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Este cineasta colombiano creó un cortometraje con el celular

Tomás Pinzón, cineasta colombiano de 24 años, hizo una producción sobre Bosnia.

Un celular que sirva exclusivamente para hacer llamadas y recibir mensajes ya no cabe dentro de lo que entendemos por tecnología moderna. Aparte de unas cuantas personas, que se niegan a ser esclavas de la pantalla portátil, es mucha la gente que quiere todo lo demás: acceso en tiempo real a Twitter, a Instagram y a Facebook. Y, aparte, publicar allí lo que consideran importante o llamativo. Registrar.

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Si bien en la web abundan los videos de gatitos, o las denuncias periodísticas que generan debate (debate, sobre todo, de si son denuncias, de si son periodismo) hay en todo el mar de Internet cosas un poco más complejas, hechas, también, con la cámara integrada a un celular.

Smart films es un festival internacional (está en Estados Unidos y en gran parte de Latinoamérica) que busca premiar películas hechas con teléfonos móviles. Tuvo su origen acá en Colombia y recibió cortos de varios países del mundo. Su segunda edición arranca el 24 de febrero.

Tomás Pinzón Lucena, cineasta colombiano de 24 años, fue uno de los participantes de la edición del año pasado. Quisimos contactarlo para que nos contara cómo era la ciencia de hacer cine con un celular.

Su corto, que lo cogió por sorpresa y que creó casi en un día paseándose por las calles de Sarajevo, Bosnia, fue de hecho un reto que se propuso hacer cuando vio la convocatoria del Festival. En él decidió plasmar sus pensamientos y perspectivas, acompañadas de todo lo que pudiera mostrar (en corto tiempo) sobre un país que sufrió la guerra.

Su objetivo fue crear una reflexión: mostrar las calles de Sarajevo, evidenciar cómo fueron afectadas por la guerra y, al mismo tiempo, tratar temas de religión, víctimas, memoria y reconciliación, visitando los museos y los lugares turísticos más importantes de la ciudad, para, de alguna manera, compararlos con las problemáticas de conflicto y memoria de nuestro país.

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Su afición siempre ha sido el cine. Tomás estudió en el Conservatorio de Cine de dicha ciudad y realizó un curso cinematográfico en la Education First Academy de Nueva York durante un año. Por dar un ejemplo de su obra, Tomás ha realizado un documental sobre los monjes ermitas en el Himalaya, que lo obligó a aprender hindi y a convivir con ellos durante un año. Ese trabajo se llamó Samnyasin, Path Of Renunciation.

Ya volvió a París. Trabaja en el Banlieues créatives, un espacio para la inserción social a través de producciones audiovisuales y está consolidando un proyecto con Laurent Petitgand, compositor francés que hizo la música del documentalLa Sal de la Tierra, dirigido por Wim Wenders.

En cuanto a la experiencia con Smart Films afirma lo siguiente: "lo que me gustó de esta iniciativa es que todos tenemos un teléfono móvil, todos podemos convertirnos en directores de cine con mucha más facilidad". Hacerlo, según él, no fue tan difícil. Consistió en un día completo de turismo y observación de los museos, la arquitectura, las calles y las personas que se toparon en su camino. Visitó museos emblemáticos y puentes históricos y, al terminar su recorrido, se dedicó a editar el video en su celular.

From Bosnia with Love (De Bosnia con amor en español), fue uno de los 700 cortos que hubo ese año. De los 3.500 participantes quedó entre los finalistas.

Instantáneas del proyecto From Bosnia with Love, enviadas a Smart Films para el concurso.

Este artículo es patrocinado por Samsung Galaxy Serie A. Porque hacemos lo que hacemos, porque #AsíLoHago.

Texto escrito por: María Rivas Serrano.