FYI.

This story is over 5 years old.

Noticias

Taxonomía del votante colombiano

No nos digamos mentiras: muy pocos saldrán a votar hoy en Colombia con ilusión.

Muchos de los que que celebraron el sábado el triunfo de Colombia contra Grecia no querían que el día llegara a su fin. A diferencia del consenso festivo que se instaló el sábado en el país, las elecciones a la presidencia tienen un sabor amargo para la gran mayoría. Le pedimos a Santiago Rivas que ilustrara los cinco tipos de votantes que definirán hoy el rumbo del país.

De los de 32'975.158 de colombianos habilitados para votar, solo el 40% votó en la primera vuelta. Ahí verán si hoy domingo les puede, de nuevo, la vagancia y el importaculismo.

Publicidad

Los partidarios del candidato Óscar Iván Zuluaga son los despechados de la paz y los nostálgicos de la seguridad democrática. Insisten en que el presidente Juan Manuel Santos le "ha entregado el país a la guerrilla", pero la gran mayoría ni siquiera sabe que nada de lo que se negocia en La Habana será oficial hasta que no sea votado en un referendo por todos los colombianos. En cierta medida, los zurriaguistas se comportan como se comporta un novio despechado, herido y entusado, que luego de 12 años se niega a darle una oportunidad a la negociación de paz por cuenta de la traición de las Farc en el Caguán. Ah, y aunque son súper cristianos para algunas cosas: antiaborto, antimatrimonio homosexual, se les olvida que para don Jesucristo el asunto de perdonar al prójimo era palabra mayor; por eso prefieren ver a los guerrilleros apedreados en la Plaza de Bolívar antes que ocupando una silla en el Congreso.

En términos de fanatismo, estos muchachos no tienen nada que envidiarle a sus rivales zurriaguistas. Los santistas purasangre cayeron en la lógica amigo-enemigo, y quienes no hayan comulgado con la cruzada de la paz recibe una desaprobación perfumada con un aire de superioridad moral que no deja de estar exento de tintes violentos. Poco parece importarles los cuestionamientos éticos al gobierno de Juan Manuel Santos: la forma de negociar apoyos políticos con cupos indicativos con los congresistas (la deliciosa "mermelada") y sus alianzas con politiqueros y caciques cuestionados en varias regiones del país . Tampoco le han parado bolas al informe de la Contraloría sobre la deuda ambiental del gobierno (solo un ejemplo, por cuenta de un concepto del Ministerio de Minas lleva tres años sin declarar área de protección la Estrella Fluvial de Orinoco), ni les preocupa que la inversión en educación se haya reducido en 0,4% del PIB según el Banco Mundial. La paz, a cualquier precio.

En la primera vuelta, algunos votaron en blanco y otros por los candidatos del Partido Verde y el Polo Democrático. Hoy saldrán a votar por la reelección del presidente Santos porque, a diferencia de los uribistas, se han dado la oportunidad de volver a creer en un proceso de paz y saben que el proceso diseñado por la comisión del gobierno que lidera el alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo, es quizás el ejercicio más serio de negociación que se haya realizado durante estos 60 años de conflicto. Estos resignados no saldrán a votar con alegría. Hace cuatro años, uno de sus líderes, Antanas Mockus, expresaba que "no todo vale". Ahora deberán apoyar a Santos y tragarse el sapo de su mermelada, sus reverzasos y sus deudas sociales y ambientales, en nombre de la paz.

Algún día el voto en blanco será mayoría. Y la clase política de este país podrá vivir un revolcón. Estos indignados purasangre se niegan a traicionar sus principios en nombre de cualquier ideal, sea este la paz o cualquier otro, así esto, tristemente, no sirva para nada.