Marihuana vaporizada o cómo colocarse sin fumar

Luis Felipe tiene 38 años y llevaba 20 fumando tabaco. Había intentado dejarlo muchas veces, en concreto durante los últimos cuatro años lo intentaba cada domingo por la noche y el lunes por la mañana ya había vuelto al estanco. Estaba cansado de meterse mierda en forma de humo todos los días y decidió probar con unas de esas pastillas que, por lo visto, hacen magia. En su caso han funcionado. Ha podido con el tabaco, lo que pasa es que a Luis Felipe lo que más le va son los canutos.

Con los porros ha sido tajante, también ha querido apartarlos de su vida… En formato fumado. Quería que su casa fuera zona libre de humos y consiguió, mediante el sistema de trueque, un vaporizador. Ha sido un descubrimiento, ahora se mete vapor para dentro, no tiene que aspirar tabaco y puede seguir colocándose con marihuana. Incluso más que cuando se fumaba diez o doce porros al día. Así ha sido su proceso de conversión a esta nueva religión.

VICE: Hay que viajar un poco en el tiempo, pero, ¿te acuerdas de tu primer cigarro?

Luis Felipe: Fue con 18 años y estaba haciendo la Mili (Servicio Militar obligatorio). Siempre lo había odiado, pero empecé por aburrimiento. Algo tenía que hacer durante las guardias que me tocaban. En definitiva, que debo de llevar veinte años fumando.

Bueno, llevabas.

Sí, eso claro, ahora ya lo he dejado. Hace como veinte días o así.

¿Es la primera vez que lo intentas?

Cada semana, durante los últimos cuatro años lo había intentado. Siempre pasaba lo mismo, los domingos tiraba todo, el tabaco, el papel, todo. Y el lunes, nada más levantarme, me iba al estanco, volvía a comprar y comenzaba a fumar otra vez.

No llegabas ni a un día…

Una noche y al día siguiente ya estaba.

Y llegaron a tus manos esas pastillas que a mucha gente le parecen un milagro.

Me enteré por un conocido. Alguien que llevaba años intentado dejar de fumar y no lo conseguía. Había recurrido a todo tipo de terapias, incluso la hipnosis y nada. Era un fumador 'pata negra' y con las pastillas (en su caso se llaman Champix) lo logró. Me decidí, porque si él pudo hacerlo pensé que yo también lo haría. Ahora llevo como 20 días y, la verdad, es que no me acuerdo nada del tabaco. Poco a poco se empieza a acostumbrar el cuerpo a estar sin él. Para mí llegó un día que salí a la calle y se me había olvidado el cigarrito ése de primera hora de la mañana.

¿Y es caro el tratamiento?

Dura 12 semanas y te sale como por unos 250 euros.

Vamos con los porros. Porque, además del tabaco, fumas bastantes porros.

Sí, comencé mucho después, como hace diez años y fue tras probar por primera vez la marihuana. Durante los períodos que he estado sin trabajo fumaba mucho, unos diez o doce al día. Me levantaba, desayunaba y ya me estaba liando un peta. En vez de tabaco, muchas veces solo fumaba porros. La verdad es que ahora no me apetece tanto estar colocado.

Ya, pero los sigues haciendo, aunque sea sin fumar.

Es con un vaporizador, yo meto ahí la marihuana, muchos fumetas lo hacen. Aunque en realidad está pensado para el tema de aromaterapia, para poner cosas como tila o manzanilla. No hay combustión, del humificador sale el aire caliente, que atraviesa la hierba y así no se generan partículas cancerígenas. Se evapora el THC y se forma el vapor de marihuana.

¿Es más potente?

Mucho más efectivo, sin duda y mucho más rápido. Metes menos que le pondrías a un porro, hinchas un par de bolsas y ya estás colocado desde la primera calada. De la bolsa inhalas el vapor. Cada una de ellas te da para cinco o seis caladas.

Así que estás ahorrando pasta.

Bastante, yo pillaba 20 pavos a la semana, y ahora llevo tres tirando con cinco euros. Mira, yo a estas alturas del día (la hora de la comida) ya llevaría cinco porros por lo menos. El vaporizador, además, se lo cambié a un chaval por una consola, pero he investigado y cuesta como 400 pavos.

Ha sido la solución a tus problemas.

Pues sí, porque me apetece drogarme, pero no estropear mis pulmones. Así que he encontrado una buena alternativa. Nunca volveré a fumar marihuana con combustión, no quiero más humo dentro de mi cuerpo.