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Perros en el metro de Madrid, ¿sí o no?

División de opiniones ante la nueva medida que permite el acceso de mascotas caninas al suburbano madrileño. Hablamos con una persona indignada y otra que lo celebra.

"La regulación va encaminada a facilitar la convivencia y que sea perfectamente compatible viajar como se hace hasta el momento con poder hacerlo con mascotas". Con esta aclaración presentó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, la modificación del reglamento que permitirá que los perros puedan viajar en metro. "Se trata de una demanda de asociaciones y propietarios", justificó, anticipándose a posibles voces en contra. Los foros a raíz de la noticia ya echan humo porque, del mismo modo que no todos los dueños de perros hablan con ellos como si fueran humanos, tampoco todos están de acuerdo con la nueva medida. Hablamos con dos personas con mascota: una se muestra indignada y la otra encantada.

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Raquel Barros, 30 años. EN CONTRA DE QUE LOS PERROS VIAJEN EN METRO

'Lala', el perro que Raquel Barros recogió en la perrera hace tres años

VICE: ¿Cómo es posible que siendo dueña de un perro no celebres la medida?

Raquel Barros : Soy fumadora y apoyé la ley que hoy prohíbe fumar en bares y centros de trabajo. Soy madre y siempre intento viajar en el vagón silencioso del AVE. Con la misma lógica, tengo un perro al que amo con locura pero estoy en contra de que se permita viajar con él en el metro. Básicamente porque me gusta disfrutar de mi cigarro, mis hijos y mi perro, pero no los de los demás. O al menos no forzosamente. Reivindico el derecho a respirar aire sin humos, ir en tren sin molestos bebés gritando y moverme en metro sin que me olisqueé o me ladre un perro.

¿De qué manera te perjudica que los perros viajen en metro?

Yo viajo en metro porque no me queda más remedio. Porque no puedo permitirme otra cosa que no sea el abono transporte y, aunque vivo en el centro de Madrid, trabajo en San Chinarro, así que me resulta imposible ir hasta allí en bicicleta. Esto me obliga a sumergirme cada mañana en ese mundo subterráneo lleno de cambios de temperatura, virus revoloteando, pervertidos que se rozan contigo si el vagón va lleno, recorridos imposibles para encontrar un ascensor en el que meter el carrito de mi hijo, tiempos de espera tercermundistas, estaciones sin cobertura que me interrumpen las canciones de Spotify en el móvil, agentes de seguridad que obligan a enseñar el billete, borrachos que atemorizan a los viajeros el fin de semana… Creo que lo último que necesito es, encima, tener que ir saltando ahora correas de perro y meados en el andén. Habéis visto cómo están las calles de Madrid gracias a los dueños maleducados, ¿no? No son precisamente las de Copenhague.

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Dueños de perros en contra de que se les permita viajar en metro

Pero dicen que tendrán que llevar bozal y solo podrán ir en el último vagón de cada tren.

Sí he leído lo del último vagón, pero antes tendrán que pasar por los tornos, el andén y las escaleras, ¿no? También dicen que podrá acceder solo un perro por viajero, que deberán llevar bozal y estar sujetos con una correa que no supere los 50 centímetros. Pero claro, se supone hay que recoger los excrementos de las mascotas en la calle y las aceras están salpicadas de heces. Ni amenazando con multas nos libramos de esquivar mierdas. No me apetece tener que ir en metro explicando normas básicas de civismo a tarugos que cuando te salta encima su perro de cien toneladas apostillan "¡si no hace nada!". Ni a ellos ni a especímenes tipo Esperanza Aguirre, que también tiene perro (pobre Pecas). O Cifuentes, que anunció que los perros podrán acceder a toda la red de metro con los hashtags . La misma señora que prohibía conciertos cuando era delegada de Gobierno. La misma que compartió aquella foto del niño sirio muerto en una playa turca, adornada con un emoji triste. ¿En serio?

Es probable que los amantes de los animales no tengan la misma opinión.

Yo soy amante de los animales. A mi perro -al que recogí en la perrera- le beso en la boca, le quito las garrapatas y le limpio el culo si hace falta. Pero es el mío y es mi elección hacerlo. Dime: si ni tan siquiera han logrado que lo hagan los humanos, ¿cómo van a evitar que los perros obstruyan las salidas? ¿Qué hacemos si un perro babea una maleta ajena en el ascensor de camino al aeropuerto? ¿Cómo se limitará su presencia en caso de hora punta y momentos de máxima aglomeración? ¿No es suficiente la situación actual en la que pueden acceder al metro animales pequeños en receptáculos para el transporte de mascotas y que no resulten molestos para el resto de viajeros por su forma, volumen, ruido u olor? ¿No basta con que se permita la entrada de perros de asistencia personal para personas invidentes o con deficiencia visual y los adiestrados para asistencia personal especial? ¿De verdad queremos que en julio y agosto, todos los fines de semana del año y en festivos, el acceso de perros se realice libremente sin limitación alguna en el horario? Yo no, desde luego.

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Miguel Jarabo, 35 años. A FAVOR DE QUE LOS PERROS VIAJEN EN METRO

'Roswell' podrá ir a comer a casa de la madre de Miguel Jarabo los domingos

VICE: ¿Por qué te alegra tanto que permitan viajar con perros en el metro?

Yo no suelo viajar con mi perro. Para sacarle a pasear lo llevo al parque, pero me gusta tener la posibilidad de que si algún día necesito llevarlo a casa de alguien para que me lo cuide pueda contar con el transporte público y no tener que estar pendiente de que venga un familiar a buscarme en coche. A mi madre también le hace ilusión que lo lleve a comer a su casa los domingos y hasta la fecha no he podido hacerlo porque no dispongo de vehículo. Me parecen privilegios que hacen más rica a una ciudad, creo que no existe nada en lo que todo el mundo pueda estar de acuerdo, siempre habrá detractores a la hora de poner una norma. Por eso lo de habilitar solamente el último vagón me parece un acierto. En fin, que si no te gustan los perros no te montes en el último vagón y santas pascuas.

¿Y qué opinas de que haya dueños de perros a los que les moleste la medida?

Entender lo entiendo, pero luego veo los razonamientos y se me llevan los demonios. Algunos hablan de la higiene y todos los que viajamos a diario en el metro nos encontramos habitualmente con personas que no saben de la existencia de los desodorantes ni los cepillos de dientes. No hay nada más desagradable que el aliento mañanero a café de un desconocido. Luego tenemos al típico que se corta las uñas, come mandarinas, pipas o se hace el cigarrito con el tabaco de liar que huele a rayos. No sé si seré yo que tengo el olfato muy desarrollado, pero a mí todo eso la verdad es que no me agrada. Y mejor no hablamos de las sandalias en verano, que deberían tener derecho de admisión. Otros dicen lo molestos que pueden ser los perros si ladran. Como ya he dicho, cojo el metro todos los días para ir a trabajar, y a la vuelta, es la hora en la que los niños salen del colegio. A la mayoría les encanta agarrarse a la barra y dar vueltas como si fuera un ejercicio de pole dance , o en la plataforma que separa los dos vagones y que se mueve más que el resto del metro. Si a eso le sumas que el niño ha merendado un bollicao y lleva encima su sobredosis de azúcar diaria, pues se convierte en una fiesta de gritos imparable.

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Dueños de perros a favor de que se les permita viajar en metro

Madre mía, estás describiendo una auténtica pesadilla bajo tierra.

Es que es así. También tenemos al típico que le encanta que el resto del vagón vaya escuchando su música, aunque sea una basura. Pero da igual, porque probablemente ni siquiera él sepa lo que está sonando. Me cuesta entender la gente que disfruta con una calidad de sonido tan mala, con lo fantástico que es hacerlo con unos buenos auriculares que parece que el sonido te va a llegar hasta el cerebro. Y lo del acordeón…

¿Te parece que el reglamento está bien planteado o le ves alguna pega?

En general me parece muy bien la medida aunque habría cosas que cambiaría. Para empezar, me parece mal que sólo se pueda llevar un perro por persona porque me veo en la tesitura de tener que elegir a cual de los dos perros llevo a comer a casa de la abuela y veo un conflicto innecesario. Y lo de la correa de 50 centímetros también me parece un poco ridículo. Lo he medido y la distancia desde el suelo hasta mi mano es de 89 centímetros. Si mi perro levanta tan solo 15 centímetros del suelo, pues haz cuentas pero a mí no me salen.

¿Qué le dirías a alguien que exige su derecho a viajar sin perros en el metro como a no respirar tabaco o ir en un vagón del AVE sin niños?

Le diría que puede elegir fumar en la puerta del trabajo y en bares destinados a ello. Que ella puede elegir si prefiere montar en un vagón del AVE con ruido o en el que no se puede hablar. Y que, por si no se ha dado cuenta, desde hace mucho tiempo comparte el metro con perros que sí pueden viajar en cualquier vagón, siempre y cuando sean perros guía o de pequeño tamaño y vayan en un transportín. Y la única diferencia es que ahora ella tendrá que elegir si montarse en el vagón habilitado para perros de todos los tamaños sin estar enjaulados o en uno normal.