Mientras los líderes mundiales se reunían en Hamburgo durante la cumbre del G20 celebrada la pasada semana, unos 50.000 protestantes pusieron la ciudad patas arriba con un eslogan muy pomposo: "Welcome to Hell" [Bienvenidos al infierno].Diferentes grupos activistas se mezclaron en la ciudad: desde anarquistas revolucionarios vestidos completamente de negro y listos para la pelea, hasta los Pitufos del "bloque azul" que querían "convertir a Trump en un pitufo otra vez" y cuyas protestas parecían más bien fiestas de despedidas de solteros. Los protestantes apuntaron sus acciones contra las infrastructuras de la ciudad, en particular el puerto, con la esperanza de "colapsar la ciudad".
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Las tácticas que para contrarestar a estos grupos utilizó la policía eran descaradamente represivas. Utilizaron bombas de humo, spray de pimienta y cañones de agua para dispersar a las multitudes. En represalia, ciertos grupos se dirigieron hacia los barrios más ricos de la ciudad para quemar coches y saquear tiendas, lo que permitió a Angela Merkel condenar a los manifestantes diciendo que "no hay justificación para los robos, los incendios y los brutales ataques a la policía… cualquiera que haga eso se pone a sí mismo fuera de la comunidad democráctica".El periodista de VICE Henry Langston estuvo cubriendo las protestas mientras filmaba un documental que se publicará en VICE en los próximos días. Mientras estaba ahí, uno de los 48 cañones de agua que la policía había desplegado por la ciudad le disparó en el culo, lo que le hizo pasarse el resto del fin de semana completamente empapado de cintura para abajo. A pesar de ello, consiguió sacar varias fotos de todo y documentar el caos en el que se ha convertido la ciudad durante estos últimos días.