No entraré en la sempiterna controversia acerca de la compleja naturaleza chorras/consumista/entrañable/depresiva/bonita/cerdaca/opípara/ludópata /emotiva/desesperante/reflexiva de la Navidad. Sólo diré que es la festividad que menos me gusta por una razón muy sencilla: mi cumple es el 24 de diciembre y nunca, jamás, puedo celebrarlo con mis amigos porque a partir del 23 todo el mundo desaparece. Así que, inevitablemente, envejezco sintiéndome sola. Y lo de tener que borrar un montón de mails de felicitación de gente que no conozco de nada tampoco ayuda. Por no hablar de los chistosos anti-Navidad: Papá Noel fumando cigarros de la risa, Papá Noel borracho, la ficha policial de Papá Noel, la pin-up góticochotuna de turno con el gorro de Papá Noel… basta, por favor, ¡basta!
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En fin, que para acabar de rematarme el consejo de redacción de Vice (con dos copas de más de un vino que nos ha enviado no sé quién) me sugirió, tras ver la célebre postal navideña del alcalde de San Juan (Puerto Rico), que montara una galería con las postales navideñas más feas que encontrara en internet. Aquí os las dejo. Y ahora me voy a casa. A envejecer. Sola.
