Diez fotos de la vida tras los escenarios de Wu-Tang Clan

Este artículo se publicó originalmente en VICE Francia.

En 1993 nació Enter the Wu-Tang (36 Chambers). Casi al mismo tiempo, y horas antes de su primer directo en el Reino Unido, el fotógrafo británico Eddie Otchere conoció a los Wu-Tang Clan y pasó un par de horas con ellos. Fascinado tras aquel encuentro, Eddie siguió fotografiando a la banda durante casi una década.

El trabajo de Eddie constituye uno de los documentos fotográficos de mayor belleza estética sobre el grupo que se puedan encontrar y logró retratar a sus componentes en el apogeo de su trayectoria. Charlé con él sobre cómo se gestó el proyecto.

VICE: Hola, Eddie. ¿Dónde y cuándo empezaste a hacer fotos de Wu-Tang Clan?

Eddie Otchere: Estuve retratándolos con regularidad durante la década de 1990 y principios de la de los 2000. Las primeras fotos las hice en 1993, quizá 1994, durante su primer concierto en el Reino Unido, después de que publicaran Enter the Wu-Tang (36 Chambers). Había comprado mi entrada por anticipado y alguien me dijo que los miembros llegarían cada uno en su avión privado. Me fui a las oficinas de RCA en Londres y allí me topé con ellos en la puerta.

Genial. ¿Y no les importó que les hicieras fotos?

Hablé con ellos y me permitieron acompañarles en el autocar de gira al Kentish Town Forum para hacerles fotos durante las pruebas de sonido. Pero cuando llegamos, resultó que no había ninguna prueba de sonido, así que pasaron el rato fuera, tirando piedras a los trenes que pasaban y fumando. U-God estuvo practicando su estilo tigre.

En cualquier caso, yo conseguí hacer mis fotos del grupo, a excepción de RZA y Ol' Dirty. Me parece que por aquel entonces Cappadonna todavía no formaba parte del grupo, así que me centré en retratar a los nueve MC. Ese día conseguí fotografiar a siete de ellos, y por la noche tuve el privilegio de asistir a la belleza caótica de su primer concierto.

Al final pudiste retratar a Ol' Dirty Bastard, ¿no?

Sí, pero años después, en 1997, con la publicación de Forever. Aquel año también inmortalicé a Method Man, U-God y a su productor, DJ Mathematics. Esa semana fueron portada de Time Out London. El mánager de la banda en aquella época, Sonny Takhar, consiguió que el álbum se posicionara en el número 1 de las listas pasando dinero a la gente apropiada. Esperaba poder retratar a RZA en aquella sesión, pero no apareció. Pese a que fue un día increíble, todavía no podía decir que había fotografiado a todos los miembros de Wu-Tang Clan.

Pero lo conseguiste tiempo después.

Sí. En 1998 conocí a RZA y a Cappadonna cuatro años después. Así que me costó casi diez años (de 1993 a 2002) conseguir tener fotos de los diez.

Cuéntame más cosas sobre la foto en la que aparece RZA disfrazado de superhéroe.

Vino a la sesión caracterizado así. Entró en la sala y se presentó como Bobby Digital. En aquella época yo era muy fan de Kool Keith y, si te soy sincero, el personaje de RZA me pareció muy similar al alter ego de Keith. Pero bueno, no hay que restarle mérito a RZA, que consiguió crear un superhéroe con un simple disfraz. Se le daba bien ampliar el panorama cultural del hip hop con cosas así. Yo, por ejemplo, también intento llevar esa cultura a los espacios de bellas artes y en libros de gran formato.

¿Hasta qué punto te consideras fan de los Wu-Tang?

Soy coleccionista musical, de vinilos, concretamente. Más o menos la mitad de mi colección es actual y la otra media, clásica. Durante los 90 estuve totalmente sumergido en la cultura del hip hop. El mismo día que Wu-Tang publicaba Enter the Wu-Tang (36 Chambers), A Tribe Called Quest hacía lo propio con Midnight Marauders. Aunque los dos álbumes son muy distintos, me parece interesante ver lo influyentes que eran los Wu. Me fascina la época dorada del hip hop porque aunaba muchos estilos musicales distintos bajo una sola bandera.

Háblame de esta foto de Method Man, con el ojo tan raro.

Method Man siempre te salía con alguna cosa. Ese día tenía mil ideas en la cabeza y quiso enseñarme lo que sabía hacer. Este mismo truco lo perfeccionó en el vídeo de Bring the Pain.

¿Con quién te llevabas mejor?

Method Man es el más generoso. Incluso cuando no está de buenas tiene una personalidad deslumbrante. Ol' Dirty era el más gracioso, aunque su humor siempre tenía un toque trágico. Ghost también es genial; es un cruce entre ODB y Meth. Son todos increíbles. Hoy todavía los tengo ensalzados como a dioses.

¿Qué sientes cuando miras estas fotos ahora, casi dos décadas después?

Pues pienso en lo que me había propuesto hacer con ellas, que era abrir un nuevo camino en la fotografía del hip hop. También me hacen pensar en los matices políticos de nuestra sociedad, en el hecho de que en algunas comunidades consideran a estas personas una amenaza, mientras que en otras los ensalzan como a héroes. La creatividad y las aficiones sociales de estos chicos se criminalizan y demonizan a la vez que sirven como inspiración para muchas generaciones.

Todas las imágenes son de una gran belleza, sobre todo si las contrastamos con la fotografía de hip hop dominante. ¿Cuál era tu intención al hacerlas?

En aquel momento solo quería hacer la foto definitiva del mejor grupo de hip hop. Ese era mi reto. Se me había metido en la cabeza hacer la foto para la portada de su próximo álbum. No puedo evitar ver a los Wu desde una perspectiva, diríamos, religiosa, por lo que me venían a la mente ideas con libros de oraciones, iconografía y su canonización en la religión del hip hop. Veinte años después, el tiempo ha demostrado que los Wu-Tang son eternos.

Traducción por Mario Abad.