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Cultură

Le preguntamos a nuestros padres si somos lo que esperaban de nosotros

Porque ya nadie quiere ser doctor ni abogado.

Desde que somos pequeños nuestros padres empiezan a soñar con nuestros futuros. Se imaginan que seremos personas de éxito y, muchas veces, que seguiremos sus pasos. Incluso es normal que intentan influenciarnos de maneras sutiles para que la carrera que elijamos sea alguna con reconocimiento social y ellos puedan presumirnos con sus amigos. Pero a veces los hijos nos separamos del rebaño y terminamos dedicándonos a algo que no los deja dormir. Esto es lo que piensan los padres de algunas personas que han decidido descartar los trabajos convencionales.

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Padres de Lorena, atleta de atleta de motocross, downhill y rally.

VICE: Cuando Lorena era chica, ¿ustedes a qué creían que se dedicaría?
Mamá de Lorena: Yo soy artista plástica y desde que ella tenía un año y medio me puse como meta inculcarle algo de arte, pero cuando creció le empezaron a gustar mucho los animales y creíamos que iba a ser veterinaria. El interés por los deportes extremos no surgió hasta después.

¿Cómo empezó a acercarse a las motos?
Papá de Lorena: Yo tenía una y a ella le encantaba, pero yo sólo la dejaba ayudarme a lavarla. Después la llevaba a dar vueltas, a comprar helados y la gente se nos quedaba viendo. Ahora pienso que era bastante irresponsable porque estaba muy chica y de pronto se soltaba. Así fue hasta que un día, por idea de su mamá, me dijo que quería aprender a andar ella sola. La primera vez que se subió a una moto le dieron tres instrucciones que fueron suficientes para que se arrancara.

¿Trató de hacerla cambiar de opinión?
Sí, yo le dije que mejor intentara algo como ballet. Apenas le estaba enseñando a andar en bicicleta y a mí hasta eso me parecía riesgoso, entonces me puse a pensar cómo desmotivarla. Se me ocurrió conseguirle una moto viejita; en lugar de comprarle equipo nuevo le puse mis rodilleras viejas en los hombros y nada de ropa especial, sino pantalones de mezclilla por dentro de las calcetas para que le diera pena ir a las pistas. Nada funcionó y aunque lloviera o lo que fuera, ella quería ir a las motos.

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¿Su preocupación ha disminuido desde que ella corre profesionalmente?
No, al contrario, ha aumentado. Cada vez que tiene un accidente en una competencia le pedimos que pare. El peor momento ha sido una caída durante una carrera cuando tenía 16 años, cuando al brincar un obstáculo se estrelló contra un corredor rezagado. En ese momento ella salió volando y al caer quedó inconsciente, así que nos acercamos lo más rápido que pudimos. Cuando recobró el conocimiento se puso como loca gritando que le dolía el hombro. Entonces, la subieron a una ambulancia, pero ahí se volvió a desmayar y cuando por fin despertó no nos reconocía porque se le inflamó el cerebro. Tampoco se acordaba de la carrera ni de nada de lo que había hecho durante la semana anterior.

¿En algún momento han tenido que apoyarla aunque les pareciera peligroso?
Sí, especialmente durante el año en que participó en el campeonato nacional y en el mundial de Enduro. Nosotros tuvimos que ayudar a buscar patrocinadores que le dieran una moto nueva porque la suya no iban a durar ni un día. En esos meses también la ayudamos a entrenar para que pudiera con la parte mecánica que tenía que dominar, porque si la moto fallaba durante la carrera nadie podía ayudarla.

¿A qué creen que Lorena se dedique en el futuro?
Cuando creíamos que por fin iba a dejar las motos y que llegaría la calma, empezó con las bicicletas a hacer downhill, así que nos quedó claro que siempre va a estar involucrada en algún deporte extremo. Va a ser una de esas abuelas que se lleva a sus nietos en la moto.

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Mamá de Sofía, chef de repostería

VICE: Cuando Sofía era niña, ¿te imaginabas que sería chef?
Mamá de Sofía: Me lo imaginaba porque desde chiquita insistía en que quería cocinar todo el tiempo, pero yo no la dejaba porque me daba miedo que se quemara. Sólo la dejaba hacer gelatina.

¿Su preocupación ha disminuido desde que ella cocina profesionalmente?
Ha disminuido, pero sólo últimamente. Cuando empezó se quemó los dedos con una charola caliente y se llenó de ámpulas; le tuvieron que raspar la piel y perdió la huella digital. Fue horrible y empeoró mis nervios, pero después entendí que esas cosas pasan.

¿Intentaste hacerla cambiar de opinión?
Sí, yo le decía que mejor parara porque desde que empezó trabajaba mucho y desde muy temprano. No iba a fiestas y yo creía que nunca iba a conocer a alguien con quien casarse.

¿La vida de Sofía es lo que esperabas?
Sí, siempre le vi vocación, así que la apoyé cuando decidió dejar la universidad porque yo sabía que iba a tener mucho éxito. Ahora veo que tenía razón porque se ha movido muy bien en su medio.

¿Tener una hija chef tiene beneficios?
Claro, todas las semanas me manda pan hecho a mano y a veces la vengo a visitar al trabajo y me llevo algunos postres de regreso a la oficina.

¿Cómo se imagina que será la vida de Sofía en el futuro?
Sé que se va a ir del país en algún momento a abrir su propio restaurante en otra parte, pero está bien porque, ¿para qué la quiero tener pegada junto?

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Papá de Antonio, locutor del programa de radio, El Triste Turno

VICE: ¿Qué fue lo primero que pensaste cuando Antonio decidió dedicarse a lo que hace?
Papá de Antonio: Yo creí que había tomado la decisión de estudiar comunicación de forma precipitada, en conjunto con sus amigos, pero él tenía muy claro que quería dedicarse a la radio y nunca se le quitó de la cabeza.

¿Esperaba que se dedicara a otra cosa?
No, yo no soy de los papás que cree que si su hijo no es arquitecto o doctor, ya fracasó. Tengo muchas amistades que son pintores o escultores y tener un hijo que se dedique a algo distinto de las profesiones tradicionales me gusta. Todavía estoy esperando a ver si mi otro hijo decide ser bailarín o algo así.

¿Escuchas el programa de Antonio?
Sí, siempre que tengo oportunidad lo pongo. Incluso, en su cumpleaños marco al estudio y cuento anécdotas sobre él al aire.

¿Le gusta la música que pone en su programa?
Me gusta más la música culta y la afro-caribeña, pero el rock me gusta muy poco. Cuando yo era joven la gente decía que eran "gringaderas". Solamente me gusta el rock clásico como Joe Cocker, Rod Stewart y Ricardito. Sin embargo, el otro día pusieron a una artista que me gusta mucho —Margarita "La Diosa de la Cumbia"— aunque no es el estilo del programa.

¿Tener un hijo que es locutor de radio tiene beneficios?
A veces le pido que mande saludos para mis amigos, pero a él no le gusta; le choca.

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¿Cambiaría algo de la vida de Antonio?
Pues que se corte el pelo.

Mamá de Francisco, creador de la marca de ropa Coconá.

VICE: ¿Te imaginabas que Francisco se dedicaría a la moda?
Mamá de Francisco: No, él decía que iba a ser arquitecto y yo creí que así sería. Dibujaba casas, pero sobre todo, desde chico quería construir antros.

Cuando te dijo que se dedicaría a la moda, ¿qué pensaste?
Él iba a la mitad de la carrera y decidió que mejor arquitectura ya no. La terminó y dijo que nunca se iba a dedicar a eso, lo cual me preocupó bastante y hasta lloré. Después se le ocurrió irse a San Cristóbal de las Casas a consolidar su proyecto y yo pensé que no iba a hacer nada, que más bien se la iba a pasar con sus amigos como si fuera un sabático.

¿Le diste tu opinión sobre la ropa que hace?
Sí, yo siempre le digo qué colores debería combinar y que debería de hacer más cosas, pero sobre todo le doy mi opinión en temas de negocios. No siempre me hace caso, pero yo se lo digo de todas formas.

¿Tener un hijo que se dedica a la ropa tiene beneficios para usted?
No, porque no hace nada para mujeres aunque yo le insisto mucho que ya empiece.

¿La vida de Francisco es lo que esperabas para él?
No, yo en ningún momento me esperé esto, pero aun así me sorprende lo bien que ha hecho las cosas. Nunca traté de hacer que cambiara de opinión y ahora veo que estuvo bien.

¿Cómo se imagina que será el futuro de Francisco?
Es muy probable que de un día a otro decida cambiar de carrera debido a su personalidad. Seguramente va a encontrar algo más que lo apasione y aunque sea completamente distinto se va a dedicar a sacarlo adelante.

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Papá de Sofía, artista plástica

VICE: ¿Te gustan las pinturas de Sofía?
Papá de Sofía: Sí, tenemos muchas colgadas en la casa. Me gustan más cuando hay una explicación de por qué pinta cada elemento, aunque sean razones complicadas, pero cuando no las hay me cuesta mucho trabajo entender sus obras.

¿Opina sobre sus pinturas mientras ella las realiza?
Siempre le digo que no haga perfiles, sino que pinte caras completas porque me parece que hacer perfiles es muy fácil. En cambio, su mamá es arquitecta y es más estricta porque quiere que sea más perfeccionista con sus trazos. Aunque ese no es el estilo de Sofía, su mamá está acostumbrada a que todo se vea exacto.

¿Le hubiera gustado que ella se dedicara a otra cosa?
Pues, yo siempre quise tener un hijo abogado porque me gustaba la idea de que con poco capital una carrera pueda despegar en cualquier parte. El arte es lo contrario: es caro y se necesitan contactos. Sin embargo, ella siempre ha sido muy determinada.

¿En algún momento han tratado de hacerla cambiar de profesión?
Sí, cuando se quería ir a estudiar arte a Italia. Me daba miedo el ambiente de allá y con lo que se podría topar. Ahora yo dejo que se dedique a esto, pero a su mamá le cuesta más trabajo porque siempre que la ve, Sofía está tomando un descanso, viendo la tele, y cree que no tiene mucho que hacer, entonces le dice que mejor se busque otro trabajo.

¿Tú la apoyas de alguna manera?
Claro, hasta pinté mi oficina de blanco para colgar sus cuadros y que todos combinaran. Así, cuando llegan personas a citas, las dejo esperando en la sala de juntas viendo las pinturas para ver si se animan a comprarlas.