Excusas que utilizas para convencerte de que es mucho mejor estar soltero

Un mono solo. Imagen vía

Sabes perfectamente que el problema no lo tienes tú, lo tienen los demás. Tu vida, hasta ahora, se ha regido por esta lógica y, sin tener en cuenta ese "problemilla" que tuviste con las cenizas del padre de una de tus exparejas, las cosas te han ido bastante bien. ¿Verdad? Hablando de buenas noticias, precisamente hoy hará cinco años de tu extrema soltería. Pese a que te las has ido ingeniando para sacar de otras personas algo a lo que ni tú te atreves a llamar "sexo" —algo que algunas personas utilizan para evitar, básicamente, clavarse un cuchillo en la frente— sientes que hay algo en tu vida que falla, como cuando nadie te puede ayudar a arreglar la persiana de tu cuarto o cuando llegas a casa y estás completamente seguro de que no escucharás una voz humana en las próximas diez horas. Estas cosas, a veces, hacen que te sientas un poco, digamos, aislado.

La única verdad que existe es que después de cinco años estás completamente amargado, es algo tan evidente que incluso es ofensivo. Formas parte de los excluidos, los que no procrearán, los que no dejarán huella en este mundo, las sobras de la selección natural. En un destello de sobriedad y brillantez, una vez diste con un buen montón de razones para seguir siendo soltero, razones que ordenaste por puntos (los tienes más abajo). Esta armadura perfecta con la que te ocultas es lo que mantiene a raya al hombre triste y soltero que realmente eres.

A nadie le gusta mentir y menos si las farsas van dirigidas a alguien que se supone que amas. Es muy duro tener que fingir durante más de medio año que sigues teniendo curro y tener que levantarte a las siete de la mañana, hacerte un tupper y pasarte un rato paseando por parques hasta que tu pareja se largue a trabajar. Luego llegas a casa, duermes un rato más, comes jamón de york para que no se note mucho que pasas los mediodías en casa y a las cinco de la tarde te vuelves a largar para fingir que llegas de currar. Si se entera de que no tienes curro y de que estás pagando tu parte del alquiler (y otros gastos) con dinero que literalmente coges de la cuenta corriente de tu madre —en la que apareces como apoderado—, las cosas se van a complicar un poco. Cuando esto reviente tendrás que dar muchas explicaciones a mucha gente. Incluso a ti mismo.

No tienes porque aguantar los discos de mierda que escucha la otra gente. Sabes perfectamente que tu criterio es, simplemente, P-E-R-F-E-C-T-O. Siempre es muy duro darse cuenta de que la persona a quien amas tiene un gusto lamentable o ligeramente distinto al tuyo. Todos sabemos que los criterios sobre música, cómics, libros y películas son lo que define a las personas, no los sentimientos o el cariño. Tú, en tu soledad, nunca tendrás este problema de compatibilidad, tendrás una Expedit repleta de discos impecables.

Bueno, estar reseteado en cuanto a deudas externas siempre viene bien. Es ciertamente difícil pero puede pasar. Cuando estás emparejado y no tienes suficiente dinero como para pagar un par de multas o invertir en la matrícula para esa escuela de "nuevo teatro", un sentimiento fruto de mezclar la pena y la ternura puede hacer que tu pareja te preste el dinero.

Primero sientes pena porque sabes que NUNCA podrás devolver este dinero pero con el tiempo te darás cuenta de que has firmado un contrato diabólico de esclavitud. Nadie te pedirá que devuelvas nada pero ese dinero SIEMPRE estará ahí cuando surjan los problemas de verdad. "Carlos, por supuesto que voy a abortar. Si no te hubiera dejado esos cinco mil euros puede que sí que hubiéramos podido permitirnos un proyecto de familia. No tendremos a Pedrito por tu culpa, me temo".

Llega un momento en el que el sexo no te apasiona y esperas con desmesurada ilusión el hecho de poder masturbarte con calma utilizando los recursos que más te apasionan. Se ha acabado eso de esperar a que el maromo vaya al paquistaní a comprar pan para poder hacerte una buena sesión rápida. Él no ha ni cerrado la puerta y ya tienes el maldito vídeo cargando en el iPhone.

De salir a la calle y saber que puedes hacer el amor con cualquier cosa sin que nadie se sienta realmente ofendido. Farolas, cajas de cartón, euros, sueños e incluso personas.

Que ya tenemos una edad joder, ya no hace falta que sigamos autoengañándonos. Después de seis relaciones mínimamente duraderas ya has pillado que, más o menos, a los 11 meses, empiezas a no sentir ABSOLUTAMENTE NADA por esa persona que te acaricia la nuca, se acerca a tus genitales y que cada lunes te invita al cine. Es buena persona, no lo neguemos, pero joder, cuando estás a su lado sientes lo mismo que si estuvieras al lado de un saco de harina. Te pasas unos cuantos meses más así y luego tu pareja te abandona porque no puede soportar tu indiferencia. Luego te fijas con la expareja de un amigo y todo vuelve a empezar. El bucle.

Bueno, cuando uno de los dos se muere es una mierda, así que mejor no pasar por esto y no tener a nadie.

Las parejas te honran con regalitos y "detalles". Obsequios que normalmente son objetos. Objetos que ocupan espacio. Espacio que es limitado. Espacio que podrías ocupar con tus objetos. Con tus maravillas. Con cosas por las que morirías, no como ese .

Ya nadie puede encerrarse en el baño. Ya no tienes que escuchar como intentan ocultar los sollozos con el agua del grifo. Ya no tienes que pedir perdón golpeando levemente la puerta con el nudillo de tu dedo índice. "¿Estás bien?". Venga joder, por fin ya no le joderás la vida a nadie.

No es lo más recomendable pero cuando vives solo y no hay nadie a quién realmente le importes puedes permitirte el lujo de llevar la misma ropa toda la semana. Me refiero toda la ropa. De algún modo es una liberación espiritual saber que a nadie le importa una mierda que vayas hecho una mierda y que apestes. Si puedes conseguir alcanzar este estado mental, puedes lograr cualquier cosa, incluso ser humano.