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Gracias por su preferencia sexual

Viejóvenes gays, el segundo aire fuera del clóset

La pantera rosa es la versión gay de la llamada cougar, esa popular mujer arriba de los cuarenta que se la pasa de fiesta en bares nocturnos coqueteando con chicos de un vigoroso apetito sexual.

Aquí vemos en 2010 al diseñador Karl Lagerfeld con su protegido y heredero Baptiste Giabiconi.

En Estados Unidos lo llaman pantera rosa (pink panther). Es la versión gay de la llamada cougar, esa popular mujer arriba de los cuarenta que se la pasa en antros y clubes nocturnos ligando con chamacos de un vigoroso apetito sexual. Al igual que la cougar, el pantera rosa es un viejo rejuvenecido, quizá recién divorciado, con una buena posición económica y que se la pasa alardeando sus propiedades, inmuebles o cualquier tipo de gadget para engatusar a los más incautos o más ambiciosos chavos a cambio de su tiernita carne. Incluso sólo por su compañía. Un 40 y 20 pero homosexual.

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El pantera rosa es una nueva pestaña del catálogo gay, situado entre la madurez y la tercera edad. Aunque suelen estar entre los cuarenta y los sesenta años, su apariencia física procura la de alguien más joven. El pantera rosa merodea en antros y centros comerciales para recobrar el tiempo perdido mediante el ligue y el hiperconsumismo apantallante. Muchos de estos panteras rosas no se atrevieron a salir del clóset en su juventud y emprendieron una vida heterosexual, en la cual tuvieron hijos en medio de una infelicidad incomparable. Aunque parece que su destino fuera remendar sus vidas, la gran mayoría cae en el desenfreno de amoríos y la búsqueda de sueños incumplidos pero muy absurdos como enfundarse en ropa una o dos tallas más pequeña mientras invitan copas a chamacos bellos y sabrosos.

El principal atractivo de un pantera rosa es ser un viejoven. Los chavos que caen en una relación con uno de ellos encuentran la dualidad de la experiencia y de la aventura. Como aquellos han vivido enfrascados en el clóset, han observado y vivido sólo a través del deseo, por lo cual su nueva vida es desenfrenada. Las etapas de este redescubrimiento del Yo Viejoven del pantera rosa abarcan el extreme makeover personal, la parranda acelerada, el consumismo de aparador a cambio de noviecitos mensuales. O sea, como cualquier chavo gay pero con un poder adquisitivo real, sin depender de sus padres. Como han vivido dentro de un matrimonio, la mayoría de los viejóvenes se aferra a la libertad del segundo aire que permite andar como burro en primavera.

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El diseñador Tom Ford recientemente se casó con Richard Bucley, arquitecto y editor.

A los viejóvenes los puedes ubicar en zonas comerciales, de fiesta nocturna y consultorios de cirugía plástica. Los ves haciéndose un cambio de guardarropa. Empiezan con marcas genéricas de precios alzados tipo Zara hasta que se atreven a comprar trapitos únicos de diseñador. Cambian de auto. Aceleran el proceso de rejuvenecimiento mediante inyecciones de botox, por supuesto antes de ser retocados quirúrgicamente con una rinoplastia o un trasplante de cabellera. Los viejóvenes gays son esclavos del gym, yoga o pilates. Los viejóvenes fueron jóvenes que usaban suéteres del tipo César Costa y ahora son viejitos luciendo ropa entallada para que luzca el bling-bling.

No importa si su apariencia es afeminada o de macho man. Cuando aparece un viejoven algunos chavos gays lo persiguen debido a lo que representa en ese ideal de vida citadina. La vida nocturna, los saunas o cuartos oscuros y las aplicaciones online de cacería como Grindr pertenecen a un circuito de ligue gay diseñado para el estilo de vida de un gay joven: desaforado, rápido y que signifique "diversión" a cualquier hora. Muchos chavos gays ven al viejoven como una mina de oro, ya que el pantera rosa está pasando una nueva juventud. Sin embargo, si observamos bien este fenómeno podemos encontrar que los viejóvenes son el resultado de un nuevo paradigma de vida que antes fue señalado como obsceno y satanizado por la religión, el gobierno y la familia. Así que las historias de relaciones intergeneracionales no siempre terminarán igual ni harán el mismo recorrido.

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Viejoven ofreciendo estabilidad a cambio de belleza y juventud.

El viejoven recurre a vestirse como una pantera debido a que conseguir otro viejoven es casi imposible. He platicado con dos hombres gays que caben perfectamente en la clasificación de pantera rosa y cuando les pregunté sus razones para el cambio han confesado que tanto fuera de casa como en el ambiente de amigos gays, incluso en las aplicaciones online, los otros hombres no buscan un hombre mayor, sino alguien más joven; excepto los chavos que sí se atreven a salir con hombres que les llevan más de 20 años. Si ellos quieren conocer a alguien y tener un buen rato, las posibilidades son muy limitadas. Entonces pienso en el amor griego pero sin el amor ni la cultura griega. Pienso en los hombres viejos enseñándoles las mañas amorosas a los hombres jóvenes. Y en algunos "hombres de cierta edad" a punto de salir del clóset y de cambiar de guardarropa, ¿ustedes ya tienen a alguien en mente? Seguro ese viejoven no tarda en ponerse su disfraz de pantera rosa y saltar sobre algún chamaco.

Lee más en nuestra columna gay, Gracias por su preferencia sexual.

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