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Tres historias para recordar que fracasar no está tan mal

Para Marion Reimers, Mika Vidente y Raúl G. Meneses no todo ha sido éxito y cosas bonitas. Estos son sus fracasos.
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Fotos cedidas por Mika Vidente y Marion Reimers

Luego de más de un año alejados de los escenarios, Fuckup Nights Ciudad de México regresa con tres speakers estrella: Mika Vidente, influencer, tarotista y astrólogx; Marion Reimers, comentarista de deportes; y Raúl G. Meneses, comediante de stand up. Mira aquí cómo asistir este 26 de agosto.

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Mika Vidente 

El fracaso no distingue entre signos zodiacales y cartas astrales, y eso lo sabe Mika Vidente, influencer, astrólogx y tarotista.

“Desde chiquito yo veía cosas tipo “I see dead people” y yo decía “qué chingados, quién es esta gente que no está aquí”. En ese aspecto sí me apoyaban mis papás, nunca se les hizo raro, mi abuela paterna era médium, entonces mis papás sabían que había algo más allá y ellos igual llegaron a ver muchas cosas.”

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Foto cedida por Mika Vidente

Después de una grave depresión por algunos problemas de vocación (estuvo a punto de estudiar Medicina) y de terminar la universidad en Diseño, Mika le puso atención al mundo espiritual, un mundo que siempre estuvo latente pero que había mantenido un poco alejado.

Mientras debutaba en el mundo godín de las agencias de publicidad, su exnovio le recomendó un curso de magia lunar, una experiencia que la cambió la vida: 

“Yo en queen of the witches, me emocioné y me metí al curso. Me dije ‘no mames, ¿por qué no aprendí esto antes? ¡Esto era parte de mi vida!’ “

Siguiendo ese entusiasmo por más conocimiento, Mika decidió estudiar Tarot, a pesar de que su padre lo quería lejos de ese mundo: “No, porque abres portales y nunca sabes", le reprochaba su familia. Como buen piscis rebelde, la ignoró.

Para entonces, Mika ya había salido del clóset dos veces: una por su identidad sexual y otra como diseñador. Ahora estaba teniendo una tercera salida: MAMÁ, PAPÁ, SOY BRUJA.

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Mientras tanto, en su vida profesional, Mika iba de agencia en agencia, sufriendo muchos cambios que combinados con su personalidad de piscis lo metían en problemas con jefes homofóbicos, injusticias del godinato y rebeliones contra la explotación laboral. Tuvo que dejar dos agencias por problemas con sus jefes y su poca flexibilidad en el mundo laboral.

“Me aburría y les decía a mis amigos en las agencias: ‘Oye, ¿y si te saco tu carta astral?’ Y luego, ‘¿Y si les leo el tarot?’ Ahí fue cuando empecé a convertirme en Mika Vidente. Surgió en las comidas de godín o en los momentos de no trabajo y de trabajo, yo era esa persona horrible que distraía a los demás.”

En cuestión de meses Mika Vidente se fue construyendo una presencia en redes sociales gracias a sus amistades y poco a poco de miles de personas en busca de mentoría en los astros y las constelaciones. El resto es historia.

En retrospectiva, Mika valora sus fracasos durante su vida, sus malas decisiones académicas y profesionales y sus tres salidas del clóset como lecciones de vida:

“El fracaso lo veo en la carta del Colgado, la carta de las lecciones. No es lo peor que te puede pasar, es lo mejor. Del fracaso te transformas, construyes y reconstruyes. Ayuda a ver la vida desde otra perspectiva.”

Marion Reimers

La historia de Marion Reimers, comentarista de deportes, es reciente. La pandemia hizo muchos estragos, varios partidos y eventos deportivos se cancelaron por meses, los estadios estuvieron vacíos y las porterías con poca actividad.

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Luego de mucho tiempo de espera, finalmente se empezaron a organizar partidos de futbol a nivel internacional, siendo Europa de los primeros lugares. Más específicamente, la Liga de Alemania, un regreso muy esperado por muchos y de los primeros que le encomendaron a Marion.

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Foto cedida por Marion Reimers

Arranca el primer partido de la Bundesliga, Reimers toma el micrófono para comenzar a narrar, una actividad que ha hecho por años. Suena el pitido y empiezan los primeros pases, con apenas unos minutos en el marcador explotan los gritos de la afición, el balón sale disparado hacia la portería, estalla el primer gol del partido. Un gol que Marion tarda sólo unos segundos en anunciar, segundos que parecen años. Finalmente grita: “¡GOOOOOOL!”

Ya es tarde, el juego ya había avanzado y con ello la transmisión de su error. Los tiempos son primordiales cuando se narra un partido, y siendo una mujer comentando un partido masculino, no anunciar un gol se siente como un error garrafal.

“Soy de las primeras mujeres comentaristas de futbol varonil y la cago.”

Al término del partido Marion es llamada por sus jefes y platican de lo sucedido. Se siente un fracaso total. Y entonces vinieron también los comentarios en redes y entre colegas, las burlas y lo peor: los cuestionamientos de si una mujer debería estar narrando partidos de futbol.

“El mundo de los deportes y de los comentaristas es machista y elitista”, nos cuenta Marion, quien se ha desarrollado por cerca de 15 años como comentarista en un canal de deportes. El fracaso no tiene cabida en ese mundo, está prohibido cagarla porque, dice, hay mucho hate entre comentaristas. 

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Marion tiene una nueva casa televisiva donde comenta partidos de futbol, un nuevo proyecto en una nueva empresa donde piensa seguir su pasión por el balón. También tiene una asociación donde lucha por los derechos de las mujeres dentro del mundo deportivo, una lucha que es cada vez más relevante.

Para Marion, esto es el fracaso:

“El fracaso es una oportunidad para aprender, una ventana para ser más compasiva, buscar la contraparte de la ira y del juicio. Sirve para entender la importancia de ser compasivos con nosotros y con los demás. Es una oportunidad para aprender y saber que es una contraparte y una constante en la vida, así como lo son las derrotas en el deporte.”

Raúl Meneses

Todo es risas y diversión hasta que llega la tragicomedia del fracaso a nuestras vidas. Y eso es algo que tiene muy claro Raúl G. Meneses, comediante de stand up y productor. Desde la universidad siempre se consideró “el niño de los plumones”, el chico aplicado que se metía a todos los talleres posibles, desde hip hop hasta figuritas de Lladró. Pero en particular al teatro, algo que definió su carrera en el futuro.

Al graduarse como comunicólogo, Raúl se encontró con la realidad post-universidad:

“Empecé en un puesto muy chiquito en una agencia de publicidad, así las amibas de las pulgas de las ratas, ya saben: computadora vieja con tarjetas perforadas casi casi, sin lugar de trabajo. Estaba como ‘Betty la fea’ en una bodega con los de Sistemas. Pero yo me decía: esta cara la tiene que ver el mundo.”

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Foto cedida por Raúl G. Meneses

Eventualmente las cosas cambiaron para Raúl. Luego de que le confiaran un proyecto pequeño, se fue ganando la confianza de sus jefes y con eso se hizo de una reputación que le dejó muchos aprendizajes. Tras varios años de trabajo, su jefa emprendió y decidió abandonar la empresa. Raúl se convirtió en el favorito por muchos para ocupar el lugar.

“El caso es que no me quedé con el puesto. Se lo llevó un señor que venía de otra empresa. Me sentí muy discriminado, ignorado. Decidí quedarme, con la mejor actitud, enseñándole a mi nuevo jefe cómo tenía que hacer todo.”

 Raúl empezó a caer en una zona de confort y para desenvolverse un poco intentó moverse al área de Marketing, algo que no lo satisfizo como antes. Se había dado cuenta finalmente que no importaba cuánto se esforzara, nunca llegaría a reportarle al dueño. El sueño que había construido, Raúl lo veía como un castillo de arena destruido por las olas.

¿Recuerdan los cursos de hip hop, figuritas de Lladró y el teatro? Pues a la par de toda esta tragedia, Raúl ya tenía bajo la manga algunos proyectos de teatro y comedia, y en 2019 Netflix grabó un especial de comedia con él. Fue la señal, Raúl decidió abandonar su trabajo para dedicarse de lleno al stand up.

“Fue entonces cuando decidí renunciar, revelarme contra el sistema, salir de mi zona de confort, tenía unos ahorros y no me estaba yendo mal haciendo stand up. Todo esto fue por ahí por febrero, todavía no salía el especial ni me pagaban pero yo lo veía como un gran salto en mi carrera como comediante.”

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Pero antes de irse tuvo que dejar las cosas en orden, y luego de una eterna y desesperante serie de negociaciones con sus jefes, no pudo abandonar su trabajo hasta finales del 2019… unos meses antes del infame 2020.

Llegó la pandemia y todas las oportunidades de presentarse por completo como standupero en bares, restaurantes y shows habían desaparecido. Raúl, como buen niño de los plumones, había calculado y administrado su dinero para sobrevivir en lo que arrancaba su carrera y ahora esta pandemia lo había dejado sin plan B.

A pesar de ser hipocondríaco y enfrentar una pandemia mundial, Raúl supo cómo apañárselas en shows digitales, proyectos personales en YouTube, cursos online de comedia y otras alternativas para hacer dinero. Incluso estuvo a punto de vender sushi, gracias a los muchos cursos que tomó en la universidad.

Raúl nos cuenta su secreto para enfrentar la adversidad, el fracaso y el sistema:

“Siempre puedes confiar en tu creatividad y en todos los conocimientos que has adquirido desde niño, la gente que has conocido y tu compromiso con las cosas para poder sacar el agua del barco con una cubeta, cuando parece que se está hundiendo.”

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