Vaya cruda que nos cargamos. Con resaca, dolor de cabeza y el sabor de la birria aún en nuestras bocas, nos disponemos, cómo no, a hacer santa nuestra bendita cruda, y es que quién no iba a echarse unas frías con la velada boxística del sábado entre Leo "El Terremoto" Santa Cruz y Abner Mares, un pleito de pronósticos reservados que no defraudó a nadie. Y qué decir del deporte Rey, donde los Blue Jays masacraron a Detroit en casa. Y bueno, con el pambol que a algunos nos gusta, pero a otros nos irrita peor que un cruzón de tequila, mezcal, whisky y ron. Así que sin más preambulos y más rápido que un sal de uvas en manos de un crudito, arrancamos con nuestros tres temas de la semana.

Desde el primer campanazo, los dos mexicanos radicados en California intercambiaron metralla ante un Staples Center repleto. No hubo round de estudio, y por momentos parecía que Mares era más merecedor del apodo de su paisano michoacano, pues literalmente se convirtió en un terremoto que sacudió la defensa de Santa Cruz.

La grada que en su mayoría era de origen mexicano, estuvo junta pero no revuelta, ya que por momentos intercambiaron, al igual que los pugilistas en el encordado, gritos de apoyo para sus gallos. Y vaya que salieron bravos, pues no podían defraudar a su público, especialmente después de la electrizante pelea preliminar donde Julio "Pollito" Ceja (ni tan pollito, salió gallo), vino de atrás para noquear a Hugo "Cuatito" Ruíz a los 2:54 del quinto asalto.

En la velada Mares-Santa Cruz no hubo nocaut, pero sí mucho corazón. Mares lanzó más golpes, pero Leo conectó con más contundencia, y a pesar de que el jalisciense sufrió un corte en la cabeza en el tercer episodio no se rajó. Perocomo el boxeo no es un deporte "cenicienta", ni tampoco siempre gana el que le pone más corazón, o cojones, Mares terminó perdiendo por decisión mayoritaria 117-111, 117-111,114-114. El "Terremoto" logró conservar el invicto y se apoderó del título Diamante del Consejo Mundial de Boxeo.

El futuro pinta bien para que Leo suba a la división de los Superpluma, donde podríamos ver combates muy interesantes. En cambio el ex olímpico de Atenas 2004 sufrió su segunda derrota, y aunque sigue siendo un peleador joven, su carrera podría llegar a estancarse y mendigar en la división de los pluma.

El Roger Center presenció uno de los mejores juegos que van de la temporada el sábado por la tarde. Hubo de todo (como en la fiesta del finde, ¿te acuerdas?): cuadrangulares, aplausos, hasta gorras que el público lanzó al campo después de que Edwin Encarnación logrará anotar tres jonrones e impulsara nueve carreras para la masacre de los Jays ante Detroit que no metió ni las manoplas.

El público, embriagado de felicidad, interrumpió parte de la séptima entrada para rendirle homenaje a su bateador consentido arrojando sus cachuchas al campo. Que alguien lleve a Alex Wilson, el pitcher de Detroit, a hacerse una limpia, ya que había entrado como reemplazo de Tom Gorzelanny y vaya que lo agarraron frío Encarnación y Co., después de conceder un grand slam al dominicano y permitir dos carreras. El juego terminaría 15-1 para los de casa.

Los Blue Jays se sienta cómodamente en el primer lugar de la Liga Americana del Este, con los Yankees detrás. Todo está marchando, o mejor dicho, volando a la perfección para los de Toronto y los fanáticos (y los que se subieron al tren del mames también) sueñan con obtener su primera Serie Mundial desde 1992.

América, ay América. Papi azulcrema, nuevamente le puso sus tracazos al Cruz Azul. Así, al estilo Mares-Santa Cruz, el 'Mame' le recetó solamente dos al remedo de club que deambula como muerto en vida por allá por los terrenos del panteón de La Noria. Fue solo un par, pero tranquilamente el celeste se pudo comer unos dos o tres más.

LasÁguilas son una realidad. Cruz Azul también lo es. La historia de un equipo que en los últimos años ha buscado recuperar la enorme grandeza que tiene con base en títulos y buenas decisiones, y el otro que es el club más patético y penoso de la Primera División, que se hace fuerte cagándola torneo a torneo y que se ha empeñado en destruir su historia. Pero bueno, la cosas como son. Uno es tercero de la general con cinco triunfos consecutivos, y el otro penúltimo de la tabla con cuatro derrotas en fila. Las cosas como son en los últimos años.

Y hablando de descenso. ¿Cómo ven a las Chivas y a los Pumas? Unos ganaron y se ilusionan con liguilla pese a su irregularidad y el otro venció de manera espectacular. No es por nada, pero estamos viendo un muy buen torneo en México, de esos campeonatos que esperemos se den siempre. Muchos y muy chingones goles, pocos empates, casi ninguno a cero y un buen nivel de juego.

Por cierto, pocos le dan el crédito, pero León es líder. Quién los viera.