Cualquiera diría que estamos en el sur de Estados Unidos

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Fotos

Cualquiera diría que estamos en el sur de Estados Unidos

Pero en realidad el fotógrafo Christer Ehrling hizo estas fotos en Suecia.

Hace unos meses, en nuestro número de moda, entrevistamos a Svempa Bergendahl, uno de los primeros raggare suecos; rememoró sus hazañas del pasado y las chicas con las que ligó hace ya más de sesenta años, en su coche americano, con su pelo engominado y su teddy sobre los hombros. El movimiento se ha perpetuado a través de generaciones, conservando el mismo estilo de vida: escuchar rock, hacer el vago en sus hot rods, beber mucha cerveza y profesar una pasión sin límites a la eterna América –concretamente, al sur de los Estados Unidos.

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Christer Ehrling es un fotógrafo sueco. Hace veinte años, a mediados de los noventa, documentó el modo de vida de los raggare y de la gente que andaba metida en la escena hot rod local. Algunas de estas fotos salieron en Asphalt Telegraph, un libro publicado en 2011. Hace un tiempo, Christer encontró las fotos descartadas y las colgó en su Flickr. Contacté con él de inmediato para hablar sobre fantasía americana y banderas sudistas.

VICE: ¿Dónde y cuándo hiciste estas fotos?

Christer Ehrling: Son de mediados de los noventa. Creo que las primeras son de 1993; las hice en la Suecia profunda, en el campo. Dejé de hacer fotos en 1998 o algo así. Ni siquiera podría decirte qué me llevó a emprender este proyecto; cuando empiezo a trabajar sobre un tema, siempre suele ser por una cuestión personal, algo que me toca de alguna forma. En este caso, estos chicos me recordaban a la gente con la que solía ir en mi adolescencia.

Son raggare, ¿no?

Sí. Es muy difícil traducir el término porque en sueco tiene muchas connotaciones. El movimiento empezó a principios de los años 50 en Suecia: era una subcultura de inspiración americana, en la que chavales suecos se juntaban para conducir coches americanos, hacer el tonto e intentar ligar con chicas. La mayoría de esos chicos eran de la clase obrera sueca, a los que les gusta ir conduciendo coches americanos grandes, o que usan el coche como una casa con ruedas siempre hasta los topes de cerveza.

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Parece que todo el rato quieren exhibir la bandera sudista. ¿De dónde crees tú que viene esta fascinación por Alabama y el American way of life en general?

Hace tiempo me preguntaba lo mismo. Me acuerdo que los chavales pensaban que el estilo y la forma de la bandera eran guay –en realidad no les interesaba mucho el significado o la historia de ésta. Más tarde, cuando descubrieron el significado de la bandera, querían demostrar a toda costa sus tendencias xenófobas. Para otros, sin embargo, también era una manera de decir “no me importa nada” de cara al sistema, a las autoridades y a los políticos. En fin, nunca se sabe; puede que simplemente fueran fans de Elvis y que les gustara tanto la bandera que por eso se dedicaban a ponerla por todos lados.

Y la escena hot rod sueca que aparece en tus fotos, ¿también es raggare?

En parte sí. Sin embargo es más confidencial que los raggare. La escena hot rod de los 50 actual es más global, y en cierto sentido más “cool” que los raggare. Además de los coches, la escena posee su propia música y su propia moda. Entre ellos los hay que llevan el look y la vestimenta hasta el extremo, otros se van a bailar a clubes tipo años 50 y a veces, pero muy poco, se interesan en los coches.

A lo largo de mi carrera he capturado diferentes culturas que, de alguna manera, estaban ligadas más o menos al automóvil. Hace unos años publiqué un libro sobre las escenas hot rod y custom, y más en particular sobre los hombres y las mujeres que formaban parte de ellas. Se llama Asphalt Telegraph y lo publicamos en Publishers, en 2011. No eran imágenes tan directas como las de los raggare -eran más intimistas, más cercanas a las personas que salían en ellas.

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Sí, de hecho es una de las características de tus fotos: están llenas de empatía por los individuos retratados. ¿Sólo haces fotos de la gente que te gusta?

Totalmente. Aunque a veces pueda no estar de acuerdo con lo que piensan las personas a las que fotografío, siempre mantengo una actitud curiosa y admirativa. Como fotógrafo me sería muy fácil engatusar a las personas para que hicieran cosas que podrían lamentar, sobre todo si van borrachos al hacer las fotos.

Efectivamente. Me da la impresión que siempre buscas evitar este tipo de prácticas deshonestas.

No es mi rollo. He conseguido llevar a cabo mi proyecto justamente porque todas estas personas profundamente amables me han dejado penetrar en sus vidas durante un tiempo. Hacia el final de mi proyecto, me acuerdo que conocí a personas que daban a entender que hacían cosas turbias; como no me sentía a gusto con ellos, preferí apagar la cámara e irme. Puedo dar la impresión de ser un cagueta diciendo esto, pero me da igual; además, hay otros fotógrafos que son mejores que yo para hablar a ese tipo de gente.

Puedes ver más fotos de Christer en su web o en su Flickr.