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Identidad

Capos: las narcoiglesias en México

El agua bendita también lava.

Los Zetas son uno de los cárteles más tecnológicos en México, y cuentan con su propia red de radio improvisada. Pero el grupo, conocido por esa violencia intimidante y descarada, sirve también para otra causa: construir iglesias.

Eso si creemos lo que dicen algunas de las placas e inscripciones en un número cada vez mayor de iglesias católicas en las zonas rurales de nuestro país. Una de estas, una capilla en Tezontle, Hidalgo, está adornada con una placa de bronce en honor a su donante, Heriberto Lazcano, líder de los Zetas (quizá) muerto a manos de la marina en octubre pasado. (Se cree que Lazcano, conocido como "El Lazca" está ligado con 30 mil asesinatos, y algunos de estos cuerpos fueron usados para alimentar a la colección personal de leones y tigres, según las autoridades mexicanas). “Escucha, Señor, mi oración”, dice el letrero, en referencia al salmo 143. “Atiende mi súplica; por tu fidelidad y justicia, respóndeme”. La placa después dice que la capilla se construyó en honor al Papa Juan Pablo II.

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El jefe de la capilla dijo que fue un “proyecto comunitario”. El dinero no sólo “no pasó por la iglesia”, la iglesia simplemente no tiene idea de dónde vinieron los fondos.

Como sea, esta idea de las narcolimosnas no es nada nuevo, y los Zetas no son los únicos detrás de estas obras. Las drogas y los dioses son una pareja muy antigua en la sociedad mexicana; los narcos están familiarizados con el tributo a la iglesia católica, y les gusta jugar el papel del “bandido socialista y benevolente” estilo Escobar, como dice el Dr. Howard Campbell, profesor de antropología en la Universidad de Texas en El Paso, y autor de Narco-Propaganda in the Mexican Drug War: An Anthropological Perspective.

Pero como reportó Voxxi, la casa de Dios de Lazcano, junto con otros incidentes similares reportados en los medios mexicanos, arroja luz sobre “una creciente preocupación sobre el posible flujo de ganancias ilícitas a las instituciones religiosas en México para pagar por construcciones, nuevos edificios e incluso programas de caridad”.

Tanto el gobierno mexicano como la iglesia no creen en esto, a pesar de reservarse sus comentarios sobre las acusaciones de lavado de dinero. Kathya Martínez, una abogada con una firma de abogados en Ciudad Juárez, dijo a Voxxi que el código penal mexicano no cita las donaciones a la iglesia como lavado de dinero. “Lavar dinero es hacer negocios legales con dinero ilegal”, dice Martínez, "así que a menos que las autoridades puedan demostrar que un cura realizó algún tipo de negocio y mintió a Hacienda sobre el origen del dinero, no hay caso”.

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Pero después tenemos al Padre Ramón Godínez de Aguascalientes, quien es un poco más directo sobre las iglesias que hacen lo que sea en nombre de Dios. “Claro que los cárteles donan dinero”, dijo Godínez  a Televisa. Y sin embargo Godínez asegura que la iglesia mexicana no rastrea sus donaciones. “Si es dinero sucio, la iglesia lo puede limpiar”, dijo.

Si los estupefacientes en Estados Unidos entran en una zona de cuidadosa legalización, ese dinero manchado podría pronto volverse más ligero que el agua bendita.

Arriba: Iglesia en Tezontle, Pachuca, con una placa en honor a su donante, Heriberto Lazcano, líder de los Zetas (via AP)

Contacta a Brian en brian@motherboard.tv.

@thebanderson