Algunas personas nos cuentan sobre la primera vez que vieron porno

Hoy en día, el tiempo que nos tardamos para encontrar cualquier tipo de pornografía es equivalente al tiempo que nuestros dedos tarden en teclear en Google la palabra "porno". Nunca ha sido más fácil y doy gracias al internet por eso, de verdad, gracias.

Las primeras veces no se olvidan, viven con nosotros atascadas en nuestra memoria y probablemente hablemos de ellas una y otra vez mientras estamos tomando alguna chela con nuestros amigos. La primera vez que vi porno fue en la televisión de mis padres mientras ellos estaban fuera. Era de noche y aproveché para entrar a su recámara y ver por primera vez a dos cuerpos desnudos teniendo sexo. Por suerte, mis papás tenían decodificador y pude disfrutar en su totalidad las mieles de la pornografía. Si mal no recuerdo, el canal de televisión se llamaba Venus y era una porno sobre dos hermanas que tenían sexo entre sí.

A partir de ese momento mi vida cambió por completo. Encerrarme en el cuarto de mis padres mientras ellos no estaban para ver porno se volvió una rutina y comencé a ver al mundo con otros ojos. Platicamos con algunas personas sobre sus primeros acercamientos con el porno.

Mi primer encuentro con la pornografía ocurrió cuando tenía 12 o 13 años, iba en la secundaria. Un día un amigo llegó a la escuela y sacó de su mochila un videocasete VHS sin nombre y nos comentó que era un sorpresa que nos iba a agradar bastante. Como mi mente de puberto ya estaba maleada por la lujuria que nos llega a todos con el despertar sexual, supuse que era un video porno. Después de clases fuimos a su casa y mi amigo le dio play a la videocasetera. Como era de esperar, se trataba de una "película erótica".

Todos los presentes quedamos maravillados con lo que vimos en pantalla: una pareja teniendo sexo hardcore, él musculoso y con un abundante bigote, ella esbelta y aceitada, sus vellos púbicos como un afro. Más tarde me enteraría de que el video pertenecía a una colección de películas gringas llamada American Exxxtasy, hecha en los años 80. Si bien ese porno vintage estaba bastante alejado de realidad del sexo —la cual afortunadamente descubriría a su tiempo—, nos sirvió para entender los pormenores de lo que hace una pareja en la intimidad; eso sin los litros de lubricante, los gemidos falsos, y las posiciones salidas del manual de un contorsionista.

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Fue en casa de mi primo, ya que él fue quién me hablaba siempre de masturbarse y de que veía porno cuando mis tíos no estaban. Entré a su recámara y puse en la televisión el canal 99 para ver porno, tenía casi diez años. Ese canal estaba en los premium, entonces para poder tener acceso a verlo necesitabas un decodificador, el cuál solo estaba en la recámara de sus padres. De igual forma, recuerdo que pude ver con mucha suerte un par de senos y escuchar algunos gemidos; con eso nada más me era suficiente para poder hacer el intento de masturbarme. La verdad no sé si lo hacía por algún placer sexual; quizás lo que más me gustaba era la tentación de estar viendo algo "prohibido" y censurado por algunos minutos. Estaba impresionado porque no sabía muy bien de qué se trataba el sexo ni que además podía verlo por televisión.

Empecé a ver porno desde muy pequeña, de hecho, empecé a desarrollarme a muy temprana edad y descubrí la masturbación como a los ocho o nueve años. Desde ese momento me fui acercando a la pornografía, empezando por esperar durante horas las películas en The Film Zone, hacerme la dormida cuando aparecían mis padres, cambiar el canal violentamente si escuchaba algún ruido y fingir que veía caricaturas o algo por el estilo. Ya a los 10 u 11 años empecé a leer relatos eróticos en internet, pero como no tenía internet en mi casa —aún no era muy común—, los descargaba con los datos del celular y los podía tener todo el tiempo encima sin necesidad de esperar a las 11 de la noche en la televisión. Una de las primeras películas porno que vi fue Emmanuelle en el Espacio. Aún recuerdo las escenas lésbicas, a Krista Allen decirle a una rubia en una tina: "no puedes satisfacer a otro si no te sabes satisfacer a ti misma". Quedé tan encantada que busqué y descargué todas sus películas. Recuerdo varias primeras pornos importantes para mí, muchas de Jenna Jameson. Una de las cosas que me hizo darme cuenta de que era bisexual, fue que prefería enormemente el porno lésbico, ya que me quedaba enamorada de las tetas y el cuerpo femenino, era lo que más me gustaba de la pornografía. Ya como a los 12 o 13 años consumía muchísima pornografía, la guardaba en el iPod y donde podía.

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La primera vez que vi porno fue en The Film Zone y la película se llamaba Emmanuel. Eran como las 11 de la noche y estaba en mi recámara con la puerta cerrada con llave. Tenía 11 o 12 años, obviamente a escondidas de mis padres y me sentía muy culpable, ya que tenía que esperar a que se durmieran para poder poner el canal y verla. Era muy gracioso ya que en esa película sólo se veían senos y traseros, jamás logré ver un pene o una vagina y mucho menos algún tipo de penetración explícita, pero eso de alguna manera generaba en mí cierto morbo porque el solo hecho de ver cuerpos desnudos en pleno apogeo era para mi algo fuerte. Ya desde muy pequeña tenía sesiones de masturbación sin saberlo y eso mismo hacía cuando veía The Film Zone. Recuerdo que la protagonista de Emmanuel se colocaba algo en la cabeza y con eso se imaginaba situaciones eróticas que no eran reales. Cuando el internet llegó a mi vida, todo cambió y empecé a meterme en las páginas porno de esa época, también recuerdo que buscando en Google encontraba una especie de "juegos eróticos" online y eso también me causaba cierto morbo.

Iba en la secundaria, tenía casi 14 años. Unos compañeros nos invitaron a mis amigas y a mi a casa de uno de ellos a ver una película, que resultó ser una de Cleopatra. De la temática o fotografía no me acuerdo mucho, pero recuerdo la música cagada y que el guión se basaba en coger a lo estúpido. Mis amigos se prendieron y comenzaron a fajonear, que era el plan real. Supongo que me gustó, pero fue el día más incomodo de mi vida. Me sorprendió la película porque era una niña virgen y súper ñoña. Siempre lo cuento a mis amigos como anécdota chistosa, creo que nunca más vi porno por decisión propia, solamente esas veces que estás cambiando de canal y encuentras alguna película atrevida, pero en realidad me prenden otras cosas. Pienso que el porno crea falsas expectativas de cómo debe ser una relación sexual.

Tenía 11 años y pocos VHS en casa, así que en una vacación de verano exploré el buró de mi papá y encontré porno ochentero. Lo vi con detenimiento y a veces regresaba a verlo, siempre cuidando que la cinta regresara a la misma escena por si las moscas.

Tenia como siete u ocho años. Era la época en que Google se sentía como algo nuevo y misterioso. Estaba en casa de mi prima y las dos buscamos porno porque un primo de ella se lo mostró, entonces ella me comentó y googleamos la palabra "porno". Desde el primer momento me gustó, recuerdo que nos encerramos en el cuarto y sentí una mezcla de emociones raras. Tenía miedo de que nos descubrieran pero eso me excitaba aún más. Seguramente me mojé pero en aquel tiempo no estaba pendiente de eso, era muy inocente. Puedes seguir a Diego en Instagram