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De hecho, hace poco tiempo Estados Unidos sufrió una epidemia de pánico en cuanto a la "cultura del ligue". Algunos estudios eran bastante divertidos, como el que publicó Christianity Today, un periódico cristiano evangélico, en 2005 llamado "Burdeles en las residencias estudiantiles: los nuevos vicios y las universidades que lo permiten". La mayoría estaba basado en juicios: el sexo casual se trataba de mujeres que "sirven" a los hombres y el resultado era una generación "emocionalmente vacía" y "sin sentimientos", escribió Donna Freitas en 2013.Aún así, no hay forma de evitar que la premisa de muchos estudios sobre el sexo y la depresión estén llenos de suposiciones morales. Los investigadores eligen qué buscar; además, las definiciones de sexo casual son bastante cambiantes.Sam Challis, gerente de Información en Mind –una asociación británica sin fines de lucro que apoya a personas con problemas mentales– me dijo: "Hay poca evidencia como para decir que existe alguna relación entre la depresión y el sexo casual. Muchas personas con depresión de hecho encuentran que su deseo sexual disminuye; además, los antidepresivos también pueden afectar tanto la libido como el desempeño sexual"."A pesar de que hay algunas investigaciones sobre la salud mental y el comportamiento sexual, éstas son limitadas y no explican la conexión entre ambos y tampoco muestran que uno pueda influir en lo otro". –Sam Challis
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