brienne. Si bien es probable que se reencontrarán como adversarios en el futuro, por lo menos están de acuerdo en algo en este momento: "a la mierda la lealtad". Y les copio. Si Jon Snow es la razón por la cual todos peleamos, estamos jodidos. En serio ese hombre es imposible. Tyrion, de nuevo, tratando de lidiar con la imposibilidad de Jon, pregunta acertadamente: "¿No has aprendido en todo este tiempo a decir una mentira?"

Asumo lo peor

Pregunta: ¿A qué esqueleto pertenece el hueso que Daenerys acaricia mientras habla con Jon sobre su aproximación emo a la diplomacia? Sabemos que no es de un White Walker porque ya nos hemos dado cuenta que se desvanecen cuando son heridos con vidrio de dragón (¿se podrá uno sentir orgulloso de eso?). Parece que pertenece a un Dragón. Así, asumo que dada la tonelada de huesos dispersos por la coyuntura, uno más no amerita atención. Que el show continúe, no palidecí cuando Daenerys dijo "Mi dragón murió para que pudiéramos estar aquí", ni cuando Tyrion señaló que "el problema más inmediato es que estamos jodidos". Nada de eso, compré mi boleta para este reunión particular de fenómenos así que estoy aquí mientras dure.

Para arreglar las cosas, Tyrion va hasta donde Cersei en un último esfuerzo para convencerla sobre la inminente guerra contra los white walkers. La conversación es tensa, cada segundo nos preguntamos como acabará, ¿con the Mountain arrancándole la cabeza o envenenado con vino? Al principio, parece haber sido un éxito, con Cersei dispuesta a colaborar, sobre todo motivada por su futuro hijo. Y parece que de repente todo está bien entre los siete reinos y que todo lo que pensabas de la desgraciada de Cersei era incorrecto, ya que ahora está dispuesta a salvar al mundo. Nos cuesta trabajo comprender por qué Tyrion confíe en Cersei y su repentino amor maternal si todos sabemos que estaba más que determinada a quitarle el trono a su hijo menor, y es la responsable de casi todos los mierderos de la serie.

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Ah, se me olvidó Littlefinger. El verdadero villano detrás de escenas, el autor de nuestro prolongado malestar, el fabricador de nuestras condenas. Parece que el show también lo olvidó al relegarlo a un papel menor que el de lago, de Boba Fett, incluso menos que el de los Koopas que combates en cada castillo de Mario. Lo vemos relegado a la trama floja de Winterfell, donde estúpidamente persiste en lograr que los Starks sobrevivientes se maten entre ellos. Lo vemos susurrándole mentiras a Sansa (Para ser justo," cuando trato de entender las verdaderas intenciones de alguien, asumo lo peor", suele ser un buen concejo), esperando que traicione a su hermana asesina y su hermano psíquico. Pero nosotros sabemos más. Nunca existió la más mínima posibilidad de que ellas se traicionaran entre sí.

Sansa ordena la ejecución de Petyr Baelish, y la lleva a cabo Arya. Creo que deberíamos emocionarnos, pero yo confieso un descontento. Esto no es un juicio llevado a cabo entre pares, con corte justa y pequeños concejos. Es el asesinato de un plebeyo venido a lord por niñas privilegiadas, quien si bien para ascender tuvo que traicionar, seducir, asesinar, ser proxeneta, plagiar, etc., definitivamente tuvo que esforzarse mucho. Baelish merecía un mejor y peor final. Sin Littelfinger arreglándose el bigote mientras ata damiselas a los rieles del tren, ¿qué sentido tiene tener un tren?

Traidor o idiota

Pero hay otros asuntos que revisar. De vuelta a Dragonstone, Jon Snow tiene un incómodo encuentro con el héroe secreto de la serie, Theon Greyjoy. Jon lo acusa por la bola de crímenes que Theon cometió y este humildemente los acepta. Es hermoso ser cuestionado por tu propia indecisión, que es lo que a Jon aqueja sobre Greyjoy. No es fácil liderar, dice Snow, todos cometemos errores. Aunque ambos coinciden en que no son tan colosales como los de Theon. Podríamos imaginar en este momento un arco más dramático para Theon. Después de revolotear por cuatro temporadas en busca de una muerte honorable, la vida parece ser un castigo más grande para él en este punto. Si hay una lección que aprender de Greyjoy es que la virilidad no reside en las bolas, como descubre un súbdito rebelde de las Islas de Hierro, cuando trata de reventarle infructuosamente las inexistentes pelotas. La virilidad, amigos, reside más bien en la fuerza del cráneo. Habiendo sorprendido a todos los presentes, Theon encoca su mano y bebe de las olas. Se lo merece. De ahí en adelante todo se va en caída porque cuando llegue por su reina, deberá descubrir con nosotros que su princesa está en otro castillo.

Hemos pasado por mucho, ¿así que cómo quejarnos por aquello que sabíamos que vendría? Los dos nerds de la serie (Bran y Tarly) se juntan y comparan mitologías, y se permiten recordar el pasado juntos.

Por fin se confirma que Jon Snow es, por supuesto, Aegon Targaryen, la semilla secreta del fuego y el hielo, y el legítimo rey de Westeros. Esto complica nuestro disfrute del polvo entre él y Daenerys, si no es que se los complica también a ellos. Recuerden que nuestra felicidad por la unión de estos reyes que llevamos siguiendo por siete temporadas, de repente fue tachada de apoyo al incesto. Nos lo recuerdan con la voz en off, cuando entra en plano Tyrion quien parece oír y espiar la ajetreada cabina, para después mirarnos a nosotros con cara de perrito regañado.

De regreso a King's Landing, Cersei le deja claro a Jaime que aunque cree en los monstruos del norte, no le importan. Haciendo realidad todo lo que tememos de nuestros líderes: Saben lo que niegan y a decir verdad les importa un pito nuestra vida pues solo piensan en salvar su culo. Cuando Jaime se entera, tiene un momento heroico y cabalga lejos de Cersei buscando detenerla. Alguien debe decirle que esta conversión le llegó algo tarde y que hace unas tres temporadas debió haberla abandonado. Ahora los ejércitos están encima nuestro, el muro ha caído, hay un zombie en la puerta, y como si no fuera suficiente, hay que esperar hasta el 2019 para ver más episodios de Game of Thrones. Solo ruego a los dioses antiguos y nuevos que cuando esto pase, nosotros sigamos aquí.