FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

La extraña ciencia de Corea del Norte

¿Qué hace el régimen menos racional del mundo para tratar la ciencia, la disciplina más racional?

La exposición nacional de flores de Pyongyang, donde se exhiben la Kimilsungia y la Kimjongilia, las flores nacionales. Foto de Maxime Delvaux.

Da igual de quién sea el dedo encargado de apretar el gran botón rojo, las bombas nucleares son algo que da mucho miedo. Pero ponlas en manos de líderes que por lo que parece creen en unicornios y conseguirás tener el mismo malestar que tendrías si estuvieras mirando a un niño de cuatro años jugar con una pistola cargada. Entonces, ¿cómo se las apaña el régimen menos racional del mundo para lidiar con la ciencia, la disciplina más racional de todas? La respuesta, hasta cierto punto, es de un pragmatismo implacable. Corea del Norte deja la investigación por amor a la investigación a los decadentes científicos de Occidente, y considera que el mejor resultado de cualquier programa científico es el dinero, una mayor industrialización o una mejora de las armas. En algunos casos, este enfoque ha dado grandes resultados; los avances en la fabricación de drogas han abierto nuevas fuentes de ingresos, comparables con la exportación de estatuas gigantes al África sub-sahariana. Corea del Norte es quizá el primer país que ha cogido directamente su política económica de Breaking Bad, los coreanos han construido laboratorios de cristal y están exportando sus productos a China, incluso puede que también a Occidente a través de su red de diplomáticos. Hoy en día las drogas son tan fáciles de conseguir, y las medicinas de verdad tan inaccesibles, que los ciudadanos las usan con fines medicinales; la heroína se ha convertido en el nuevo tratamiento para los resfriados en algunas partes del país. El líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-un, es el líder ideal para responder a las preguntas de “ciencia y naturaleza” del Trivial Pursuit. Además de tener un título en física, el jefe de estado más joven del planeta es conocido en casi todo Corea del Norte como un experto en ciencias sociales.

Publicidad

Un estudiante utilizando un ordenador en la Universidad Kim Il Sung. Sus logros en este campo son tan impresionantes que, el pasado agosto, se hizo un simposio en Pyongyang dedicado a las “Ideas y Teorías Aclaradas por el Respetado Kim Jong-un en sus Trabajos Recientes”. Estos trabajos incluyen grandes publicaciones de artículos como “El Gran Camarada Kim Il Sung Es el Eterno Líder de Nuestro Partido y Nuestra Gente”, y grandes títulos como “Dejad que Cumplamos Brillantemente con la Causa Revolucionaria de Juche, Manteniendo al Gran Camarada Kim Jong Il en Alta Estima como el Eterno Secretario General de Nuestro Partido”, y, por supuesto, “Luchemos Dinámicamente por la Victoria Final, Sujetando en Alto el Estandarte de Songun”; considerado por muchos como The Selfish Gene de la política (pese a que no te puedes imaginar a ninguno de estos títulos funcionando bien en los términos de los motores de búsqueda). Según la Agencia Central de Noticias de Corea, los artículos se presentaron en el simposio para demostrar “la grandeza de las ideas y teorías de Kim Jong-un", y varios doctores y profesores hicieron fila, por voluntad propia, para alabar al dictador. Por ejemplo, el Dr. Yon Jong Sul “observó que en sus obras, Kim Jong-un declara que el Kimilsungismo-Kimjongilismo es la idea principal del Partido Laboral de Corea y la revolución coreana”, mientras que el Dr. Hong Thae Yon “recordó que Kim Jong-un formuló científicamente la idea de que cuando la unión de una mente única se suma al músculo invencible del ejército y a la revolución industrial en este nuevo siglo, el resultado es una nación socialista próspera”. Es un mensaje convincente. En general, parece que todos los involucrados se lo pasaron bien defendiendo sus estudios, completamente objetivos y alineándolos con las ideas del Líder Supremo. Dados todos esos logros tan gloriosos de Kim Jong-un, seguro que te preguntas por qué los grandes científicos norcoreanos aún no han creado, desde cero, una nueva especie de flor dedicada a él, como hicieron para su padre y su abuelo. Recientemente se organizó un simposio nacional para discutir los avances vitales que se habían logrado en la investigación en torno a las flores Kimilisungia y Kimjongilia, dos cepas inmortales de Begonia producidas por los magos de la ciencia de Corea del Norte en honor a los predecesores del joven líder. Sin embargo, aún no hay noticias de la especie Kimjongunia.

Publicidad

Cada año se celebra el festival de la Kimjongilia en Corea del Norte.

Además de presentar avances en la investigación sobre la ecología y el cultivo de las flores, los “oradores invitados al simposio citaron hechos para demostrar que la Kimilsungia y la Kimjongilia, las flores del sol, son flores reconocidas a nivel mundial porque llegan a su plena floración para reflejar la ardiente reverencia y las alabanzas hacia estos grandes hombres”. Interesado en descubrir más sobre estas famosas flores, contacté con Rajveer Sihota de los jardines Kew, donde está la colección más grande de plantas fuera de Corea del Norte. Consultó con algunos de los mejores especialistas en Kew para darme una noticia sorprendente: “No tenemos ejemplares de estas flores en Kew”. No sólo eso, “mi contacto del invernadero tropical cree que esas flores nunca se han cultivado fuera de Corea del Norte”. Es evidente que los horticultores del resto del mundo tienen mucho que aprender. Pero en la ciencia norcoreana no son todo juegos y diversión. Gracias a la política de autosuficiencia (conocida como juche), hay un fuerte sentimiento de pragmatismo, centrado en lo militar, lo industrial y la agricultura. “Están trabajando mucho en la ciencia agrícola, por pura necesidad”, me dijo un experto en Corea del Norte, quien pidió el anonimato. “Las sanciones han afectado fuertemente al suministro de alimentos. El primer intento de lanzar un satélite el pasado abril les costó 250 mil toneladas de ayuda alimenticia de Estados Unidos, y, a parte de lo que les llega por la frontera con China, los coreanos tienen que valerse por sí mismos”. Mientras tanto, informes de la Agencia Central de Noticias de Corea sobre más simposios científicos -uno se pregunta cuándo tienen tiempo estos científicos de terminar algún trabajo- revelaron información sobre nuevos y radicales estudios que se realizan en campos como la tecnología, la construcción de camiones modernos, y esfuerzos por modernizar la explotación porcina en Pyongyang. Incluso parecen tomarse el cambio climático en serio, lo que los convierte en un pueblo décadas más avanzado que los republicanos o los miembros más euroexcépticos de los partidos conservadores.

Niños en un parque de Corea del Norte en el que hay aviones nucleares de jueguete. Foto de Alex Hoban. Puede ser que la notícia del descubrimiento de una guarida de unicornios por parte de los arqueólogos norcoreanos, que fue motivo de burla por parte de todo Oeste, haya sido recibida de una forma totalmente injusta “Tengo la firme opinión de que esa historia fue malinterpretada, y que en la traducción accidentalmente se perdió la palabra clave mítico”, me dijo el experto con el que hablé. “Toda la historia estaba destinada a confirmar una parte vital del folclore que enseñaba que Pyongyang es la antigua capital de Corea, pero esto estuvo mal parafraseado. Los periódicos estaban demasiado contentos de poder mostrarlo como otro ejemplo de ‘esos locos norcoreanos’”. Quizás algunos de los avances más destacados del país hayan sido en el sector sanitario. Mientras que en Occidente peleamos inocentemente contra nuestra adicción al tabaco con parches de nicotina y cigarros electrónicos que te hacen parecer alguien que ha desarrollado la extraña satisfacción de chupar una mini linterna Maglite, los habitantes de Pyongyang pueden comprar una pastilla para "dejar de fumar". Hecha de “extrañas hierbas medicinales que crecen en las montañas”, el remedio “elimina la nicotina acumulada en el cuerpo humano”, lo que hace que la persona “deje de fumar de manera espontánea”. Ojalá nuestro gobierno pudiera ignorar las grandes tabacaleras e importar estas pastillas milagrosas a occidente. La ciencia norcoreana tiene un importante enfoque práctico que satisfaría incluso a las más aferradas demandas conservadoras. Mientras los científicos occidentales pierden el tiempo buscando cosas nuevas para que el profesor Brian Cox pueda crear programas sobre la formación del universo, los Einsteins y Newtons de Corea del Norte van a su propio ritmo, creando nuevas flores, elaborando tratamientos a base de heroína e investigando sobre bombas nucleares. La creatividad y el intercambio abierto de ideas no son bienvenidos en este mundo: si no puedes alabar al líder, alimentar a un trabajador, construir una fábrica o hacer estallar en pedazos a un americano con tu propio invento, entonces que te jodan y vuelve a tomar apuntes en tu pizarra. Este es el tipo de progreso que se consigue cuando se controlan todos los aspectos de la ciencia y se pretende enfocarla únicamente en objetivos muy claros. En fin, un método que no tiene ningún tipo de progreso.

Martin Robbins es un escritor y orador que bloguea sobre cosas maravillosas y extrañas para The Guardian y New Statesman. Encuéntralo en Twitter  @mjrobbins, o envíale un correo con consejos y opiniones a martin@mjrobbins.net.