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clausura 2017

Jémez debuta y Cruz Azul supera a Necaxa

Cruz Azul comenzó su andar mostrando la baraja, y no es poca cosa.
Vía Twitter

Es difícil describir de algún modo el optimismo que desató en la afición de Cruz Azul el debut de Paco Jémez. Se sabía que se vería algo distinto, una suerte de revolución que apenas mostraría sus cimientos, pero la presentación de La Máquina fue mucho más contundente de lo esperado. Varios jugadores lucían ávidos de romper a jugar tras dos años de letargo, dispuestos a gozar del estratega español desde el comienzo. El otrora estratega del Rayo Vallecano debutó con victoria, y encontró en Gabriel Peñalba al gran causante de ello.

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Había ciertas dudas respecto a quién asumiría la salida de balón cementera. Siendo Paco Jémez un estratega extremadamente cuidadoso en la construcción de la misma, la reconversión de algún mediocentro —Baca, Peñalba o Silva— a la zaga central parecía probable; sin embargo, alineando a Velázquez y Domínguez como guardianes defensivos, ubicó al ex escudo de los Tiburones Rojos entre los dos para sacar la pelota. Cual concepto lavolpista, Peñalba se ubicó entre el '3' y el '6' como si los conociese de toda la vida. Primer concepto, resuelto.

El juego de Jémez demandaba ubicar la línea defensiva sumamente arriba; quizá sea este el tópico que mayores errores decisivos podría traer mientras se asimila por completo, pero Julián Velázquez regaló una exhibición absoluta. Ya perfilábamos al defensor argentino como un tipo que disfruta muchísimo al correr hacia su propia portería en transición defensiva. Fue alucinante. De diez. Velázquez contó con la ventaja de que Necaxa no goza de una referencia ofensiva que atraiga marca y dirige todo su juego a Edson Puch —por banda izquierda—; el chileno devoró a Omar Mendoza, pero jamás supo capitalizar el sacar a Velázquez a las bandas. Julián lo secó, erigiéndose en la práctica como la llave maestra para la línea adelantada que pide el técnico español. Otra cosa será cuando el rival no confíe todos los ataques a un solo elemento. Segundo concepto, resuelto.

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Acá les dejamos el resumen del partido — CRUZ AZUL FC ® (@Cruz_Azul_FC)January 8, 2017

En cuanto al volumen ofensivo, podríamos ubicar a Baca y Giménez como interiores —el segundo mucho más adelantado que el primero—, Mena y Joao Rojas pisando la cal y Jorge Benítez como referencia ofensiva. Era bastante complicado pedir un ataque convincente y líquido en el primer encuentro, pero pudimos ver ciertas intenciones interesantes: Mena y Giménez, sobre todo. El "Chaco", relegado hace año y medio a un papel testimonial en la plantilla, parece haber tomado un enésimo aire que le llevó a ser el motor de Cruz Azul durante todo el encuentro; es innegable que cuando el '10' toma la pelota, la jugada mejora automáticamente. Por otra parte, el nuevo fichaje ecuatoriano regaló chispazos que bien podrían invitarnos al optimismo desorbitado; Mena no parece necesitar demasiado para generar oportunidades de gol, además de saber soltar la pelota en carrera —poca cosa—. Para un equipo de transiciones, Ángel es oro.

Hay trabajo para Jémez respecto a Joao y Benítez. En cuanto a la capacidad de decisión con el balón en los pies del primero —sus movimiento sin balón suelen ser inteligentísimos— y el juego en general del segundo; al artillero paraguayo se le caían los goles cuando Cruz Azul era un engrudo de individualidades donde cada quién iba a la guerra por su cuenta. En un conglomerado organizado donde Benítez deba realizar ciertos movimientos de ruptura, otorgar apoyos, soltar la pelota a tiempo y estar en constante movimiento, parece quedarse corto. Cortísimo. Cruz Azul fichó a Martín Cauteruccio y el juego de Jémez luce demasiado dinámico como para alinear a dos puntas.

Necaxa, por su parte, dio un partido sumamente serio que hubiese concluido en empate, por lo menos, ante cualquier versión de La Máquina en los últimos dos años. La de ayer, no. Se respiraba algo distinto en el campo. Cruz Azul realizó 349 pases durante el encuentro, la mayoría mediante el botín de Peñalba. Gabriel era hombre clave en Veracruz como "box-to-box": iniciando el juego en área propia y culminándola al borde de la enemiga; con Paco parece destinado únicamente a las tareas del mediocentro puro, delante de él flota Rafael Baca en una posición que parecía añorar desde que llegó a Cruz Azul. En el banquillo se quedó Francisco Silva, comodín claro para cerrar partidos.

Cruz Azul comenzó su andar mostrando la baraja, y no es poca cosa. Quien quiera aprender a jugar o ver futbol, clave los ojos en el '8': Gabriel Martín Peñalba.