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Cultură

Choros de niñas bonitas: ¿Por qué apesta estrechar lazos entre mujeres?

Aquí les va una lección, perras descerebradas.

Hola, soy Bertie. Esta columna es básicamente un lugar donde puedo comentar sobre las cosas relacionadas con chicas que me parecen una pendejada. ¿Sientes una necesidad de hablar con una extraña sobre tu infección por hongos? ¿O de estudiar tus genitales con un espejo de mano? Yo tampoco. Aunque entiendo la importancia de esas pláticas de chicas, no quiero regalarte un poco de mi vello púbico ni enviarte los resultados de mi último papanicolau. En lugar de eso, compartiré toda la información remotamente útil que descubra como MUJER. ¿A qué me refiero? No lo sé. No me gusta eso de los horóscopos, pero puede que te ruegue que leas tu futuro en la sangre de tu menstruación bajo una luna llena. Confía en mí: no soy doctora, pero tengo un doctorado en Choros de niñas bonitas.

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CHORO DE NIÑA BONITA #23: ¿POR QUÉ APESTA ESTRECHAR LAZOS ENTRE MUJERES?

Cuando eres chica, se esperan ciertas cosas de ti en la vida. No estoy hablando de tener hijos o mamársela a tu güey, ni nada que podrías culpar en el peso de todos estos siglos de patriarcado. (Pero, ¿a poco no se siente bien tener todo ese peso sobre ti de vez en cuando?) No, estoy hablando de ese daño que, por alguna razón, decidimos infligir sobre nosotras.

Por ejemplo, ese viaje de compras. Así como tener sexo con alguien que odias (vamos, todas hemos estado ahí), salir de compras puede ser incómodo, deprimente y exasperante, todo al mismo tiempo, pero todas los soportamos y pretendemos pasarla bien. ¿Cómo es que salir de compras se convirtió en una manera de fortalecer nuestra amistad? A menos de que tú y tu mejor amiga tengan el dinero para comprarse sudaderas Rodarte, comer en Ottolenghi y reírse como locas mientras se vacían botellas de champaña en un taxi (hacer esto en un cumpleaños/fin de semana, no cuenta), entonces no entiendo por qué debe gustarnos.

Y no es sólo salir de compras, hay toda una serie de cosas aburridas que las chicas deben hacer para demostrar en Facebook que se quieren entre ellas más que a los carbohidratos. Agárrense bien de esa hamburguesa, porque aquí vamos.

COMPRAS
Sí, ya hablé de esto, ¡pero hay más! Esta actividad social no sólo me parece una verdadera pérdida de tiempo, dinero y fuerza; también es algo que debes evitar si te consideras una persona ética como Cher Horowitz. Primero que nada, no deberíamos estar comprando cosas en las tiendas de compañías internacionales. No estoy segura de cuándo pasó de moda no querer usar ropa hecha en fábricas de explotación laboral, pero esto es muy simple: compañías que no pagan impuestos y hacen ropa con uñas de bebé = malo.

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Además, hay una razón por la que esas tiendas están muriendo, y esa razón es que apestan. No es como si tienes 14 años y comprar lápiz labial te hace sentir tan adulta como tu primer periodo, aunque estas tiendas te hagan sentir que te está bajando, porque estás mareada por todas esas luces artificiales, y la calefacción está tan fuerte que el curry de ayer por la noche se escapa por tus poros.

HABLAR DE MENSAJITOS
Otra extraña, pero obligatoria actividad, es el análisis forense de los mensajes de texto. Cada que muestro una falta de interés por la carita feliz que un chico usó (o no usó) en sus mensajes, mis amigas me hacen sentir como una perra. ¿Por qué? ¿Cuánto tiempo crees que ese hombre le dedicó a su comunicado? No estamos hablando de Gore Vidal, estamos hablando de alguien que todavía compra ropa en la sección de niño de H&M.

Y no estoy diciendo: “Ya vayan a un museo, cabrones”, porque a mí también me da flojera y tengo la capacidad de atención de un sociópata que quiere escalar en la pirámide social yendo a orgías de los Iluminati. Lo único que quiero decir es que agarren el pedo: hablar durante dos horas por teléfono sobre los colores que usan los chicos durante sus conversaciones por AIM no fortalecerá la relación entre amigas más que unas cubas.

CITAS PARA ARREGLARSE
Si eres una fugitiva, una espía o has visto el clásico de culto Vaselina, entonces es muy probable que sepas todo sobre las citas para arreglarse. Estos ejercicios de crisis de identidad, tan dominados por las jóvenes adolescentes, son tan comunes entre esas chicas que quieren pasar, de la noche a la mañana, del patito feo de la escuela, a la nena más sensual de la ciudad.

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Pero, cuando eres adulta, permitir que alguien más elija el color de tus labios es una tontería, y es peor si además le das rienda suelta para que juegue con tu pelo cuando se juntan para emborracharse en la regadera. Como esa persona que existe dentro (no exageremos) de un pequeño círculo social, es probable que todos sepan cómo te ves. Lo único que estas citas transformadoras hacen es decirle a tu ex que la muerte de su relación te dejó tan trastornada que ya no te sientes cómoda ni en tu propia piel. Si una amiga quiere hacerte eso, entonces es porque se está tirando a tu ex.

DIETAS
Otro ejercicio clásico de socialización es morirse de hambre, porque esa hamburguesa light sin carne y sin queso sabe mucho mejor cuando tienes a tu mejor amiga en el otro extremo de la línea experimentando la misma miseria y cambio de humor que tú. ¡Pura diversión!

Espera: creo que ese es el punto. Quizá estas cosas no deben ser divertidas. ¿Será que la razón por la que estas actividades son tan difíciles y humillantes, es para que las superemos y salgamos de ellas convertidas en mujeres mucho más fuertes? Bien podría tratarse de una de esas verdades profundas. Pero si esto es verdad, ¿por qué ninguna de mis amigas quiere hacer la dieta del enema conmigo?

Sigue a Bertie en Twitter: @bertiebrandes

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