¡La nueva VICE está en la frontera de lo irreal!

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¡La nueva VICE está en la frontera de lo irreal!

Agosto y septiembre: los resabios del calor. Mientras en otras latitudes más alegres se apaga el pebetero y los chicos vuelven al encierro de sus aulas, nosotros pedimos que las lluvias se alivianen y avisamos con bombo acuático, medio nostálgicos por perder otro verano más de nuestras vidas, que ya está en las calles nuestro nuevo número dedicado a las fronteras, esa extensión límbica (o una pobre línea) que separa (o sirve para separar) una cosa de otra. O dos pedazos de tierra. O dos maneras de pensar. Algunos dirán: abajo las fronteras. Libre tránsito de cuerpos e ideas. Pero las fronteras también conectan. Funcionan como mecanismo de vinculación con el otro: en relación y oposición, al mismo tiempo, develan la otredad. Es decir: las fronteras nos dotan también de cierta identidad a partir de la existencia/negación de aquel otro.

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Cada día participamos en la construcción de nuevos universos y alrededor de estos vamos levantando nuevas fronteras. ¿No existen en esas metrópolis de información codificada, construidas sobre la nube, las mismas murallas que Rama supo distinguir en la Ciudad Letrada? La zona fronteriza está construida de materiales varios: éticos, geográficos, sociales, culturales, políticos, estéticos, lingüísticos. Y luego, los interminables cruces. La demarcación es infinita.

Nuestra portada corrió a cargo de Elliot Ross, quien documentó la llegada de los últimos solicitantes de asilo que entraron a Europa a través de las islas griegas.

Óscar Benassini perfila el trabajo de Daniel Guzmán: su pulso equilibrista entre el arte contemporáneo, el rocanrol y la literatura. Por otro lado, Antonio Martínez Velázquez charla con Luis Fernando García, director de R3D, la Red en Defensa de los Derechos Digitales, una ONG que se preocupa por materializar las batallas del internet en casos legales concretos y lucha por mejorar las leyes y el acceso igualitario a la red común.

Aaron Lake Smith viajó hasta Bulgaria para tratar de entender la crisis migratoria desde la óptica de Dinko Valev, el cazador de migrantes, un tipo que, montado en su cuatrimoto, recorre la zona limítrofe con Turquía en búsqueda de gente que ha cruzado ilegalmente la frontera. Esta es la nueva cara del movimiento "justiciero" de la derecha europea.

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Desde Nicaragua, Raquel Rivas relata la historia de los trabajadores de los ingenios de Chichigalpa, un lugar que hace años era conocido por su producción de ron y azúcar y ahora tiene la macabra fama de ser uno de los lugares en el mundo donde se registran más muertes por Insuficiencia Renal Crónica, una enfermedad devastadora, progresiva e irreversible. Con gran cantidad de hombres condenados a muerte rondando por las calles, Chichigalpa parece ser una aduana

Durante los años más cruentos de la guerra contra el narco, Felipe Luna documentó la actividad operística en Ciudad Juárez. Es curioso, casi irónico: después de la CDMX, Juárez —que alguna vez fue la ciudad más violenta del mundo— es donde más ópera hay en México. La frontera entonces obedece a un doble filo: el de la violencia y el del arte. ¿Se puede aislar uno del otro?

Carlos Carabaña se embarca al Caribe para hurgar en otra frontera: la racial. Al este de la diminuta Barbados, los Redlegs, un grupo de blancos pobres que vive en las zonas agrícolas de la isla, se niega a desaparecer. Su presencia cuestiona la narrativa social del Caribe anglófono. En ese mismo tenor y con los Juegos Olímpicos recién finalizados, Rafael Toriz confecciona una crónica de su descenso por las dos caras del Brasil actual: la geometría casi extraterrestre de Brasilia, y el otro, más oleico, caótico, mágico y eminentemente negro.

¿Más perlitas? Textos de Vivian Abenshushan, Alonso Ruvalcaba, José Luis Martínez Limón, Julio Martínez Ríos, Jero Parada y Andrés Santamaría, entre otros tantos.

Ya en las calles y en su aduana fronteriza de confianza.

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